Estaba escrito en los libros de los profetas: entre ausencias y el alto nivel competitivo de los rivales del continente, Cuba no se iba ni a acercar a sus mejores actuaciones en el canotaje y el taekwondo de los Juegos Panamericanos de Lima. Y la predicción se cumplió totalmente…
Tan solo dos coronas lograron estas disciplinas en la capital peruana, resultado muy distante de sus acumulados históricos, en particular de los nueve cetros que se ganaron hace cuatro años en Toronto.
En la Albufera Medio Mundo, plaza alejada a más de 200 kilómetros de Lima, los piragüistas cubanos, si bien cumplieron sus pronósticos (dos metales dorados), no pudieron dar el empujón adicional que necesita la delegación para cumplir sus metas en el medallero general.
La dupla de Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge impuso su ley en el C-2, la tripulación insignia de la Isla, mientras en la propia modalidad de la rama femenina, las jóvenes Mayvihanet Borges y Katherin Nuevo dieron la clarinada con una espectacular victoria.
Aunque había rivales de consideración, lo de Serguey y Dayán era previsible, todo lo contrario del éxito de Borges y Nuevo, quienes remontaron posiciones con un sprint memorable y subieron a lo más alto del podio.
Ellas ya inscribieron sus nombres como una de las más grandes sorpresas de Cuba en Lima, esas imprescindibles para alcanzar el pretensioso objetivo de superar las 36 coronas de Toronto o mejorar el cuarto lugar de aquella cita continental.
“Fue un gran esfuerzo porque mi compañera tiene solo 16 años, es su primera experiencia internacional y llevamos solo dos meses remando. Pero a pesar de todo, siempre nos planteamos coger el oro”, dijo Mayvihanet a la prensa en Lima, donde además conquistó un bronce en el C-1 a 200 metros.
Además de las tres preseas ya mencionadas, el canotaje cubano no sacó mucho más de las frías aguas peruanas, donde seis países ganaron al menos un título, con dominio de Argentina (4-1-2-7), por delante de Canadá (3-5-2-10).
En sentido general, Cuba notó considerablemente la ausencia de Yusmari Mengana y Jorge García, quienes se robaron el show en Toronto hace cuatro años. Sin su concurso, el kayac, dueño de ocho preseas (seis títulos) en la cita canadiense, ahora quedó casi a la deriva, solo con la plata del K-4 masculino a 500 metros.
Al margen de los títulos, el medidor que aparece en todos los reportes de prensa, también es prudente lanzar una mirada al total de medallas de la disciplina, indicador que nos muestra los horizontes y profundidad de la misma.
En Lima, el canotaje cubano igualó la menor cantidad de preseas (cinco) desde que este deporte irrumpió en el calendario continental hace 32 años en Indianápolis 1987, y también la menor cantidad de pergaminos (dos).
En las ocho experiencias anteriores, siempre se habían alcanzado tres cetros o más, y en siete oportunidades se habían logrado al menos nueve podios. Solo no se llegó a esa cifra en Santo Domingo 2003, cuando también se lograron cinco medallas, con la particularidad de que todas fueron de oro.
Todas estas son pruebas de que la comitiva antillana, tanto cualitativa como cuantitativamente, se encuentra un paso por detrás de argentinos y canadienses, estos últimos con una gran tradición en la disciplina, y los sudamericanos con una mejora sustancial acorde a su tradicional fortaleza en otro deporte náutico como el remo.
La sequía del taekwondo
Y si el canotaje no pudo irse por encima de sus posibilidades en Lima, el taekwondo ni siquiera alcanzó la meta de conquistar una presea dorada, objetivo posible dado el concurso del estelar Rafael Alba, doble campeón mundial.
Sin embargo, el santiaguero no pudo hacer la cruz en su combate definitorio, y el resto del colectivo, aunque peleó con fuerza frente a rivales de altísimo nivel, no llegó a ninguna otra final y terminó con saldo de una plata y dos bronces.
Alba perdió en la discusión de la corona con el estadounidense Jonathan Realy, chico de 22 años que se especializa en el trabajo defensivo. Ya el antillano lo había derrotado en el Mundial de este año en Manchester, pero ahora tuvo una frustrante puesta en escena, apagado y sin fuerzas para presionar y acortar la temprana diferencia que tomó el norteño.
Uno pudiera pensar en cansancio físico, teniendo en cuenta que Alba afrontó una pelea previa muy exigente contra el mexicano Carlos Sansores, subcampeón mundial, pero en honor a la verdad, Healy tenía más motivos para estar cansado, pues llegaba con un combate adicional a la final.
La derrota del santiaguero acabó con cualquier posibilidad dorada del deporte, cuyo déficit de títulos respecto a Toronto (tres) puede influir negativamente en el resultado final de la delegación caribeña en Lima.
Esta es la primera vez en la historia que el taekwondo cubano no logra al menos un título desde la irrupción de la disciplina en La Habana 1991, hace 29 años. Durante siete Juegos Panamericanos consecutivos, Cuba sumó 16 metales áureos.
Además, es la segunda peor actuación desde el punto de vista cuantitativo, pues se conquistaron tres preseas, resultado solo superior a las dos de Santo Domingo 2003.
Tras estos resultados, Cuba se aferra cada vez más a la perfección del boxeo y la lucha como pilares fundamentales en pos de engordar el casillero dorado del medallero, y luchar contra México y Colombia por el cuarto lugar general. La misión no es imposible, pero las combinaciones tienen que ser exactas.