El presidente Donald Trump declaró este lunes que los tiroteos masivos en Texas y Ohio fueron “ataques nefastos” y “crímenes contra toda la humanidad” e hizo un llamado a que ambos partidos cooperen para responder a la epidemia de violencia armada, aunque dio pocos detalles del plan de acción.
El mandatario estadounidense dijo que quiere leyes que permitan “fuertes revisiones de antecedentes” para los usuarios de armas, aunque en el pasado también ha incumplido promesas de endurecer las leyes al respecto.
Trump atribuyó la violencia a los videojuegos y las enfermedades mentales, pero no mencionó poner más límites a la venta de armas.
“Prometemos actuar con urgencia”, dijo en un mensaje televisado desde la Casa Blanca y aseveró que todos los estadounidenses “deben condenar el racismo, los prejuicios y el supremacismo blanco”.
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El mandatario afirmó haber dado instrucciones al FBI para que examine los pasos para identificar y abordar el tema del terrorismo doméstico. “Esta ideología siniestra debe ser derrotada. El odio no tiene cabida en Estados Unidos”, declaró Trump.
Añadió que el Departamento de Justicia propondrá legislación para castigar con la pena de muerte a quienes perpetren crímenes de odio o masacres.
Horas antes en Twitter, Trump pidió “fuertes revisiones de antecedentes” para quienes quieren comprar armas pero no aclaró qué tipo de ley él respaldaría.
“Nunca los olvidaremos, ni a los muchos que vinieron antes”, expresó el mandatario sobre las víctimas de las recientes matanzas en El Paso, Texas, y Dayton, Ohio.
Trump ofreció pocos detalles sobre cómo poner fin a la violencia y advirtió que se opondrá a los esfuerzos de los demócratas sobre el control de armas, diciendo que “son la enfermedad mental y el odio los que jalan el gatillo, no la pistola”.
Además pidió a las fuerzas del orden y a las empresas de redes sociales hacer más para combatir el extremismo y detectar señales de violencia en línea. También pidió “glorificar” menos la violencia en la cultura estadounidense, leyes para facilitar el tratamiento de personas con enfermedades mentales y leyes “bandera roja” para alejar a dichos individuos de las armas de fuego.
La Cámara de Representantes, controlada por demócratas ha pasado leyes que incluyen revisiones más estrictas para quienes quieren comprar armas de fuego, pero los republicanos en el Senado no han hecho nada al respecto. Trump también ha incumplido promesas de endurecer las leyes de armas.
El fin de semana, el mandatario trató de asegurar a los estadounidenses que estaba lidiando con el problema y defendió su administración ante las críticas sobre el tema de las armas.
“Hemos hecho mucho más que la mayoría de las administraciones”, dijo, sin dar más detalles. “Realmente hemos hecho mucho. Pero quizás haya que hacer más”.
En febrero, la Cámara de Representantes aprobó una legislación bipartidista para exigir verificaciones de antecedentes a nivel federal para todas las ventas y transferencias de armas y otra iniciativa que requería un período de revisión de hasta 10 días para las verificaciones de antecedentes en la compra de armas de fuego. La Casa Blanca amenazó con vetar ambas iniciativas.
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En febrero, en una reunión con sobrevivientes y familiares del tiroteo escolar en Parkland, Florida, en 2018, en el que murieron 17 personas, Trump prometió ser “muy fuerte en las verificaciones de antecedentes”.
El presidente afirmó que se enfrentaría a los defensores del uso de armas, pero luego se retractó, expresando su apoyo a cambios modestos en el sistema federal de verificación de antecedentes y para armar a los maestros.
En marzo, una encuesta realizada por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research encontró que 67% de los estadounidenses está a favor de leyes más estrictas sobre armas, 22% dice que deben dejarse como están y el 10% piensa que deben suavizarse.