La bancada oficialista retornó el martes a la Asamblea Nacional venezolana luego de dos años de enfrentamientos con la mayoría opositora de ese cuerpo en el marco de un diálogo promovido por el gobierno con fuerzas minoritarias que busca debilitar al líder opositor Juan Guaidó.
El regreso de unos 54 diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela y sus organizaciones aliadas busca, según el presidente Nicolás Maduro, “promover el diálogo” en la nación sudamericana.
“Queremos ahora que se restituya la institucionalización del Poder Legislativo”, afirmó el diputado oficialista Francisco Torrealba poco antes de ingresar al hemiciclo de sesiones acompañado de un grupo de sus colegas que al grito “leales siempre, traidores nunca” celebraron su regreso.
En declaraciones a la prensa Torrealba instó a la oposición a que se preste para “facilitar el rescate y el resurgimiento del Poder Legislativo nacional con todas sus atribuciones, con todas sus funciones, para que ellos puedan incluso constitucionalmente ejercer los mecanismo de control”.
Los oficialistas se retiraron del Congreso en 2017 luego de acusar a la oposición de desacatar decisiones del Tribunal Supremo de Justicia y que algunos diputados se postularan para integrar la Asamblea Nacional Constituyente –integrada por el oficialismo– y dirigir algunas gobernaciones y ministerios.
Al grito de ¡Chávez vive, la patria sigue! y liderados por Francisco Torrealba, quien también es miembro de la chavista Asamblea Nacional Constituyente (ANC), los diputados se instalaron en su curules #Venezuela https://t.co/PMFBmzp2tE
— EFE Noticias (@EFEnoticias) September 24, 2019
La reincorporación de la bancada oficialista se da como parte del acuerdo al que llegó el gobierno este mes con un grupo de partidos minoritarios opositores, dejando al descubierto las fracturas entre los sectores adversos a Maduro.
Entre las primeras acciones que se lograron el marco del acuerdo estuvo la excarcelación la semana pasada del primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, quien había sido detenido en mayo por respaldar a Guaidó durante el fallido alzamiento militar del 30 de abril.
Guaidó se mostró escéptico ante la reincorporación de los oficialistas y dijo el martes a la prensa que “pudiéramos esperar en primera instancia un saboteo”. El dirigente indicó que aspiraba de los colegas del gobierno un “apego constitucional, respeto, solución a la gente”.
El bloque que respalda a Guaidó, integrado por más de 80 congresistas, ha descartado que el regreso de los oficialistas pueda representar la pérdida del control del Congreso.
La mayoría opositora de la Asamblea Nacional dio la semana pasada un espaldarazo al líder opositor, de 36 años, al aprobar un acuerdo de “respaldo irrestricto” al político para que continúe dirigiendo el Congreso y se mantenga en el cargo de presidente interino “hasta que se produzca el cese de la usurpación”.
Guaidó asumió el 5 de enero la dirección de la Asamblea Nacional y semanas después se declaró presidente encargado de Venezuela, tras lo cual ha logrado el reconocimiento de más de medio centenar de países, entre ellos Estados Unidos; mientras otros como Rusia, China, Bolivia, Turquía y Cuba, han reiterado su respaldo al gobierno de Maduro.
A inicios de año la mayoría opositora del Congreso declaró que Maduro estaba usurpando el cargo porque había sido reelecto en mayo de 2018 en comicios a los que considera fraudulentos.