El papa Francisco hizo un llamado a la paz en Ecuador en nombre de todos los obispos de la Amazonía, incluidos los de Ecuador. Ellos están en Roma para hablar de los esfuerzos de la iglesia para ministrar mejor a los pueblos indígenas de la región.
“Comparto el dolor por los muertos, heridos y desaparecidos. Aliento los esfuerzos por la paz social, con especial atención a las personas más vulnerables, a los pobres y a los derechos humanos”, dijo el líder católico.
El presidente Lenín Moreno ordenó un toque de queda de 24 horas el pasado sábado.
Moreno dijo que los manifestantes enmascarados no tenían nada que ver con miles de indígenas que protestaban porque aumentaron los precios del combustible como parte de un paquete de austeridad.
Las protestas sociales empezaron poco después que Moreno decretara a inicios de octubre un duro paquete económico, aunque lo que más enardeció a la población fue le elevación del precio de la gasolina de 1.85 dólares a 2.30 el galón y del diésel, el más usado por el transporte pesado, de 1.03 a 2.30 dólares.
Con las decisiones económicas, Moreno busca hacer frente a una complicada situación derivada de una abultada deuda de 64.000 millones de dólares y un recurrente déficit anual de 10.000 millones. Entre las medidas también están: aumentar impuestos, flexibilizar leyes laborales y recortar el gasto público para generar ahorro fiscal y obtener más de 4.000 millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.
El pánico y la especulación provocaron un alza enorme en los precios, y los costos de algunos productos y servicios.
Los pobladores indígenas de Ecuador, destrozados por la pobreza y desatendidos por los programas gubernamentales, estaban furiosos. Durante la semana, miles de shuar, saraguro, quechua y otras etnias indígenas llegaron a Quito desde lo más profundo de la Amazonía y desde los poblados en las alturas de los Andes ecuatorianos.
AP/OnCuba