El canciller cubano Bruno Rodríguez denunció este martes “acciones ilícitas” de la Embajada de EE.UU. en la Isla, aunque sin especificar a qué actividades en concreto hacía referencia.
En un mensaje publicado en su cuenta en Twitter, Rodríguez aseguró que estas acciones “constituyen una intromisión en los asuntos internos del país y buscan atentar contra nuestro orden constitucional”. Además, agregó que las mismas “violan la Convención de Viena, el acuerdo de restablecimiento de relaciones y las leyes cubanas y estadounidenses”.
En un tuit anterior, el ministro de Exteriores había criticado al Secretario de Estado Mike Pompeo por llamar a su Embajada en La Habana “a intervenir en los asuntos internos de un país soberano que no lo permitirá”.
En ese propio mensaje dijo que Pompeo “aplaude golpes de Estado e ignora asesinatos, actos de barbarie, represión y violaciones de los derechos humanos por parte de sus aliados”, en una presumible alusión al apoyo de Washington a la reciente represión a manifestaciones populares por parte de varios gobiernos latinoamericanos, incluido el interino de Bolivia, al que Cuba considera resultado de un golpe de Estado.
Acciones ilícitas de la Embajada de #EEUU en #Cuba constituyen una intromisión en los asuntos internos del país y buscan atentar vs nuestro orden constitucional. Violan la Convención de Viena, el acuerdo de restablecimiento de relaciones y las leyes cubanas y estadounidenses.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) November 26, 2019
Días atrás, el gobierno cubano acusó a la misión diplomática estadounidense en la Isla, y particularmente su Encargada de Negocios Mara Tekach de concentrarse en el “fallido propósito de reclutar mercenarios, de promover la división y la confusión en nuestro pueblo”, así como “de identificar las áreas de la economía contra las cuales dirigir las medidas coercitivas, y en tratar de calumniar y desacreditar la gestión del Gobierno cubano y a la Revolución”, según una declaración publicada en el diario Granma.
La declaración vio la luz a raíz de la relevancia alcanzada en los medios de prensa y las redes sociales del caso de José Daniel Ferrer, dirigente opositor al gobierno cubano quien se encuentra detenido, según la versión oficial, bajo sospecha de haber secuestrado y agredido a otro hombre.
El gobierno estadounidense y grupos opositores rechazan esta versión –a la que catalogan de “invención”– y han exigido a La Habana que libere a Ferrer. Pero en opinión del gobierno cubano, los pronunciamientos en su contra forman parte de una “campaña para desacreditar a Cuba”.
“La Embajada de los Estados Unidos en Cuba ha sido el vehículo fundamental de atención, orientación y financiamiento de la conducta de José Daniel Ferrer, en clara manifestación de intromisión en los asuntos internos de Cuba y de abierta instigación a la violencia”, asegura la declaración gubernamental.
Gobierno cubano acusa a la encargada de negocios de EEUU de acciones ilegales en Cuba
Las acusaciones contra la encargada de negocios y la Embajada estadounidense constituyeron un cambio en el lenguaje normal de Cuba con respecto a sus relaciones con Estados Unidos, que se había mantenido mesurado a pesar de la escalada del gobierno de Trump contra la Isla, con sanciones dirigidas a restringir los ingresos y cortar el acceso al combustible.
Tras el pronunciamiento cubano, Pompeo defendió a Tekach y a la misión diplomática en la Isla, los que, según dijo “se mantienen firmes mientras llevan a cabo la misión del Presidente de defender los derechos humanos y promover la causa de la democracia en Cuba”.
En opinión del Secretario de Estado, el gobierno cubano “ha lanzado estas acusaciones infundadas en un intento por distraer a la comunidad internacional de su trato al pueblo cubano, especialmente la detención arbitraria del opositor José Daniel Ferrer”.
Recientemente, el director general para EE.UU. de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, había dicho que el gobierno estadounidense ha entorpecido la entrega de visas a diplomáticos cubanos, lo que “obliga a Cuba a actuar con reciprocidad”. Aseguró, además, que “es algo que se trata de presentar como un incidente” para buscar el cierre de las embajadas y romper las relaciones bilaterales, algo de lo que también ha alertado el canciller Rodríguez.
Los vínculos entre Cuba y EE.UU. atraviesan un momento crítico tras el fin del “deshielo” promovido por los expresidentes Barack Obama y Raúl Castro. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto una vuelta a la política de sanciones y enfrentamientos, que ha subido de tono con la cercanía del proceso electoral de 2020.