Del 6 al 10 de mayo se celebrará en Cuba la Conferencia regional de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales para América Latina y el Caribe (ILGALAC), y se espera que reúna a cientos de activistas de Latinoamérica y el Caribe interesados en una agenda común en el área relacionada a los derechos de las personas.
El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) es la institución que por Cuba, está encargada de la organización del evento, en el cual participarán activistas de sus redes comunitarias y de otros proyectos ciudadanos independientes de la mencionada institución gubernamental.
Maykel González Vivero es un periodista cubano, con un marcado activismo contra la homofobia y por los derechos de las personas LGTBI en Cuba. Su labor es perceptible en su blog El Níctalope desde donde aborda regularmente la temática.
González Vivero formará parte de los activistas que por el proyecto anticapitalista e independiente o Arcoiris estará presente en dicho evento. Ante esa posibilidad, surgen entonces las siguientes preguntas:
¿Cómo valorarías el hecho de que a pesar de los evidentes retrasos de Cuba, comparado con algunos países del área, en temas como los derechos de las personas LGTBI, haya sido escogido el país para la celebración de la Conferencia Regional de ILGALAC?
ILGALAC usa en Cuba la hospitalidad de una institución comprometida con los derechos LGBTI como CENESEX. Declaraciones recientes elogian los avances de la Isla y la oportunidad de compartirlos que también proveerá la conferencia. CENESEX, sin duda, ha pugnado con perseverancia y posee un inventario actualizado en materia de derechos LGBTI. Lamentablemente, la noción de un activismo ceñido a las estrategias institucionales no ha favorecido el empoderamiento de todas las personas LGBTI en el país. Asumir que sólo hay una ruta para promover y reclamar el ejercicio de derechos con implicaciones políticas deteriora la credibilidad de ese activismo institucional. Cuba, digámoslo sin la sutileza de las propuestas “respetuosas”, se ha quedado a la zaga con respecto a varias naciones latinoamericanas con atavismos semejantes a los nuestros. En Argentina, Uruguay, etc., la diferencia la hizo una sociedad civil saludable y heterogénea, capaz de establecer alianzas con los movimientos políticos progresistas para erigirse en entidad dialogante con los poderes.
Aprecio que ILGALAC haya optado por mi país, y cuento con que Cuba, además de exhibir sus discretos adelantos, esté dispuesta a sopesar las estrategias más avezadas que también expondrá la conferencia. Cuba tiene más que aprender.
En este sentido ¿qué podría ganar Cuba a partir de esta conferencia, especialmente en el tema de los derechos de las personas LGTBI?
Cuba ganará un buen debate. Acaso también se constituyan nuevas redes, otras rutas para el activismo. Todo dependerá de la capacidad que tengamos los cubanos de trascender las limitaciones del escenario turístico y del discurso triunfante que enunciamos en el programa divulgado por estos días.
En el sitio del CENESEX se debatió a partir de un post tuyo, donde cuestionabas a las vías efectivas para participar en la Conferencia. Como discusión al fin se abordaron otros temas, y en esas circunstancias un promotor de las redes comunitarias que tiene esa institución, al intentar valorar la realización de acciones por parte de activistas que no pertenecen a esas redes, aseveraba: “aprovecho la ocasión para hacerle saber a usted y al Proyecto Arcoiris que acciones de ese tipo solo entorpecen el proceso de cambio de mentalidad desde la sociedad y desde las acciones de sensibilización que se vienen realizando desde hace algunos años”. Mi pregunta es entonces: ¿qué crees de tal aseveración?
“Sensibilizar” es un verbo desafortunado en este caso. Los derechos se demandan, como revela la tradición cubana. Martin Luther King, aquel dulce incendiario, afirmaba que “los derechos demorados son derechos negados”. Argumentamos seriamente desde la certidumbre de estar asistidos por un derecho o nos entregamos dócilmente a quienes los niegan. Para dialogar hay que imponerse públicamente como entidades atendibles. En el activismo no sobra ningún grupo, ni siquiera la docilidad sobra, siempre que tenga su correlato enérgico. En el mejor de los casos, la estrategia de la sensibilización no puede excluir otros recursos. Que cada cual se reserve su modo de obrar también es un derecho. He dicho en otra parte que la lucha por los derechos LGBTI obliga a batallar por el ejercicio ilimitado de los derechos civiles y políticos. Las demandas de la ciudadanía LGBTI siempre serán políticas; es tiempo de asumirlas con esa connotación también en Cuba.
¿Qué expectativas tienes de la Conferencia?
La conferencia se anuncia con un cariz turístico que me desagrada. Será en Varadero, a la sombra de las palmeras; el acceso dependerá de paquetes anudados por Havanatur. Exactamente como una postal. La mayoría de las personas LGBTI cubanas ni siquiera saben que ILGALAC celebrará su conferencia en la Isla. No obstante, aparecer donde no nos esperaban obliga a multiplicar los sentidos del discurso con el propósito de representar ahí a los que seguimos fuera de la agenda reguladora del activismo LGBTI en Cuba. Me refiero a las lesbianas que demandan el acceso a la reproducción asistida, a las parejas del mismo sexo que no nos conformamos con la aspiración rezagada de una unión civil cuando podemos aspirar al matrimonio igualitario, a las personas transgéneros aún sometidas a la cosmovisión binaria de las instituciones. Debemos demostrar en la Conferencia que no somos tan monolíticos y dóciles. Disímiles e incluso contrapuestos modos de ejercer el activismo deben figurar ahí.
Por último, quisiera que te pusieras por un segundo en las siguientes identidades y me dijeras cual sería tu principal solicitud a un evento como este, si fueras:
Una mujer lesbiana, por supuesto cubana, de una pequeña localidad:
Reproducción asistida, derecho a la maternidad, pero más que eso, una estrategia transversalizada que propicie la visibilización por parte de las instituciones y los medios. Me han dicho que en un pueblo pequeño como Guaracabuya, por ejemplo, se cree que no hay lesbianas.
Transexual:
Terapia hormonal, de desearla, en cualquier hospital del país, sin mediaciones patologizantes. Que no haya que viajar hasta La Habana y demostrar una construcción convencional de la feminidad/masculinidad para acceder al tratamiento.
Madre de una adolescente lesbiana:
Una estrategia del MINED contra el acoso homofóbico en las escuelas. Abundan campañas contra el bullying en numerosos países. Las instituciones educacionales cubanas evaden referirse a estos episodios.
Hijo de pareja de hombres:
Existencia legal. Reconocimiento jurídico de las familias homoparentales.
Me alegra saber que finalmente Maykel estará en ILGALAC. Felicidades amigo. Tus consideraciones ya me las conozco de memoria de tanto debatirlas en nuestras charlas. Qué bueno leerte tan internacional.
Si Mariela Castro cree que su cabeza no rodara en aquel dia por su trabajo pro “libertinos” esta muy equivocada, nada salvara a su ascendencia ni su descendencia del final que les espera.
Sigue luchando mi amigo ,muchos confiamos en ti