Aquella vez hace 9 años, en una noche de diciembre con un café que Maria Fernanda nos regaló, conversamos largo y tendido sobre su carrera y su disco Canciones, del cual quedé prendado y fue la puerta a una amistad —admiración que solo sabe incrementarse ante la virtud y el riesgo de Harold López-Nussa en cada nueva entrega de su carrera.
Su más reciente disco Te lo dije me llevó de vuelta a Canciones, a esa manera muy cubana que Harold tiene de contarnos la música desde la simplicidad —no simpleza— , la humildad de romper moldes y la claridad de entender que la música no conoce de parcelas.
“Con Te lo dije intento burlarme de mí mismo y jugar con esa creencia que tenemos los cubanos de que nos sabemos todo y que somos los números uno en todo. Es un juego con nuestra cubanía y esa arrogancia inocente que me gusta tanto”, me cuenta en una conversación redes sociales mediante, ya que nada ni nadie se libra de la COVID-19 y sus impactos. Y, por supuesto, la música y su industria no son la excepción.
Un disco que vio la luz en el momento menos esperado, en un contexto marcado por una pandemia que ha cambiado la vida de todos y ha acelerado la manera digital en que consumimos los contenidos. Pero, quiero creer, que además es un momento en que necesitamos, más que nada, esos pequeños motivos para sonreír y sentir que aún hay cosas con sentido.
“El disco debía haber sido lanzado mucho antes. Por la pandemia no pudo ser. Pero pensamos que no podíamos seguir esperando para hacerlo. Ha sido un reto totalmente diferente a la manera en que acostumbro a trabajar. Hemos tenidos que adaptarnos. He sentido mucho apoyo de la disquera, de las diferentes agencias, de todas las personas que me han acompañado en los últimos años. No pocas. Tengo la suerte de tener un equipo de amigos, en quienes confío y quienes creen en lo que hago. Eso hace todo más fácil”.
Te lo dije es un fonograma alegre, y aunque pudiera intentar encontrar adjetivos más rebuscados que algún musicólogo o crítico adoraría, no los necesito, porque vino con credenciales propias cargadas de mozambique o reguetón, aderezadas magistralmente bajo el halo del jazz y ese bendito abanico de posibilidades que permite a quien crea.
“Quería que fuera un disco con una sonoridad tal vez un poco más pop, diferente al anterior. Aquí el sonido está tal vez más presente, con menos ambiente, la música también. Y siempre queda, por supuesto, espacio para la improvisación que es lo mágico que tiene el jazz”, asegura Harold quien, como en muchas otras batallas, se hizo acompañar de su hermano Ruy Adrián López-Nussa (batería), Julio César González (bajo) y Maykel González (trompeta).
Por si fuera poco, no le bastó ese trío de músicos como base para construir su disco. Tuvo que, además, regalarnos 4 colaboraciones especiales, por lo diversas y atrevidas de cuanto le he escuchado a Harold en tantos años.
¿Jazz con reguetón? Pues sí. ¿Musicalidad? Asegurado. ¿Homenajes? Puedes contar con ello.
“Me hice muchos regalos con este disco. Kelvis Ochoa y su cubanía criolla, Cimafunk y su impresionante proyección. Randy Malcom y mi idea loca de fusionar reguetón con jazz para tomar riesgos y salir de la zona de confort. El acordeonista francés Vincent Peirani, en una versión de lujo de Windmills of Your Mind, de Michel Legrand”.
Quien ha seguido la carrera de Harold López-Nussa ha sentido en cada disco un universo nuevo, como una biografía contada desde las teclas del piano o una historia de muchos a través de la música.
Esta vez, con Te lo dije, el pianista cubano y su cuarteto, quisieron acercar el jazz a la gente, con una sonoridad tal vez más pop o alejada de los estándares del jazz latino o cubano a los que estamos acostumbrados.
“Cada disco refleja lo que estás viviendo en ese momento, las influencias que tienes en tu vida personal y profesional. Fue una manera de acercarme a mis hijas —quienes cantan en el disco— y mi familia porque la vida de los músicos que giran mucho exige la separación de los seres queridos. Y me ha tocado bastante. Pero también con Te lo dije, como con Canciones, quise divertirme un poco con la música e intentar hacerla para todo tipo de público, no solo para consumidores de jazz, sino con una paleta más amplia de escucha”.
Cuando se repasa el disco de arriba a abajo como quien lee algo muy bueno que no puede dejarlo, más allá de la variedad y el riesgo sonoros, encuentras conexiones a historias comunes, a momentos de vidas, de aciertos, de necesidades, pero sobre todo, de alegría y esperanzas.
“Cada canción tiene su historia particular. “Habana sin sábanas” es un retrato mío de lo que entiendo es La Habana, la que yo vivo, la que camino, la que vivimos los habaneros, La Habana al descubierto; “Sobre el atelier”, es un tema dedicado a mi abuelo Leonel, que lo compuse encima de lo que era su atelier antes; “Un día de noviembre”, un tema de Leo Brouwer, que quiero mucho y que lo hice en son de habanera; y así cada tema. Las canciones que tienen la suerte de tener un videoclip van acompañadas de esa imagen visual que te condiciona el sentir; pero aquellas que no, te ofrecen la libertad de imaginar lo que desees y cada cual puede crear su historia acorde a lo que le inspire la música, que al final creo es lo más bonito”.
Del reguetón al Buey Cansao
Harold ya nos sorprendió hace algunos meses con su Jazztón junto al cantante del dúo Gente de Zona Randy Malcom, con quien le une una larga relación desde los tiempos de estudiantes de música.
Ahora, por si fuera poco, regala un homenaje al maestro Juan Formell y ese tema inolvidable como “El Buey Cansao”, de los Van Van, esta vez uniendo fuerzas con Cimafunk en un videoclip dirigido por el equipo de Nocturnal.
https://www.facebook.com/haroldlopeznussa/videos/332600451391275
“Los Van Van es una de mis orquestas preferidas. He crecido escuchando su música desde pequeño. Me marca y ha marcado a muchos cubanos. Y por eso el homenaje en este disco con dos temas”, agrega, “Hace mucho tenía ganas de hacer una versión de ‘El Buey Cansao’ y me di el lujo ahora de hacerlo con CImafunk, en una colaboración muy linda. Yo grabé el tema pensando en que él lo hiciera, pero no lo habíamos siquiera hablado. El año pasado estábamos ambos muy complicados y la colaboración fue a la distancia. Y cuando me envió su parte, me impresionó porque le había dado al arreglo el toque que le faltaba y fue mucho más de lo que imaginé”.
Te lo dije es un disco que llega en un momento crucial no importa si gustas del jazz o no, porque esa frontera no existe en estos 11 temas curados por Harold López-Nussa, su trío todoterreno de músicos y los invitados de lujo que tuvo. Es un disco para sonreír, para escuchar solo o acompañado, para bailar, para recordar o para mirar al futuro, para sentarte y reflexionar incluso en qué momento de tu vida te encuentras.
Cuando un fonograma logra eso, ya es exitoso. Y aunque él me dijo que no, para mí si es un ciclo. Canciones y Te lo dije cierran un círculo de madurez de un artista que no para de crear, para orgullo y alegría nuestra.