Apolo es el DJ Productor más joven de la Isla. Con solo 15 años llegó desde Villa Clara para presentar su música en el festival Proelectrónica 2014 y la acogida de organizadores y público fue excepcional. Este año, por segunda ocasión, Apolo se presenta en el evento y arrasa otra vez desde las máquinas. Parecen pocos 15 años para aprender todo lo que del género sabe este joven que se visibiliza a como la gran promesa de la música electrónica hecha en Cuba.
A este género está dedicado el festival, organizado por PM Records y la Oficina Proposiciones, con el objetivo de promocionar este tipo de música, reconocer la producción de los DJ´s y su quehacer artístico. En esta cuarta edición participaron 49 Dj´s. Su coordinadora general, Yoana Grass, comenta que “Proelectrónica está conformado por un equipo muy pequeño, apenas somos cinco personas que nos sobredimensionamos para concebirlo. Creo que ahora llevamos mejor las riendas y podemos controlar los procesos de trabajo. Estamos enfrascados en lograr una mayor trascendencia del espacio, que no se quede sólo en los conciertos, sino que la producción de los Dj´s se entienda más y de esta manera lograr la aceptación del público y las instituciones”.
Para algunos DJ´s es esta la mejor oportunidad de mostrar su trabajo o quizá la única manera de hacerlo. Para otros, Proelectrónica es una cita significativa a pesar de que solo se extiende por tres días.
El Dj Wichy del Vedado la considera “un espacio buenísimo para dar a conocer lo que estamos haciendo, pero es una oportunidad muy corta. Los Dj´s tenemos que ingeniárnosla para seguir mostrando nuestro trabajo el resto del año. Yo, por ejemplo, me presento en clubes y organizo pequeñas fiestas porque grandes producciones requieren de mucha inversión. Además, tengo un espacio fijo en lugares como el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y chocolate y el restaurante Fabio”.
Por otra parte, Dj Diemen Duff piensa que “en Cuba existen otros escenarios aparte de este festival que nos permiten mostrar lo que hacemos, como los clubes y las fiestas underground. Lo que sucede es que no son las mismas exigencias de este evento, aquí tú puedes tocar cualquier estilo, pero en un club tienes que adecuarte a los gustos de la gente y del propio lugar”.
Track 1: Siguiendo el remix
Hoy existe una mayor aceptación del género, el público ha crecido y la información sobre el género es mayor. La música electrónica no es algo nuevo, existe una tradición reconocida aunque aún no se trata de un género consolidado.
“Ya el público se ha ido informando mucho más, tenemos más espacios donde se puede escuchar esta música y conocer a los artistas. Esa es una de las principales causas de por qué tenemos seguidores más conocedores, y ese conocimiento hace que se pueda disfrutar más.
“Uno de los valores del movimiento de música electrónica es precisamente que no habla simplemente de un proceso musical, sino de un proceso artístico que implica varios de los sentidos, no solo el de la audición. El hecho de que no se disfruta solo de un concierto, sino de todo un perfomance en el que el público es parte”, afirma Laura Martín, integrante del equipo de comunicación del comité organizador de Proelectrónica 2014.
Por su parte, Diemen Duff considera que “en cierta medida el público es quien nos ha dado la imagen de pone música. Somos vistos como reproductores y no creadores debido a la falta de información y poco conocimiento sobre este género. Muchos Dj´s se enfrascan únicamente en atender las demandas de la gente, para mí un error. En nuestro caso el público es quien tiene que ir a escuchar tu creación, y es la oportunidad que brinda Proelectrónica”.
Además del conflicto que representa la carencia de espacios y aceptación del público, los Dj´s cubanos tienen que lidiar con otro obstáculo: hacer música electrónica cuesta. Lo mínimo para crear es contar con una laptop, a lo que se suma que los equipos técnicos sólo se pueden adquirir en el extranjero.
“Aquí no existe un lugar donde puedas comprar los recursos que se necesitan para hacer este trabajo. Se consiguen por otras vías, pero son muy caros. En este mundo de nada vale tener conocimiento y talento si no tienes como expresarlo”, agrega Diemen Duff.
A pesar de este panorama, el movimiento de la música electrónica en Cuba no se detiene. Los Dj´s productores continúan creando, algunos desde lo más privado y otros desde una “fama” ganada a fuerza de sonidos y espacios de difusión. Lo importante es que sus creaciones sean conocidas, pero más aún que una vez por año alcancen un lugar dentro de este festival, el único de su tipo en el país.
En palabras de Dj Apolo, “la mayoría de nosotros somos empíricos. Sin embargo, la buena factura que tiene la música electrónica cubana hace contraste con esa formación. A pesar de no tener una preparación académica lo que producimos hoy tiene buena calidad”.
A esto, Iliam Suárez, a cargo del concepto creativo, dirección artística y musical del evento, e integrante de I.A junto a Alexis de la O, agrega que “algo que ha llamado mi atención de esta edición es la entrada de Dj´s que vienen de otras ramas artísticas. También el número de obras de música experimental ha aumentado, aun siendo un estilo no tan popular. Esto es un crecimiento importante en cuanto a variedad y calidad dentro del festival, y del propio movimiento de música electrónica cubana”.
Track 2: Este remix es mío
A pesar de que muchos creadores no reparan en el registro de sus obras, Proelectrónica despertó por primera vez el debate alrededor de este tema, casi nulo en el escenario electrónico cubano. Si bien es poco común para los Dj´s proteger sus producciones, habría que detenerse en las causas de este desinterés. Son varias, pero destaca entre ellas el desconocimiento acerca del asunto. El término “Derecho de autor” despertó la curiosidad en más de uno. “Muchas veces sampleo, pero sí tengo temas que son completamente originales”, dice Apolo, quien no ha encontrado la guía necesaria para registrar su repertorio.
En lo que respecta a la música electrónica, la distribución de derechos de autor no siempre ha sido una cuestión pacífica en algunos países, debido a la falta de información sobre el repertorio de este género musical utilizado en clubs, festivales, emisoras de radio, etc., así lo afirma Álvaro Díez, abogado y presidente de 3K SoundCommunity.
A propósito, Darsi Fernández, representante en Cuba de la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE), agrega que “el Dj no encaja cómodamente en la industria musical fuera y dentro de Cuba. El ejemplo más evidente es el hecho de que existan festivales, un movimiento en ascenso, con fuerte presencia de jóvenes, y que ninguna disquera produzca una compilación de música electrónica cubana. Sin dudas hay un divorcio. Los Dj´s tendrán que hacer su propio sello y no esperar por otros”.
Iliam Suárez concuerda con la idea de que “a las disqueras cubanas no le interesa el género porque no lo entienden y no lo van a entender hasta que las personas que están ahí ahora se retiren y entren otras de otra generación. Si no comprendes algo sencillamente no te interesa. La comercialización de nuestra música es muy difícil porque vivimos en la periferia de la industria y eso siempre te va a dar una posición desventajosa. Yo no creo que la música electrónica llegue al mainstream y es simplemente por esta situación. Así que toca una lucha para que por lo menos se entienda aquí”.
Los Dj´s están siendo protagonistas de una crisis de fe que se ha destapado alrededor del derecho de autor. Desde que comenzó la cultura del remix los Dj´s empezaron a crear utilizando obras preexistentes, y cuando fueron a registrarlas se encontraron con un problema en muchos casos insalvable: sencillamente no podían protegerlas sin el permiso de los autores originales. Al respecto, Darsi Fernández comenta que aunque el movimiento de Dj´s crece con los años en Cuba, solo dos autores se han registrado en la sociedad que ella representa.
Así soplan los aires de la electrónica cubana. Un género que está en constante crecimiento y posicionamiento dentro del panorama musical de esta Isla. Hoy Dj´s y productores se enfrentan a un escenario complejo, en una pugna por validar un género para algunos fuera de los marcos de “lo nacional”.
Mientras, se siguen sumando ediciones de un festival que apuesta por promover y mostrar la música electrónica hecha en Cuba. Un espacio en crecimiento. Una cita anual que no se conforma con tres días de presentaciones, por el contrario, pretende ser portavoz de todo un movimiento que no por desconocido está ausente.