En un mes, el presidente de EE.UU. Donald Trump abandonará la Casa Blanca con 250 millones de dólares en el bolsillo. Eso es lo que ha podido recaudar después de perder la presidencia para mantenerse activo políticamente con las elecciones del 2024 en la mira.
La cantidad es inaudita para un presidente saliente, como también es inaudito que Trump se dedicara a recaudar fondos. Ese dinero debía ser usado mayormente en las demandas legales para revertir o anular las elecciones, ya que el mandatario considera que todos los votos atribuidos a su rival, el candidato demócrata Joe Biden, como votos “ilegales”. Pero como ninguna demanda prosperó, ni siquiera la interpuesta en el Tribunal Supremo, esos fondos quedaron sin usar y 60 millones han sido depositados en un súper comité político que ha creado y controlará después de que deje el cargo, según el The New York Times.
Son fondos, que superan con creces lo que los presidentes salientes anteriores tenían a su disposición, le brindan una tremenda flexibilidad para sus ambiciones en 2024. El todavía mandatario podría usar el dinero para sofocar las facciones rebeldes dentro del Partido Republicano, recompensar a sus leales, financiar sus viajes y mítines, contratar personal, e incluso sentar las bases para una carrera todavía incierta para 2024.
Pero también pueden servir para pagar las cuentas de todo proceso legal de que sea blanco. De ser así, no tendría que usar un centavo de su bolsillo. Con ello, Trump, que obtuvo unos 72 millones de votos en las recientes presidenciales, probó que es un recaudador formidable. Solo el primer día de la recaudación, el pasado 6 de noviembre, ingresaron a las arcas republicanas casi 750 millones por hora.
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“En este momento, él es el Partido Republicano. El partido sabe que prácticamente cada dólar que han recaudado en los últimos cuatro años se debe a Donald Trump”, dijo al rotativo John McLaughlin, un encuestador republicano que trabajó en la fallida campaña de reelección.
Durante la campaña, muchos de los gastos elevados como anuncios de televisión y digitales, se canalizaron a través de una corporación llamada American Made Media Consultants. Eso permitió que Trump y el partido ocultaran muchas de las recaudaciones pero, más importante aún, su origen. En determinado momento entre los directivos de la corporación aparecieron la nuera del presidente, Laura Trump, asesora principal de la campaña, y John Pence, sobrino del vicepresidente.
Este año, la Comisión Federal de Elecciones abrió un proceso contra American Made Media Consultants bajo la acusación de “lavar” fondos para ocultar al beneficiario final del gasto de la campaña de Trump. El caso sigue su curso en la justicia.
Grande ese hombre, USA lo quiere y lo necesita.
Gran sinvergüenza, se aprovechó de los ilusos que lo siguen para intentar robarse las elecciones ,recaudar dinero y alimentar su narcisismo .