Los Premios Oscar, otorgados por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, no han estado exentos de polémica en sus 93 años de historia. Esto se debe a diversas razones, pero sin dudas una de las discusiones más antiguas de esta competencia (y de muchos eventos similares), es si realmente todos los nominados y premiados merecen reconocimiento en detrimento de otros, merecedores de estar también en la ansiada gala que organiza la Academia estadounidense.
Este año Hollywood zanja una de sus deudas más antiguas: disminuir las brechas de género y raza que persisten desde los inicios en las premiaciones, acción que se mantendrá en lo adelante, a juzgar por las medidas implementadas para venideras ediciones.
Ahora bien, la eterna discusión sobre quiénes merecen estar y quiénes no persistirá. Es casi imposible abarcar todo un año de producciones cinematográficas en poco más de 100 nominaciones, que concurren en 23 categorías de galardones; aunque esto no implica que se pasen por alto nombres que, por mérito propio, deberían estar.
Incluso es normal ver películas nominadas en una o dos categorías menores, o con un número importante de nominaciones, sin competir por el premio a “Mejor Película”. Casos abundan a lo largo de casi un siglo de premiaciones, y este año no ha sido la excepción.
En este sentido hay ausencias que no se justifican. Se trata de cintas que han ganado premios y reconocimientos de la crítica y el público, pero que los miembros de la Academia deciden no nominar.
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¿Descuido o intención?
El pasado año varias películas tuvieron como argumentos historias complejas que reflejan conflictos de la sociedad estadounidense y, además, tocaron temáticas sensibles dentro de la política de ese país; esas historias muchas veces son obviadas por los premios de la Academia. Varios son los títulos que, en esta ocasión, se encuadran en estos ejemplos.
Uno de los más notables es sin dudas Da 5 bloods, del director Spike Lee, que entreteje en la cinta su habitual y necesario discurso sobre la desigualdad racial, esta vez en un contexto como el de la Guerra de Vietnam, aunque el filme no se queda en aquellos años y trasciende a continuidades de esos problemas existentes en la actualidad.
La historia de cuatro soldados afroamericanos retirados que buscan el cadáver de su amigo, enterrado en Vietnam, así como un botín de oro oculto también en la selva vietnamita, sirven como pretexto para que Lee retrate más de medio siglo de discriminación y los horrores cometidos por Estados Unidos durante aquel conflicto bélico.
Puede que sea una de las películas más personales del director desde Do the right thing, con un claro matiz político enfatizado todo el tiempo, especialmente en el personaje que interpreta Delroy Lindo, cuyo discurso funciona por momentos como manifiesto político del filme, incluso del propio director.
Además de la actuación de Delroy —que bien merecía una nominación— destaca el guión original de Lee, donde se logran alternar elementos de no ficción, y que solo alcanzó una nominación a “Mejor banda sonora”, otro aspecto en el cual siempre destacan las producciones del realizador, muchas veces ignorado en los Oscar.
Si bien este año son varias las películas en las que se aborda el tema de la discriminación racial como Judas y el Mesías negro, Una noche en Miami, El blues de Ma Rainey, Los Estados Unidos contra Billie Holiday —mención aparte para el documental Time—; sólo la primera cinta logró optar por la categoría de “Mejor película”, si bien la ya mencionada Da 5 Bloods, El blues de Ma Rainey y Una noche en Miami pudieron merecer igual reconocimiento.
En el caso de Una noche en Miami, la no inclusión en la categoría de “Mejor Película” y “Mejor Dirección” para Regina King aún asombran. De haber sido considerada, hablaríamos de la primera nominación de una mujer negra en dicha categoría, en esta ópera prima de la actriz —ya oscarizada— que debuta como directora por la puerta grande al adaptar la pieza de teatro homónima de Kemp Powers, categoría en la cual el filme sí clasificó.
El mauritano fue otra de las películas pasadas por alto en esta ocasión. Si bien la cinta no presenta tantos méritos como la de Spike Lee, Jodie Foster, en el rol de la abogada Nancy Hollander, y Tahir Rahim, en la piel de Mohamedou Ould Salahi, pudieron merecer mejor suerte en la lotería de las nominaciones, aún más considerando que Foster alcanzó el Globo de Oro a “Mejor actriz de reparto” por la cinta. El guión, adaptado del libro Diario de Guantánamo, de Salahi, así como la fotografía del filme, también pudieron correr con mayor suerte entre los nominados de este 2021.
El filme cuenta el día a día de un prisionero en la Base Naval de Guantánamo, Cuba, y expone el proceso carcelario de Mohamedou a lo largo de 14 años allí, donde cumplió una condena injusta como presunto organizador de los ataques del 11 de septiembre de 2001, un crimen del cual nunca se le acusó legalmente.
Este incómodo relato muestra todo el proceso por el que pasó el mauritano, desde su detención, la salida a la luz de documentos secretos oficiales del gobierno estadounidense y parte de las torturas a las que fue sometido, en el que fue uno de los casos judiciales más polémicos del actual Siglo. Aunque el guión no se detiene en este proceso, centra el relato en el tiempo que el protagonista pasa en la cárcel de la Base. Una película desgarradora a la que, al parecer, no conviene dar mucho más mérito del que realmente merecería.
Otras películas como La asistente —que nos recuerda el caso Weinstein y el #metoo—; el documental El dilema social, que desenreda parte del algoritmo maquiavélico de funcionamiento de las redes sociales, son otros materiales que pasaron sin penas ni glorias en las categorías en las que más opciones tenían: Julia Garner como “Mejor Actriz“ por La asistente y “Mejor Documental“ en el caso del segundo. ¿Las razones? Ignoramos, pero no creo que rememorar el escándalo sexual de Harvey Weinstein y dar crédito a un documental —de Netflix para colmo— donde queda en evidencia cómo las redes manejan nuestras vidas sea muy conveniente.
Injusticias y olvidos
Otros largometrajes, aunque merecieron alguna suerte entre las nominaciones de este 2021, con nombres que lograron alguna que otra tímida mención, pudieron aspirar a más opciones para competir por un premio.
Ya mencionábamos los casos de Una noche en Miami, El blues de Ma Rainey —con tres y cinco nominaciones respectivamente— pero también Noticias del mundo pudo optar por más que “Mejor Sonido”, “Banda Sonora”, “Diseño de Producción” y “Fotografía”.
Protagonizado por Tom Hanks, Noticias del mundo vuelve a regalarnos una actuación de lujo del consagrado actor, con una estelar Helena Zengel —la pequeña niña secuestrada por nativos americanos— a quien Hanks debe llevar de vuelta a los únicos parientes de la pequeña.
En ese recorrido, Hanks (como el retirado capitán confederado Jefferson Kyle) nos muestra a los Estados Unidos luego de la Guerra Civil, gracias —en buena parte— al trabajo de Fotografía de Dariusz Wolski y la edición de William Goldenberg, dos de los artífices principales del filme dirigido por Paul Greengrass, quien presenta en un drama sobrecogedor la adaptación de la novela de Paulette Jiles.
https://www.youtube.com/watch?v=lJ0Uj_D8eU0
Producciones de este tipo han sido de las preferidas por la Academia años atrás para escoger a los nominados. Quizás en otro momento este largometraje habría corrido con mayor suerte, si bien obtuvo varias nominaciones en las categorías donde de hecho más sobresale.
Entre las películas completamente ignoradas este año sí llama la atención la ausencia total de Estoy pensando en dejarlo, escrita y dirigida por el siempre sobresaliente Charlie Kaufman, uno de los guionistas más reconocidos de los últimos años, que colecciona títulos como Being John Malkovich, Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Adaptation, El ladrón de orquídeas, Synecdoche, New York y Anomalisa; las dos últimas cintas bajo su dirección.
En Estoy pensando en dejarlo, Kaufman, con su habitual toque introspectivo acerca de la naturaleza de las relaciones humanas, presenta un guión adaptado de la novela de igual nombre, donde a través del personaje principal interpretado por Jessie Buckley el realizador nos sumerge en la mente de (¿una joven?), en un relato aparentemente caótico. Kaufman no descuida detalles y ofrece pistas al espectador para resolver el suspense psicológico durante las poco más de dos horas de la película.
Además del guión y la edición del filme, resaltan de igual manera las actuaciones de Buckley y su compañero de reparto Jesse Plemons, como Jake, así como el trabajo de fotografía del polaco Lukasz Zal (Loving Vincent, Cold war, Ida), apartados donde perfectamente pudo estar nominada la película; además de que sin dudas pudo merecerle una mención a Kaufman como director.
Siguiendo con los títulos singulares de este año, Kajillionaire fue otra de las sorpresas que trajo el 2020. Escrita y dirigida por Miranda July, cuenta además con una Evan Rachel Wood fenomenal dando vida a la nómada Old Dolio Dyne. Los compañeros de reparto de Wood, Richard Jenkins y Debra Winger, también tuvieron actuaciones relevantes en este drama/comedia.
Con ironía y humor negro July presenta a una familia de estafadores que viven al margen de la sociedad, personajes bien construidos, difíciles de clasificar por las diversas características que se mezclan en ellos; aunque podemos reconocer a la inocente Old Dolio como principal víctima de sus padres y la crianza que le dieron, que estuvo basada, eso sí, en sus conocimientos retorcidos sobre cómo funciona el mundo que les rodea.
La banda sonora de la compositora Emile Mosseri es otro de los puntos supremos de la cinta, aunque con menos suerte que la otra partitura original que compuso Mosseri para Minari, otra de las injusticias cometidas contra uno de los filmes más originales que pudimos disfrutar el pasado año.
Por otra parte, aunque los Oscar han ido introduciendo de forma tímida producciones indies y del cine independiente, una de las películas ignoradas por completo en esta edición fue Nunca, casi nunca, a veces, siempre, de lo mejor del cine independiente del pasado año, dirigida por Eliza Hittman.
El guión de Hittman sigue a la adolescente Autumn, tímida e introvertida, que debe lidiar con un embarazo accidental en una localidad rural de Pennsylvania. Con la ayuda de su prima Skylar, ambas jóvenes se trasladan a New York con escasos ahorros para interrumpir el embarazo.
Este filme logra mostrar, con pocos recursos y una puesta en escena sólida, uno de los momentos más difíciles para cualquier adolescente; un viaje complejo —no sólo desde el punto de vista económico sino también psicológico— para la protagonista, que se ve sola en buena parte de este recorrido emocional representado por la actriz Sidney Flanigan en su estreno en el cine, un debut por la puerta grande.
Tanto Flanigan como Hittman, por su guión y dirección, pudieron colar esta conmovedora película entre las mejores de la Academia este año, pero Minari les ganó el pulso dentro de las cintas independientes por derecho propio, así que tendremos que esperar a ver si podemos encontrar otras producciones similares en la lista de nominados en el futuro.
Los largometrajes First Cow (otro relato íntimo y minimalista que recrea parte la historia de los Estados Unidos desde una perspectiva diferente); El lago del ganso salvaje, pieza tremendamente original del director chino Nan Fang Che Zhan De Ju Hui, que transita por varios estilos cinematográficos (sabemos que el cine de género no es de los favoritos en competencia); La increíble (divertida, peculiar y bien desarrollada) historia de David Copperfield, versión recreada por Armando Ianucci de la novela de Charles Dickens —y una de las producciones más espectaculares del año— también quedaron fuera por completo en la pugna por los Oscar.
El documental Rapera a los 40, el cortometraje La voz humana, de Pedro Almodóvar; así como los internacionales La Llorona (Guatemala-Jairo Bustamante) y Nuevo Orden (México-Michel Franco), fueron completamente obviadas en sus categorías, y la lista pudiera ser interminable, aunque estos son solo algunos de los nombres más aclamados en el 2021 por espectadores y especialistas, nunca conformes —por suerte— a la hora de reconocer y premiar lo mejor de la industria cinematográfica; que se vio bastante afectada este año y cuyo bálsamo serán unos Oscar tremendamente inclusivos, algo que, al parecer, llegó para quedarse.