La capital de Estados Unidos, enclavada en el Distrito de Columbia, pudiera transformarse en el estado de Columbia después de que la Cámara de Representantes aprobara este jueves un proyecto de ley para otorgarle a la zona, enclavada entre los estados de Maryland y Virginia, la condición de estadidad.
El proyecto ha sido enviado al Senado, pero analistas prevén que podrá tener dificultades por la oposición de los republicanos, quienes temen que un eventual estado de Columbia, el 51 de la nación, tiene todas las posibilidades de ser controlado por los demócratas en los dos ámbitos legislativos. Los demócratas ya tienen mayoría en la Cámara. Con dos asientos más en el Senado, controlarían todo el legislativo en las elecciones de 2022, suponiendo que logren mantener lo conquistado en noviembre pasado.
El deseo de transformar la capital de Estados Unidos en un estado no es una novedad sino un objetivo de los demócratas desde el siglo pasado, pero hasta ahora no se habían dado las condiciones propicias. Disponen de una mayoría en la Cámara y en el Senado, aunque la mayoría no sea tan cómoda. La presidenta de la Cámara Alta, la vicepresidenta Kamala Harris, es un seguro voto de desempate.
Los demócratas “escogieron el momento adecuado para hacerlo pasar sin gran debate. El público está concentrado en el desenlace del juicio del policía que mató a Floyd y los legisladores están prestando más atención a una ley de castigo a los desmanes contra la población asiática”, le dijo a On Cuba el analista republicano Carlos Martínez, de la Universidad de Florida. “Un estado de Columbia es un pilar central en el impulso del Partido Demócrata para expandir los derechos de voto y abordar la desigualdad racial”, entre otras razones porque el personal civil del gobierno es mayormente afroamericano.
Una alternativa a nivel de nombre sería crear un estado número 51 llamado “Washington, Douglass Commonwealth” en honor a Frederick Douglass, el líder de la emancipación negra y los derechos civiles. El nuevo estado tendría un solo representante con derecho a voto en la Cámara y dos senadores que representan a sus más de 700 000 residentes, también mayoritariamente afroamericanos.
El año pasado la Cámara aprobó la legislación sobre la estadidad, pero dada la posición republicana, mayoritaria en ese momento, el proyecto murió en el Senado porque se negaron a considerarlo.
Hoy jueves los republicanos de la Cámara nuevamente se opusieron de manera uniforme a la legislación, calificándola de una “toma de poder inconstitucional por parte de los demócratas”.
“El Congreso tiene tanto la obligación moral como constitucional para aprobar la H.R.51″ , dijo Eleanor Holmes Norton, delegada de la Cámara, pero sin derecho a voto, del Distrito de Columbia.
Norton ha defendido la legislación, pero no pudo votar sobre el proyecto de ley del que es coautora. “Este país se fundó sobre los principios de no tributación sin representación y el consentimiento de los gobernados. Pero los residentes del DC pagan impuestos sin representación y no pueden aceptar las leyes bajo las cuales ellos, como ciudadanos estadounidenses, deben vivir”, argumentó.
El proyecto de ley fue aprobado con 216 votos contra 208. La Casa Blanca confirmó el apoyo del presidente Biden. La Oficina de Gestión del Presupuesto emitió una declaración sosteniendo que convertir al Distrito de Columbia en un estado “haría a nuestra unión más fuerte y más justa”.
Pero incluso con los demócratas controlando el Senado, las perspectivas de éxito de la medida siguen siendo escasas, entre otras cosas porque para pasar la Cámara Alta se necesitan 60 votos favorables. Además, algunos senadores demócratas no han respaldado públicamente la propuesta.
Otro aspecto que ha impulsado este cambio hacia la estadidad es que a falta de un gobernador, durante los disturbios del 6 de enero en el Capitolio la alcaldesa Muriel Bowser no tenía autoridad para movilizar a la Guardia Nacional.
“La estadidad para el Distrito de Columbia trata de mostrar respeto por nuestra democracia, por el pueblo estadounidense y por nuestra Constitución”, dijo el jueves la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Los republicanos han montado una campaña contra la legislación, insistiendo en que no se trata de una representación equitativa, sino de una medida destinada asegurar que los demócratas obtengan tres votos seguros, dos en el Senado y uno en la Cámara, y aumenten sus márgenes en ambas cámaras. Durante una hora de debate, varios legisladores republicanos criticaron el proyecto de ley al considerarlo una afrenta inconstitucional y colocado en contra lo que pretendían los fundadores del país cuando establecieron la capital del país.
“Ellos nunca quisieron que la sede de nuestro gobierno fuera un estado, y lo reflejaron específicamente en la Constitución”, dijo la representante Jody B. Hice, republicana de Georgia. “Lo que los demócratas realmente están tratando de hacer, que no van a admitir, es ganar aún más representación al crear una ciudad-estado mediante la cual obtienen dos senadores más”, agregó.