ES / EN
- diciembre 27, 2025 -
No Result
Ver todos los resultados
OnCubaNews
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
OnCubaNews
ES / EN
Inicio Cuba Sociedad Historia

¿Quién no se llama Carlos o cualquier otra cosa? (II)

por
  • Olga Elena Suárez Pérez
    Olga Elena Suárez Pérez
septiembre 4, 2014
en Historia
3

Cuando vuelvo a buscar a Carlos a Sol 466, ya no está. Es también domingo, el domingo de dos semanas después, y un sueño brusco se arrastra detrás de mí, de nuevo, o todavía, como una cola prehistórica. Entro al solar, subo las escaleras, bordeo el pasillo del segundo piso y llego hasta el tercero por las escaleras de madera. Pero no hay nada más que la silla de hierro vacía. Ni Carlos ni esa sombra larga de Carlos que son sus sacos de pomos y latas. Miro a uno y otro lado, bajo los balcones interiores del edificio, techos de fibrocemento ampollados de inmundicias como dos presas drenadas, como los dos ojos de un pez enorme que, arrastrado por la corriente, voltea a mirar la presa. Me rastrillo el pelo desde la nuca hasta la frente con una mano, la dejo caer sobre los ojos, los aprieto y me pregunto dónde carajo estará este hombre.

En la parada, allá al doblar, en Luz y Egido. Hace como una semana que está durmiendo ahí. Ve, que te lo vas a encontrar en uno de esos bancos. Me dice y vuelve a entrar a su cuarto el vecino, con la toalla colgada del cuello y un hilo de agua chorreándole hasta la barriga. Egido es una calle ancha, llena de gente, bicitaxis, almendrones y guaguas que parecen animales desorbitados, hormigas locas que casi a punto de colisionar se reorientan naturalmente en ese flujo inacabable. Pienso: No debí haber venido sola, no tengo el denuedo para acercármele a un vagabundo en la calle y preguntarle cómo le va, Carlos, se acuerda de mí, delante de toda la gente que pulula en una parada de La Habana Vieja un domingo a esta hora y que no es, digamos, la gente que va corriendo al trabajo el viernes con un buche de café y una camisa más o menos limpia, sino que es la gente que fue corriendo al trabajo el viernes con un buche de café y una camisa más o menos limpia pero que ahora tiene, como una suerte de franquicia dominical, todo el tiempo del mundo para recostarse contra la pared nauseabunda o contra un poste de la parada y dictaminar desde ahí qué puede hacer una muchachita con el pelo corto y la piel blanca pero que no es extranjera esta muchachita, qué va asere, no es yuma, es cubana, acercándose a un buzo, a un pordiosero, a un indigente, a un mendigo, y preguntarle cualquier cosa, lo que sea, a esta hora del día. Hay una infracción en el acercamiento mismo, una violación que no se determina jamás en palabras y que se parece, más que a nada, a un atrevimiento. A una molestia indescifrable, como una perla podrida dentro de una concha, sobre los cimientos de las avenencias humanas, siempre tan delicadas.

Voy a pasar de largo para sondear el terreno. Es temprano, quizás haya dos o tres gentes nada más en la parada. Quizás no haya nadie, me digo y me doy una palmada en el hombro. ¿Qué puede pasar? ¿Qué te reconozca? No lo mires. De tu nombre no se va a acordar. Ahí va otra palmada. Y cuando, en efecto, paso de largo delante de Carlos, que está dormido aún sobre sus sacos con una camisa de mezclilla de mangas largas y un short negro corto, ninguna de las doce o catorce personas que esperan el P4 o el P13 o la 18 o la A2 repara en mí. Entonces me entierro como un animal confundido en una tienda muy chiquita y muy calurosa que hay justo al lado, en la que no puedo decidir nada porque el calor empieza a empantanarme el entendimiento, hasta que salgo de un golpe como si me hubiesen expulsado de este lugar, como si me hubiesen sorprendido robando alguna cosa, y camino unos metros hasta otra tienda igual de chiquita y de tórrida que la primera y regreso, sin pensar en nada, sin alentarme a nada, hasta la parada donde esperan doce o catorce personas que no saben, hasta este instante preciso, que yo existo. Que la amenaza está en mí.

¿Cómo está, Carlos? Le digo y le sacudo un poco el hombro, suave pero sin ternura. No sé cómo lo he hecho y no es del todo prudente especular sobre eso ahora. Ya estoy aquí, sentada con Carlos, esforzándome por dilatar la frecuencia de mi respiración que combate los olores de un radio bastante amplio alrededor de su cuerpo. Estoy aquí, del otro lado de un lugar al que pertenezco y que ahora no puedo definir con claridad. Frente a ocho o diez personas (al menos cuatro se han montado en una guagua) que presencian, refulgentes bajo este último sol de agosto, el espectáculo de mi carne inmóvil a veinte centímetros de la carne de Carlos.

Todos, sin pizca de diplomacia, antes con la cabezas entornadas hacia la izquierda tratando de avistar alguna guagua, han volteado sus figuras domingueras hacía mí. Y son muchos. Ahora sé que son muchos del mismo modo en que sé que, de haber estado junto a ellos, en la cola, mi cuerpo estaría volteado también hacia mí misma. No hubo, hasta este instante, nada extravagante o absurdo sobre este banco. El sueño de un hombre viejo sobre la basura liberada de los tanques de esta ciudad no merece la atención de nadie. Es así, no hay sarcasmo. Si la gente no le presta atención a este tipo de cosas es porque este tipo de cosas no la merecen. Es porque hay algo torcido un poco más abajo, y no estoy diciendo tan abajo como en la naturaleza de cada uno de nosotros, porque eso sería estúpido, sino un poco más arriba de eso. En la capacidad de enfrentarnos, sin grandes alardes, al menos al pellejo de una anuencia tóxica que determina lo que es escandaloso o no (sin pensar ya, porque eso sería demasiado, en que ese pellejo es lo único que tenemos y que tendremos. Lo otro, lo que aún sin poder detectar nos lastra ferozmente, resulta, al cabo, una parte de nosotros mismos: casi un pulmón, casi los dos pulmones. El eslabón perdido, llamémosle, entre el pellejo y la naturaleza humana.)

Entre los hombres con camisetas y las mujeres con gafas que miran, hay un niño. Un niño al que, de poder, le diría que saliera corriendo de aquí. Lleva un pantaloncito rojo y un desmangado azul a rayas. Es jabao y tiene, sobre la boca abierta y la nariz ancha, dos ojos recios. Ocho o nueve años quizás y aunque la boca permanece abierta los ojos ya no escrutan. Va tomando el gesto de la manada, la manada que lo entiende todo, resuelta a hacerme saber que lo entiende todo, rabiosa ahora por el desconcierto inicial. Pero no hay ni más civilización ni menos barbarie de uno y otro lado de la parada de Luz y Egido. Yo estoy aquí para escribir, le he dicho a Carlos, un negocio, me ha contestado él. Dos o tres panes con jamón cada vez que venga, hemos pactado. Hay un punto de cruce donde se neutralizan y ninguna es completamente sin la otra. Has vuelto, me dice Carlos y ladea el rostro para limpiarse el ojo ciego. No encontré nada que valiera la pena por ahí. Bah, no habrás buscado, balbucea mientras enfila el ojo ahora limpio, el ojo azul aguanoso hasta el público de la parada, y el ojo mira como el ojo de un pez enorme que aletea en la presa vacía, la corriente que se aleja.

Noticia anterior

Maní Roselló: bueno y cubano desde hace 70 años

Siguiente noticia

Toda la vida en una noche de septiembre

Olga Elena Suárez Pérez

Olga Elena Suárez Pérez

Dice Virginia Woolf en Orlando: De modo que toda esta charla y censura y elogios y ver personas que la admiran a uno y ver personas que no la admiran a uno, nada tiene que ver con la cosa misma: una voz tratando de contestar a otra voz. Pero esa es Virginia. No sé, probablemente no lo esté diciendo como debería, pero yo solo tengo ganas de escupir.

Artículos Relacionados

Una de las etiquetas históricas de una marca alicantina de turrón que tuvo sede en Cuba. Foto: Tomada de www.madeinjijona.com.
Historia

Dulce amargura: la saga cubana del turrón español

por Igor Guilarte
diciembre 20, 2025
0

...

El lunes 5 de abril de 1915 Johnson y Willard estuvieron cara a cara en la publicitada “pelea del siglo”. Foto: Tomada de www.reddit.com.
Historia

La farsa del siglo en Marianao

por Igor Guilarte
diciembre 13, 2025
0

...

Proa del pecio Cristóbal Colón, coloso de hierro que parece estar encadenado al oscuro abismo de playa La Mula, en Santiago de Cuba. Foto: Vicente González Díaz.
Historia

Teo Rubio, buzo: “el mejor pecio del mundo es el Cristóbal Colón y está en Cuba”

por Igor Guilarte
diciembre 6, 2025
6

...

Retrato de María joven publicado por la revista Cuba y América, en 1901.
Historia

María Mantilla: ¿la hija del silencio?

por Igor Guilarte
noviembre 29, 2025
2

...

La tienda El Encanto creció hasta adquirir el carácter casi legendario de un templo a la elegancia, donde se cuidaba el más mínimo detalle. Foto: Revista Bohemia.
Historia

Memorias de El Encanto que perdió La Habana

por Igor Guilarte
noviembre 22, 2025
5

...

Ver Más
Siguiente noticia
Pancho Céspedes en La Habana

Toda la vida en una noche de septiembre

La odisea de Yoslan Herrera hacia la MLB

Comentarios 3

  1. Javier says:
    Hace 11 años

    Esta muchacha hace que me desconcierte, cosa nada fácil. Escribes extraño, que no es lo mismo. Carlos, pan con jamón, quizás un refresco, o cigarros, ¿fuma?…no sé. ¿Y para qué? Nadie sabe, quizás ni ´tu misma. Es hermoso igual. Suerte.

    Responder
  2. Dblanco says:
    Hace 11 años

    El primero me gusto mas … esperemos el III a ver si dice algo

    Responder
  3. el inagotable says:
    Hace 11 años

    No lo pude leer. Aca, en el North West de Miami donde trabajo hay varios de esos

    despojos humanos, y hay al menos uno aun mas

    harapiento y destartalado que este sujeto y la verdad las ganas que dan es de

    voltear la cabeza , apretar el pedal para meter gas en el tanque

    y olvidar haberlo visto . No encuenttro nada que valga la pena

    relatar de esas imagines,

    Saludos.

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

La conversación en este espacio está moderada según las pautas de discusión de OnCuba News. Por favor, lea la Política de Comentarios antes de unirse a la discusión.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete

Lo mejor de OnCuba, cada semana. ¡Únete a nuestra comunidad!

Más Leído

  • Foto: Néster Núñez.

    “Hay un desabastecimiento prácticamente total en farmacia”, reconocen autoridades del Minsap

    406 compartido
    Comparte 162 Tweet 102
  • Nuevo hotel cinco estrellas en Varadero apunta a la marina y al regreso del turismo italiano

    403 compartido
    Comparte 161 Tweet 101
  • Buque con 330 000 barriles de petróleo ruso llega a Cuba

    394 compartido
    Comparte 158 Tweet 99
  • Cuba recibió hasta noviembre cerca de un 19 % menos turistas que en la misma etapa de 2024

    67 compartido
    Comparte 27 Tweet 17
  • “En 2013 hay que superar los 6000 puntos”

    6966 compartido
    Comparte 2793 Tweet 1739

Más comentado

  • ¿Y las distorsiones políticas? Conversación con el filósofo Wilder Pérez Varona

    139 compartido
    Comparte 56 Tweet 35
  • Banco Central habilita vía bancaria para que el sector no estatal acceda a divisas

    574 compartido
    Comparte 230 Tweet 144
  • “Hay un desabastecimiento prácticamente total en farmacia”, reconocen autoridades del Minsap

    406 compartido
    Comparte 162 Tweet 102
  • Maíz y soya transgénicos en Cuba: dos relatos divergentes en clave oficial

    206 compartido
    Comparte 82 Tweet 52
  • El kilómetro italiano de La Habana: una pista de aterrizaje para ilusiones y realidades

    207 compartido
    Comparte 83 Tweet 52

Cannabidiol

  • Sobre nosotros
  • Trabajar con OnCuba
  • Política de privacidad
  • Términos de uso
  • Política de Comentarios
  • Contáctenos
  • Anunciarse en OnCuba

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

No Result
Ver todos los resultados
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
Síguenos en nuestras redes sociales:

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

Consentimiento Cookies

Para brindar las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como cookies para almacenar y/o acceder a información del dispositivo. Dar su consentimiento a estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o identificaciones únicas en este sitio. No dar o retirar el consentimiento puede afectar negativamente a determinadas características y funciones.

Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario con el fin legítimo de posibilitar el uso de un servicio específico solicitado explícitamente por el suscriptor o usuario, o con el exclusivo fin de realizar la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferences
The technical storage or access is necessary for the legitimate purpose of storing preferences that are not requested by the subscriber or user.
Estadística
El almacenamiento o acceso técnico que se utilice exclusivamente con fines estadísticos. The technical storage or access that is used exclusively for anonymous statistical purposes. Without a subpoena, voluntary compliance on the part of your Internet Service Provider, or additional records from a third party, information stored or retrieved for this purpose alone cannot usually be used to identify you.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad o para rastrear al usuario en un sitio web o en varios sitios web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}