El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pidió perdón a las víctimas de la ocupación europea, resaltó que la conquista fue un rotundo fracaso e hizo un llamado a no repetir ese tipo de invasiones.
Hablando desde el Zócalo de la capital mexicana, el presidente consideró ocioso retomar la vieja polémica sobre si los pueblos originarios de Mesoamérica eran o no bárbaros. Pero sí hay asuntos que deben aclararse en la medida de lo posible, señaló.
Dijo que la pregunta obligada era si la matanza de miles de indígenas de Cholula, en el Templo Mayor, en la toma de Tenochtitlán y los asesinatos de Moctezuma, Cuauhtémoc y otros líderes aztecas trajeron civilización a las tierras que Hernán Cortés bautizó como la Nueva España.
Se preguntó: ¿Valieron la pena tantas muertes, tanto pueblo arrasado, saqueado y quemado, tantas mujeres violadas, tantas atrocidades ordenadas por Cortés? La respuesta, dijo, es un “no” categórico.
“La idea de que Moctezuma fue un tirano, puede ser cierta”, añadió. “Tampoco debe verse a Cortés como un demonio, era simplemente un hombre con poder”.
Afirmó, además, que la conquista fue un rotundo fracaso si considera la muerte de millones de personas y que la acumulación de capital para la corona española no fue significativa. El oro que se llevaron en tres siglos de dominación (182 toneladas) es equivalente en la actualidad a solo dos años de lo obtenido por las empresas mineras nacionales y extranjeras.
López Obrador añadió que la conquista y la colonización son signos de atraso, no de civilización ni de justicia. También dijo que nada justifica imponer por la fuerza un modelo económico, social o religioso en aras del bien de los conquistados o con la excusa de la civilización.
Conquistas, guerras, invasiones siempre serán un riesgo para la humanidad, dijo. Hombres de Estado y políticos no deben olvidar que estas lecciones surgen de amargas realidades.