El autor de la única masacre perpetrada en una redacción periodística en Estados Unidos jamás volverá a pisar la calle. Este martes fue condenado a seis condenas perpetuas y a 345 años de cárcel adicionales, lo cual hace jurídicamente imposible que vaya a beneficiarse de una libertad condicional.
En junio de 2008 Jarrod Ramos ingresó a la redacción del rotativo Capital Gazette, un periódico de Annapolis, en las afueras de Washington DC, armado con un fusil de caza y comenzó a disparar a mansalva dejando una estela de cinco muertos entre los periodistas: Wendi Winters, John McNamara, Gerald Fischman, Rob Hiaasen y Rebecca Smith.
Ramos se declaró culpable, pero no responsable penalmente de los 23 cargos en su contra en 2019, utilizando como defensa que pasó por un momento de locura. El caso se retrasó varias veces, en parte debido a la pandemia del nuevo coronavirus.
Antes de anunciar la sentencia, el juez Michael Wachs señaló que el acusado no mostró ningún remordimiento por los asesinatos e incluso le dijo a un psiquiatra estatal que mataría más si alguna vez lo liberaban.
“El impacto de este caso es, simplemente, inmenso. Decir que el acusado mostró un desprecio insensible y completo por la santidad de la vida humana es simplemente una subestimación enorme”, dijo Wachs al sentenciarlo.
Ramos, quien se sentó en el tribunal con una máscara negra, se negó a hacer una declaración ante el tribunal.
Antes de la sentencia, los sobrevivientes del tiroteo y los familiares de las cinco víctimas del ataque describieron el dolor y la pérdida experimentados.
Montana Winters Geimer, hija de la víctima del tiroteo Wendi Winters, testificó cómo su madre “se despertó una mañana, fue a trabajar y nunca regresó. El día que murió fue el peor día de mi vida. Las horas que pasé sin saber si estaba viva o muerta han vivido en mis pesadillas desde entonces”.
El asalto fue el peor ataque contra periodistas en la historia de Estados Unidos.
Después de un juicio de doce días, en julio del 2019 un jurado tardó menos de dos horas en rechazar los argumentos de los abogados de Ramos en el sentido de que no podía comprender la criminalidad de sus acciones.
Los fiscales sostienen que Ramos, de 41 años, actuó en venganza contra el periódico después de que publicara una historia sobre su declaración de culpabilidad por un delito menor de acosar a un ex compañero de secundaria en 2011. Los fiscales dijeron que su planificación larga y meticulosa para el ataque, que incluía los preparativos por su arresto y largo encarcelamiento, demostró que entendía la gravedad de sus acciones.
Una de la víctimas, Rob Hiaasen, era hermano de Carl Hiaasen, un conocido escritor y columnista del Miami Herald. El martes no fue posible localizarlo para que comentara, pero un amigo cercano dijo a OnCuba que “su vida no ha sido la misma desde entonces. Todavía está en shock y muy desgastado. Eran hermanos, muy amigos”.