La Cámara de Representantes votó hoy jueves a favor de que Steve Bannon, el ex estratega jefe del ex presidente Donald Trump, sea declarado en desacato al Congreso por desafiar y no cumplir una citación para presentarse ante el comité que investiga los sucesos violentos del pasado 6 de enero en el Capitolio.
En una rara demostración de bipartidismo, el presidente demócrata del comité, el representante por Misisipi, Bennie Thompson, encabezó el debate junto con la representante republicana Liz Cheney de Wyoming, uno de los dos republicanos en el panel. Aun así, la votación fue 229-202 . La mayoría de los legisladores republicanos se fueron por la negativa.
Esta votación de la Cámara envía el caso al Departamento de Justicia. Ahora dependerá de sus fiscales decidir si presentar el caso ante un Gran Jurado por posibles cargos.
La división partidista sobre la citación de Bannon, y sobre la investigación del Comité en general, constituye un emblema de las crudas tensiones que afligen al Congreso nueve meses después del ataque al Capitolio. Los demócratas se han comprometido a investigar exhaustivamente el incidente, en el que cientos de partidarios de Trump se abrieron paso entre la policía, murieron dos personas, salieron heridos decenas de policías e interrumpieron el conteo electoral que certificó la victoria del presidente Biden.
Los legisladores del comité de investigación dicen que actuarán con rapidez y fuerza para castigar a cualquiera que no coopere con la investigación. “No permitiremos que nadie descarrile nuestro trabajo, porque nuestro trabajo es demasiado importante”, dijo Thompson antes de la votación.
Los republicanos lo llaman una “cacería de brujas”. Dicen que es una pérdida de tiempo y que el Congreso debería centrarse en asuntos más importantes.
El representante de Indiana, Jim Banks, que lidera la oposición republicana en la Cámara Baja, calificó la investigación como una “búsqueda criminal ilícita sobre ciudadanos estadounidenses” y dijo que Bannon es un pretexto para hacer cumplir los designios de los demócratas.
A su vez, Cheney y el representante por Illinois Adam Kinzinger son los únicos republicanos en el panel del 6 de enero. Ambos han criticado abiertamente a Trump y su papel en la insurrección, incluso cuando la mayoría de los respublicanos han permanecido en silencio ante las falsedades de Trump sobre el fraude masivo en las elecciones.
Las afirmaciones de Trump fueron rechazadas por funcionarios electorales, tribunales de todo el país y por su propio fiscal general. De las 60 demandas judiciales entabladas, apenas 59 fueron juzgadas y todos los 59 jueces las rechazaron.
El comité de investigación del 6 de enero votó 9-0 el martes para recomendar los cargos por desacato después de que Bannon se perdiera una entrevista programada con el panel la semana pasada, citando una carta del abogado de Trump que le indicaba no responder preguntas ni entregar documentos.
El comité señaló que Bannon no trabajaba en la Casa Blanca en el momento del ataque, y que no solo habló con Trump antes, sino que también promovió las protestas en su podcast y predijo que habría disturbios. El 5 de enero Bannon dijo: “se va a desatar el infierno”.
Los legisladores del panel precisaron que Bannon se encuentra solo al desafiar completamente su citación, mientras que más de una docena de otros testigos citados estaban al menos negociando con ellos.
“Las propias declaraciones públicas de Bannon dejan en claro que sabía lo que iba a suceder antes de que sucediera y, por lo tanto, debe haber estado al tanto, y bien puede haber estado involucrado en la planificación de todo lo que sucedió ese día”, dijo Cheney.
Si el Departamento de Justicia decide enjuiciarlo, el caso podría tardar años e ir más allá de las elecciones de 2022, cuando los republicanos podrían recuperar el control de la Cámara y poner fin a la investigación.