Aunque tuvo que sudar la gota gorda, Julio César La Cruz cumplió a la perfección su rol de capitán y líder de la escuadra cubana de boxeo y superó 4-1 al italiano Aziz Abbes Mouhiidine en la final del Campeonato Mundial de Belgrado, Serbia, donde el elenco de la Isla recuperó el trono por colectivos perdido en la pasada edición de Yekaterimburg 2019.
El camagüeyano de los 92 kilogramos enfrentó un combate más complejo de lo previsto ante el joven transalpino, cuyo plan táctico se basó en explotar su mayor alcance. La estrategia le rindió frutos en los primeros asaltos, que terminaron con ventaja corta para el antillano, aunque ya en el tercer asalto cambió el rumo de la pelea y La Cruz impuso su velocidad de movimientos.
Un corte en una ceja también incordió a Mouhiidine, quien sangró bastante y perdió intensidad en los minutos finales y no pudo, ni por asomo, aguantar el tren del agramontino, todo un maestro a la hora de dosificar las fuerzas y explotar su superior condición física, rapidez de piernas y capacidad para golpear y esquivar a la velocidad de la luz.
El triunfo de La Cruz le abrió las puertas a su quinta corona mundial, con la cual se convierte en el segundo boxeador con más títulos en la historia de las citas del orbe, surgidas en 1972. “La Sombra” ahora se ubica a solo un cetro de otro estelar cubano, el gran Félix Savón, quien obtuvo seis fajas entre 1986 y 1999.
Además, la victoria de Julio César le dio a Cuba su tercera medalla de oro en Belgrado, tras las conseguidas por Yoenlis Hernández (75 kg) y Andy Cruz (63.5), quien consiguió su tercera corona del orbe y extendió a 15 su cadena de peleas sin perder en estas citas. El matancero, por cierto, fue seleccionado como el mejor pugilista del evento, trofeo más que merecido por su excepcional nivel técnico.
La escuadra de la Isla llegó a la última pelea del cartel con dos títulos, igualados con Kazajstán, Estados Unidos y Japón, pero el triunfo del capitán rompió el abrazo y consagró al país caribeño como líder por naciones.
De esta manera, Cuba recupera el trono perdido hace dos años en la lid de Yekaterimburg, Rusia, donde ganaron una medalla de cada color. Esta representa la victoria colectiva número 13 para la Isla en 21 ediciones mundialistas, evento que comenzó comenzaron hace casi 50 años en La Habana.
En términos generales, la armada antillana tuvo una actuación sobresaliente en Belgrado, con tres coronas y dos medallas de bronce, estas últimas en los pechos de Osvel Caballero (57 kg) y Herich Ruiz (86), dos figuras sin experiencia en Campeonatos Mundiales.
Además, válido destacar que la Isla compitió con solo ocho boxeadores, pues justo antes de partir a Europa causaron baja Yosbany Veitía (54), Dainier Peró (+92 kg), Damián Arce (51 kg) y Billy Rodríguez (48 kg), contagiados de coronavirus. De todos los que estuvieron en Serbia, solo Lázaro Álvarez, Roniel Iglesias y Kevin Brown no subieron al podio.
Otros dos boxeadores cubanos también obtuvieron medallas en esta cita global, pero representando a otro países. Hablamos del pinareño Loren Alfonso y el capitalino Enmanuel Reyes, quienes compiten bajo la bandera de Azerbaiyán y España, respectivamente.
Alfonso, bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, se impuso en la división de 86 kilogramos tras superar en la final al brasileño Keno Machado, mientras Reyes quedó en bronce, tras perder en semifinales ante el italiano Aziz Abbes Mouhiidine.
Válido recordar que los medallistas de oro de este Mundial recibieron un premio en metálico de 100 mil dólares, los subcampeones se llevaron 50 mil y los dueños del tercer escaño ganaron 25 mil.