La mayor refinería de Ucrania, ubicada en Kremenchuk, cerca de la ciudad portuaria de Odesa, fue destruida este sábado por un ataque ruso con “armas de largo alcance y alta precisión”, anunció el Ministerio de Defensa ruso, que había identificado el objetivo por ser una fuente de abasto de las tropas ucranianas en la región central de Poltava y el este del país.
Según la agencia de noticias polaca PAP, las fuerzas del Kremlin destruyeron los depósitos de combustible y lubricante aledaños a la planta, que quedó completamente inutilizada. “El fuego ha sido extinguido, pero la planta ha sido destruida por completo y no puede seguir funcionando” declaró el jefe de la administración militar de la región de Poltava, Dmitro Lunin, citado por PAP.
En el ataque, varias personas resultaron heridas y sufrieron quemaduras graves, aunque no se reportan pérdidas de vidas humanas hasta el momento, informó el coronel del Comando Operativo Sur del Ejército de Ucrania, Vladislav Nazarov.
Por otra parte, desde el punto de vista ambiental ha existido riesgo de una catástrofe, pero finalmente los servicios de emergencia han controlado la situación y se mantienen en vigilancia ante cualquier contratiempo.
El jefe de la administración militar en la región de Poltava instó a los residentes de la zona del siniestro a no “acumular combustible y crear una escasez artificial, ya que el suministro está garantizado”, precisa un reporte de la agencia EFE.
La propia información refiere que, según el diario ucraniano “Ukrainskaya Pravda”, la refinería de Kremenchuk era la mayor del país y tenía una capacidad de 18,6 millones de toneladas de crudo.
La segunda refinería del país, en la región oriental de Járkov, suspendió operaciones y permanece mayoritariamente inactiva desde el 26 de febrero, dos días después del inicio de la invasión rusa, debido al peligro de convertirse en blanco de la artillería rusa.
En el caso de Kremenchuk, las autoridades consideraban que la planta estaba bien protegida y que no existía un riesgo de ataque inminente.