Los comentaristas de las cadenas estadounidenses se meten en problemas cuando van a pronunciar el apellido del cubano Randy Arozarena. “Ah-row-sah-RAY-nah”, dicen algunos con la lengua medio enredada, tratando de seguir las pautas de pronunciación que sugieren los sitios especializados como Baseball Reference.
Tan complicado es el ejercicio, que muchos estarían encantados si no tuvieran que repetir el apellido del pinareño, noche tras noche. Sin embargo, el “Ah-row-sah-RAY-nah” es punto fijo en las narraciones de MLB, porque de una forma u otra el patrullero de los Tampa Bay Rays se las arregla para ser protagonista.
Con una energía desbordante, Randy es un auténtico todoterreno y aparece en cualquier lugar, lo mismo hace un fildeo espectacular en los jardines, que toca la bola, se roba una base o pega un jonrón. Sus virtudes lo han convertido en uno de los superhéroes preferidos del Tropicana Field, donde se ha ganado el cariño y el respeto de la afición de los Rays, luego de aterrizar en la organización como un completo desconocido en enero del 2020.
Al margen de su popularidad, Arozarena es una de las piezas fundamentales en el juego agresivo y dinámico de Tampa, tal cual ha demostrado en los últimos días. Desde el pasado domingo 5 de junio, el cubano es el pelotero de los Rays con más impulsadas (siete) y el segundo jugador de la Liga Americana en este apartado, solo superado por el receptor venezolano de los Royals, Salvador Pérez (nueve).
Randy conectó doble, triple y jonrón esta semana, anotó tres veces y dejó un OPS de .961, tercero de su equipo detrás de Isaac Paredes (1.108) y Ji-Man Choi (1.063). Por si fuera poco, se transformó en verdugo de los Cardinals el pasado miércoles, cuando pegó tres imparables y remolcó cuatro carreras, algo que solo había logrado otras dos veces en su carrera (el 19 y 20 de mayo del 2021 vs. Baltimore).
La guinda del pastel para su semana de lujo llegó este viernes en el Target Field de Minnesota, donde enganchó una recta de 88 millas del lanzador Devin Smeltzer y largó un jonrón dentro del terreno gracias a su endemoniada velocidad. La conexión de Arozarena chocó contra las cercas del jardín derecho a 380 pies y cayó en territorio de nadie, lo cual le dio la oportunidad al vueltabajero de volar sobre las almohadillas y llegar de pie a la goma.
Con este batazo de Randy, ya son 44 los jonrones dentro del terreno que han protagonizado 26 peloteros cubanos en la historia de MLB. El líder de este listado es Bobby Estalella (cuatro), seguido por Tony Oliva, José Cardenal, Leo Cárdenas, Bert Campaneris, Tony Taylor y Mike González, todos ellos con tres.
Por cierto, esta semana también fue especial para Randy Arozarena fuera de los focos del juego. El pasado miércoles, antes del partido entre Cardinals y Rays en Tampa, el cubano tuvo la oportunidad de intercambiar con Yadier Molina y Albert Pujols, leyendas del béisbol y fuertes candidatos a integrar el Salón de la Fama de Cooperstown cuando se retiren.
Detrás del plato, en una conversación distendida y animada, el pinareño le pidió a Pujols y Molina que le firmaran varias pelotas, y después se tomaron una foto juntos. Como un niño que cumple un sueño, Arozarena no podía ocultar la emoción por el encuentro con dos de los máximos referentes del juego en las últimas décadas.
Lo curioso es que, ese mismo día, Randy supo estar a la altura de dichas estrellas, y no solo por su rendimiento en el campo. Durante el partido, un niño, fanático de San Luis, le lanzó una pelota al cubano para que se la firmara y este se la llevó al dogout, aparentemente con el objetivo de complacer el deseo del chico.
Sin embargo, poco después Arozarena salió del banco y corrió hasta las profundidades del jardín izquierdo con un bate en la mano, el cual le envió al pequeño, quien vestía una camiseta de los Cardinals de Yadier Molina. El presente en cuestión era un bate personalizado de Randy con su firma estampada en la madera, acompañado de una pequeña nota escrita de su puño y letra que decía: «Me quedaré con la pelota para mí, me gustó. Te mando este bate a cambio y una bola, disfrútalo».
Yordan Álvarez, ¿el mejor bateador de MLB?
Un artículo de David Adler publicado esta semana en la página oficial de MLB deja caer que el cubano Yordan Álvarez es el mejor bateador del momento en las Grandes Ligas. La sentencia, por mucho que esto encandile la vista de los fanáticos cubanos, no deja de ser arriesgada por el mero hecho de tanta confluencia de estrellas ofensivas en el Big Show.
Juan Soto, Aaron Judge, Mike Trout, Ronald Acuña Jr., José Ramírez, Vladimir Guerrero Jr., Mookie Betts, Bryce Harper, Byron Buxton, son algunos de los peloteros que brillan con el madero y perfectamente podrían disputarle el título de mejor bateador del béisbol al fenómeno tunero. No obstante, David Adler tiene argumentos suficientes para defender la candidatura de Yordan.
* El 65.2 % de las conexiones del cubano son consideradas Hard Hit (con una velocidad de salida de 95 millas o más), líder absoluto de MLB en el 2022. Ese porciento, además, es el más alto logrado por cualquier jugador de Grandes Ligas en la Era Statcast (desde el 2015 hasta la fecha).
* Álvarez tiene poder para sacar la pelota por cualquier zona del campo. En el 2022 ha conectado ocho cuadrangulares por el jardín derecho, seis por el central y tres por el izquierdo.
* El tunero ha logrado batear con efectividad ante todo tipo de pitcheos. Su slugging es superior a .500 frente a rectas (.500), envíos rompientes (.745) y cambios (.810).
Estos son solo pequeñas evidencias que juegan a favor de Yordan, un chico de 24 años que todavía puede crecer mucho más y marcar una nueva era en el mejor béisbol del mundo.
De momento, en medio de la expectación que ha despertado este artículo y su nuevo contrato con los Astros, firmado hace poco más de una semana, Álvarez ha respondido como solo él sabe hacer. En la última semana, lidera a todos los jugadores de Grandes Ligas en jits (diez) junto a Marcus Semien, Santiago Espinal y Oscar González, su línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging) quedó en .500/.565/.950, con seis anotadas, seis impulsadas y cuatro extrabases. ¡Sencillamente intratable!
Tras este despliegue, el tunero es segundo de las Mayores en jonrones (17), tercero en OPS (1.030) y cuarto en slugging (.630). Esos son números que bien podrían corresponder al mejor bateador del béisbol ahora mismo.
Notas breves: de cal y de arena
Cuba ha tenido muchas noticias positivas en la presente temporada de las Mayores. El bateo desaforado de Yordan Álvarez, las estelares actuaciones monticulares de Néstor Cortés Jr., la buena faena como relevista de Cionel Pérez, el poder de Jorge Soler y Adolis García, la fenomenal disciplina en el plato de Yandy Díaz y José Iglesias y la consistencia Randy Arozarena son algunas de las historias más relevantes, pero hay otras que también llaman la atención.
Por ejemplo, no podemos obviar el llamado a Grandes Ligas de Dairon Blanco, Yennier Cano, Johan Oviedo y Adrián Morejón, los cuales han elevado a 28 la cantidad de cubanos en la presente campaña, a solo dos del récord absoluto (30) para la Isla, fijado originalmente en 1967 e igualado en 2016 y 2019.
* Blanco ascendió con los Royals hace algunas semanas, pero después fue designado para asignación en una movida de Kansas difícil de entender.
* Los Cardinals llamaron a Johan Oviedo hace una semana y en 7.2 innings de labor ha propinado ocho ponches, aunque ha regalado cuatro boletos y le han fabricado cuatro limpias.
* Después de un largo período de recuperación por una cirugía en su brazo de lanzar, el prometedor serpentinero Adrián Morejón, regresó a las Mayores con la camiseta de San Diego. Los Padres activaron al zurdo a mitad de semana y ya dejó una salida efectiva: dos entradas sin carreras, un ponche, 18 pitcheos y 14 strikes. Esperemos que este sea el inicio de un nuevo camino a la gloria.
* Yennier Cano ha estado a medio camino entre MLB y las Menores, pero esta semana recibió la oportunidad de lanzar dos veces en la serie entre Minnesota y los Yankees, y no permitió carreras en 2.1 entradas, ponchando incluso a Aaron Judge con las bases llenas.
Al margen de estas buenas noticias, hay otras no tan halagüeñas.
* Yulieski Gurriel, líder de los bateadores de la pasada temporada, solo promedia .219 este año, con un pobre OBP de .271. Su campaña se parece mucho a la del 2020 (recortada a 60 partidos por la pandemia), cuando vivió el mayor slump de su carrera. Por fortuna, la presente contienda es de 162 choques y tiene tiempo para reaccionar.
* Yoan Moncada, Yasmani Grandal y Guillermo Heredia batean por debajo de .200, aunque los números más críticos son los del cienfueguero, quien tiene un promedio de embasado de .189. Considerado uno de los mejores prospectos del béisbol hace algunos años, tal parece que le han pinchado el globo a Moncada. Veremos si logra reaccionar.
* Andy Ibáñez no ha podido conservar su puesto en el roster de Texas y ya ha sido bajado dos veces a las Menores en la última semana. El pinero tiene un pobre slugging de .277 y no ha pesado en lo absoluto en la ofensiva de los Rangers.
* Raisel Iglesias ha perdido cuatro juegos (incluido uno en la última semana) y su efectividad es 4.43, la más alta de su carrera. Durante la racha de 14 derrotas seguidas de los Angels, el cerrador se apuntó dos.
* Cuando Aroldis Chapman regrese de su lesión en el tendón de Aquiles, partirá en desventaja en la disputa por el puesto de cerrador de los Yankees. Así lo ha anunciado el mentor Aaron Boone, quien prefiere mantener en esa función a Clay Holmes, el mejor relevista de la temporada en la Liga Americana. El derecho no ha permitido carreras en 26 salidas consecutivas, tiene cuatro victorias y nueve salvados. A Chapman le costará recuperar su rol.
* Vladimir Gutiérrez tuvo un debut prometedor el pasado año en Grandes Ligas, pero su temporada del 2022 ha sido un desastre. Seis derrotas y efectividad de 7.61 en diez presentaciones son el saldo del pinareño, quien perdió su puesto en la rotación de Cincinnati. Para colmo, fue colocado en la lista de lesionados esta semana por un dolor en el antebrazo derecho.