Tras una pausa de dos años por la COVID-19, el Festival de Cine Francés en Cuba regresa desde esta semana a las pantallas habaneras. Lo hace en un momento significativamente distinto al de su versión anterior, tanto en la Isla como en el mundo, en el que la pandemia alteró las dinámicas y rutinas de millones de personas y desterró a los espectadores de los cines. Recuperar ese noviazgo con la sala oscura, bien lo saben los organizadores del evento, no es tarea sencilla, y más en una época en que los contenidos digitales y plataformas como Netflix y Amazon capitalizan el consumo, pero no por ello se amilanan y han vuelto a la carga desde este miércoles con 24 filmes y el declarado objetivo de reavivar los lazos del público cubano con el festival, en una edición, la 23, que desde ya consideran un “renacimiento”.
“Sabemos que no va a ser fácil, han sido dos años de pandemia, de distanciamiento de los cines, no solo en Cuba sino también en Francia y en todo el mundo, pero esperamos que poco a poco los espectadores cubanos vayan regresando a las salas y nos muestren el apoyo que tradicionalmente le han dado al festival, que es lo que nos ha hecho regresar por más de dos décadas”, aseveró Nouredine Essadi, uno de los creadores de la cita fílmica hace ya un cuarto de siglo junto al cineasta Christophe Barratier, ambos de la asociación Cinemanía. Desde entonces, más de 200 películas francesas y un importante número de artistas galos han desembarcado en la Isla gracias al evento.
“La idea es un renacimiento del festival. Lo vemos así —confirmó Essadi al responder a OnCuba en una conferencia de prensa previa al inicio de la cita fílmica—. Esta edición también es especial porque normalmente el evento no lo realizamos en esta fecha, sino antes. Junio no es un mes fácil, porque ya está en marcha la temporada de rodaje en Francia, y eso no ha permitido que muchas de las personas, de los artistas, que queríamos invitar al festival pudieran venir, pero aun así quisimos no dejar pasar otro año y celebrar el evento, para el que tenemos una cifra importante de películas, de obras representativas de lo más reciente del cine francés, y esperamos que el público cubano pueda disfrutar, como siempre lo hecho, de nuestra propuesta.”
Por su parte, Patrice Paoli, embajador de Francia en Cuba, recalcó que con el festival la nación gala renueva su compromiso cultural con la mayor de las Antillas.
“Los años de la pandemia han sido muy difíciles, pero aun en este tiempo nunca dejamos de trabajar, de colaborar con nuestros socios cubanos y participar en eventos culturales, aun cuando fuera a través de plataformas digitales y la televisión, y ahora, que tenemos la posibilidad de retomar las actividades presenciales, pensamos seguir trabajando y colaborando con Cuba, para estrechar nuestras relaciones y, en particular, nuestros lazos culturales. Ya lo hemos hecho en otros eventos este año, como el festival de jazz y la Jornada de la Francofonía, y ahora lo hacemos con este festival, que es un evento ya histórico, fuerte, muy importante por lo que representa para el cine y la cultura francesa fuera de nuestras fronteras, y que es también una muestra de nuestro compromiso con Cuba”, respondió Paoli a OnCuba.
Con esta idea, y con la organización de la propia Embajada, Cinemanía, el ICAIC, la Cinemateca de Cuba y la Alianza Francesa en la Isla, el festival extenderá sus proyecciones hasta el próximo 30 de junio en un circuito cinematográfico que incluye las principales salas de La Habana como Yara, Chaplin, Riviera, La Rampa, Acapulco y 23 y 12, así como la sala 1 del Multicine Infanta y la Alfredo Guevara, del Colegio Universitario San Gerónimo, en el centro histórico de la capital cubana. Durante el evento, además, cineastas franceses estarán impartiendo talleres de diferentes especialidades técnicas, como parte de la colaboración con la Isla referida por el Embajador, y en los que participarán miembros de la delegación francesa a la cita.
En esta ocasión, junto a los siempre fieles Nouredine Essadi y Christophe Barratier —quien viajó a Cuba tras la reciente pérdida de su tío, el reconocido productor y actor Jacques Perrin, a cuya memoria tributa el evento— también están en La Habana Jérôme Alméras (director de fotografía), Lucie Truffaut (script) y Xavier Cholet (diseñador lumínico), así como el realizador franco-mexicano Emilio Maillé, quien presentará su premiado documental Poetas del cielo, y el actor Víctor Belmondo, nieto del legendario y recientemente fallecido Jean-Paul Belmondo y protagonista del filme Hazme volar, de Barratier, exhibido este miércoles en la inauguración del festival. Este último, según declaró a la prensa, se siente “muy feliz y agradecido” de estar por primera vez en Cuba, un país donde su abuelo fue y es todavía muy popular y en el que, incluso, el célebre actor filmó a fines de los años 90 a las órdenes de Philippe de Broca la cinta Amazone, también llamada La estrella fugaz.
Las películas
El penúltimo filme de Christophe Barratier —a quien debemos títulos tan recordados como Los coristas— y con el joven Belmondo compartiendo protagonismo con el adolescente Yoann Eloundou, es una de las cartas de presentación del 23 Festival de Cine Francés en Cuba, una historia de amistad y crecimiento personal en tono de comedia, terminada de filmar ya durante la pandemia de coronavirus y con todos los ingredientes para convertirse en otra cinta entrañable en la filmografía de su realizador.
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Esta película, que se repone en otras fechas del evento —por ejemplo, este domingo a las 5:00 de la tarde en el cine Riviera y el próximo miércoles, a las 6:00 en La Rampa— llegó a La Habana como parte de una embajada de 24 filmes: 19 largometrajes de ficción —14 recientes y cinco incluidos en una retrospectiva del aclamado director franco-griego Costa-Gavras—, tres cintas de animación y dos documentales. Entre las primeras resaltan títulos como Adiós, idiotas, de Albert Dupontel, ganadora de siete premios César, entre ellos los de mejor película y mejor director, que ha sido definida por su realizador como “una tragedia burlesca” y que gozó del respaldo del público y la crítica; y Tan cerca, tan lejos, del experimentado Cédric Klapisch, considerada como una mirada melancólica y reflexiva al impacto de la tecnología en la vida y el amor en la sociedad contemporánea, y con varias nominaciones y reconocimientos.
Otros filmes destacados son el biopic De Gaulle, de Gabriel Le Bomin, centrado en la figura del legendario general y en el que brilla Lambert Wilson en la piel del héroe de la resistencia francesa contra los nazis; Amanda, de Mikhaël Hers, en el que un joven ve alterada su tranquila existencia por una tragedia familiar y debe hacerse cargo de su sobrina, y que cuenta con varios premios y nominaciones, entre ellas a su protagonista, el actor Vincent Lacoste; En Guerra, de Stéphane Brizé, que narra el conflicto entre los trabajadores de una fábrica y la compañía automovilística para la que laboran, incluido en la sección oficial del prestigioso Festival de Cannes; La vida escolar, de Medhi Idir y Grand Corps Malade, en el que la nueva directora de una escuela en los suburbios de París deberá lidiar con las dificultades y desafíos de su trabajo, y por el que los directores recibieron el premio “Cinéfilos del futuro” en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y también han merecido elogios varios integrantes de su reparto actoral; y Especiales, de Eric Toledano y Olivier Nakache, directores de la aplaudida cinta Intocables, que se acercan a la historia de dos amigos de distintas creencias religiosas, creadores de una organización para ayudar a niños y adolescentes autistas, en una película ganadora del premio del público en el Festival de San Sebastián y que, por demás, tiene entre sus protagonistas al reputado Vincent Cassel junto a Reda Kateb.
Además, se exhiben por estos días en los cines habaneros la comedia histórica Delicioso, de Eric Besnard, que cuenta sobre un chef en tiempos de la Revolución Francesa y con nominaciones en categorías de producción y vestuario; Camarones en lentejuelas, de Cédric Le Gallo y Maxime Govare, una premiada comedia sobre un campeón mundial de natación que debe entrenar a un equipo gay de polo acuático; Un amor imposible, de Catherine Corsini, drama amoroso y familiar ambientado a fines de los años 50; En buenas manos, de Jeanne Henry, otro drama centrado en la maternidad adoptiva y los servicios profesionales en esta dirección; Aline, de Valérie Lemercier, un biopic musical inspirado en la vida de la afamada cantante canadiense Celine Dion; y Escape de Al Raqa, de Emmanuel Hamon, un thriller inspirado en una historia real sobre una operación de exfiltración de una joven francesa convertida al Islam.
En cuanto a la retrospectiva de Costa-Gavras, esta se compone de cinco cintas: Los raíles del crimen (1965), Sobra un hombre (1967), la clásica Z (1969) —Oscar a la mejor película extranjera—; La confesión (1970), y El capital (2012); en tanto que los dos documentales que serán exhibidos son El Estado contra Mandela y los otros, de Gilles Porte y Nicolas Champeaux, que aborda el histórico juicio contra Nelson Mandela y sus ocho compañeros en los años 60 y que cuenta con varios reconocimientos internacionales; y el ya mencionado Poetas del cielo, de Emilio Maillé, enfocado en el mundo de la pirotecnia y varios de sus creadores más relevantes, Gran Premio del Jurado en el Festival de Amiens, entre otros lauros.
Finalmente, tres son los filmes de animación en este Festival de Cine Francés. El pequeño listado lo encabeza Minúsculos: El valle de las hormigas perdidas, de Thomas Szabo y Hélène Giraud, que cuenta sobre la guerra entre dos bandos de hormigas y una mariquita atrapada en medio de la batalla por una caja de azúcar, ganadora del premio César a la mejor película de animación; Terra Willy: Planeta desconocido, de Eric Tosti, la aventura de un niño y un robot en un planeta salvaje e inexplorado; y La famosa invasión de los osos en Sicilia, de Lorenzo Mattotti, que narra un enfrentamiento entre osos y hombres, mención especial en el Festival de Sevilla.