Cada mañana cuando el despertador de su habitación suena incansablemente, se prepara para otro día de temporada regular. Después de un fuerte desayuno, se alista para ir al lugar donde mejor se siente cuando está lejos de la familia: el terreno de béisbol. Han pasado cinco años desde que arribó por primera vez la ciudad de Nagoya y, desde entonces, no ha hecho más que sacrificarse por su sueño: jugar todos los días. El béisbol es el mayor recaudador de cuotas que existe, lo malo es que, a veces, no entrega las recompensas. Al parecer, en esta ocasión, ese deporte está siendo justo con Ariel Martínez.
Después de 125 juegos en la Western League, la liga del segundo equipo de los Dragones de Chunichi, al fin el matancero está contando con una oportunidad real en la Liga Japonesa (NPB por sus siglas en inglés). “Mi objetivo es jugar todos los días, ahora que lo estoy consiguiendo me da mucha satisfacción. Mientra que juegue a diario estoy seguro que los resultados llegarán, confío mucho en mí”, le expresó Ariel a OnCuba.
El camino no ha sido fácil en Japón, pero, a pesar de los obstáculos, el yumurino está logrando el éxito en un nuevo rol y con un enfoque distinto. Su línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging/OPS) ha sido de .291/.365/.464/.829 en 222 comparecencias, las cuales ha distribuido en 63 ncuentros (su mayor cantidad en una campaña). De acuerdo a las métricas modernas, Ariel ha sido 57 veces mejor que el bateador de la media.
Lo más asombroso ni siquiera ha sido su desempeño en el home plate, al fin y al cabo, cada vez que le dieron la oportunidad de jugar en años anteriores rindió bien ofensivamente. La agradable sorpresa ha sido su cambio de posición rumbo a un sitio impensado: el jardín izquierdo.
“Desde el año pasado ya estaba entrenando para defender los jardines, porque desde que llegué al primer equipo en 2020 el mánager siempre quiso que fuera jardinero. Sinceramente, juego donde sea, lo que me hace feliz es jugar todos los días y poder ayudar de alguna manera”, precisó Martínez.
Sus métricas defendiendo en el bosque izquierdo son buenas, si nos guiamos por UZR (el mejor medidor defensivo que tenemos en NPB) su puntuación sería de 0.5. Si vemos su rango de alcance por encima del promedio es de 1.4. Eso es genial para un jugador que solo había sumado un partido en el outfield en la Serie Nacional.
“Ariel es un motor para el equipo, siempre, su alegría contagia al club house. La oportunidad que le están dando este año ha sido fundamental, primero porque aporta ofensivamente y segundo, porque ha defendido bien en los jardines. Es muy completo”, nos afirmó Raidel Martínez, quien es el cerrador de Chunichi y uno de los mejores taponeros de la liga.
Si alguien ha seguido la carrera de Ariel desde que llegó a la tierra del Sol Naciente es Yuichi Terawaki. El joven de 32 años se dedica a coleccionar fotos de los jugadores cubanos, además, asiste a casi todos los partidos de los Dragones de Chunichi.
“Ariel es un jugador hecho para la NPB, especialmente porque conoce y entiende cada método de entrenamiento. Ya han pasado casi cinco años desde que llegó aquí con un contrato de ligas menores. Desde entonces, su personalidad seria y alegre fue aceptada por la franquicia, estableciendo una posición sólida”, nos comentó Yuichi, quien se considera como un biógrafo de Martínez.
Otra persona que está asombrada con la nueva versión de Ariel es el lanzador camagüeyano Yariel Rodríguez. “Está teniendo una temporada sorprendente, nadie esperaba que se acomodara tan bien en los jardines como lo está haciendo. Respecto a su nivel ofensivo, siempre ha sido alto, claro, si juega sistemáticamente más sobresalen esos números.”
El equipo de Nagoya está lleno de figuras jóvenes con mucho talento, entre ellas, sobresalen varios antillanos. Además de Yariel, Ariel y Raidel, también están Pedro Pablo Revilla, Guillermo García y Frank Abel Álvarez, quienes avanzan en su proceso de desarrollo.
“Este año ha sido difícil, a pesar de tener un buen pitcheo, nos ha fallado en momentos claves, el bateo sigue siendo un punto en contra. No obstante, el futuro de la franquicia parece prometedor. Aún no hemos lanzado la toalla porque queda una mitad completa y en ella, intentaremos ganar la mayor cantidad de partidos para llegar a los play off”, aseguró Ariel, consciente de la dificultad del reto, pues están últimos en la Liga Central.
Los Dragones no ganan un título desde el año 2007 y no clasifican a la postemporada desde el 2012. Como explicó Ariel, queda trabajo por hacer, al menos, el uso que le están dando a los cubanos es correcto.
“Desde que soy un jugador de los Dragones siento que soy mejor en todos los aspectos. Mi ofensiva ha progresado junto con la defensa y he aprendido a ser un pelotero versátil” dijo Ariel. Como mismo la versatilidad ayudó al yumurino a obtener más oportunidades, también ayudará a otros jóvenes que lleguen a cualquier equipo del circuito nipón.
“La versatilidad ayuda a buscar el espacio para jugar. No estás compitiendo contra los rivales solamente, también, lo haces contra los importados de tu equipo ya que son solo cuatro extranjero en la lista activa. Entonces, si puedes cubrir varias posiciones tendrás más oportunidades. En los conjuntos de la Liga Central, en los que no hay bateador designado, entonces la versatilidad cobra más valor”.
El mensaje de Ariel no solo es para los jugadores jóvenes que llegan a NPB, en MLB, ese modus operandi con los prospectos se ha vuelto un patrón. Los jugadores que debutan han tenido que adaptarse a varias posiciones y tenemos varios ejemplos para ilustrar eso (Desde Nick Sencell hasta Vladimir Guerrero Jr.).
El oriundo de “la ciudad de los puentes” conoce como pocos el béisbol japonés; sabe el peso que tiene la lejanía de la familia, también, conoce cada kilómetro que ha recorrido desde el segundo equipo hasta el primero. Pero todo eso merece la pena cuando lo haces por un objetivo: jugar béisbol a diario.
“Quiero ayudar a mi equipo, quiero ser parte de cada victoria y ¿cómo puedo lograr eso? Solo de una manera, jugando cada día. Ese mi objetivo”.