Finalmente, el Banco Central reconoció la devaluación del peso que venía ocurriendo desde 2020 en el mercado informal cubano, pero solo para un segmento de la economía. Así, la política económica regresa oficialmente a los tipos de cambios múltiples, y abandona, por ahora, el tipo de cambio oficial unificado de 24, lo cual constituía uno de los objetivos prioritarios del llamado “ordenamiento monetario” de 2021.
El nuevo mercado cambiario oficial funcionará con un tipo de cambio que no será fijo, sino que tendrá flotación administrada. El estado busca retomar el monopolio del mercado cambiario y sacar del juego a los operadores cambiarios informales.
Lo más novedoso y positivo es que las empresas privadas y cooperativas podrán vender divisas a la nueva tasa de cambio, y que los bancos aceptarán y cambiarán a 120 los dólares físicos en estas operaciones, así como las transferencias en divisas desde el exterior. Esto último destraba uno de los impedimentos mayores que tenían las remesas para poder llegar a Cuba por canales financieros formales. Otro elemento favorable se podría asociar al turismo, dado que los visitantes extranjeros podrán cambiar sus divisas formalmente a una tasa de cambio más alta.
En esencia, las medidas representan un regreso a la forma en que funcionó el mercado cambiario cubano de 1995 a 2001: con una flotación administrada de la tasa minorista, y manteniendo la dualidad con el tipo de cambio oficial fijo para el sector empresarial estatal. La única diferencia es que ahora la tasa minorista (120) no solo es para operaciones en efectivo de las personas naturales, sino que también se aplica a las divisas que llegan por transferencia bancaria, además de que incluye a las empresas privadas, a los campesinos y a las cooperativas.
Como en un inicio los bancos y las casas de cambio (Cadeca) solo comprarán y no venderán divisas, la medida puede resultar altamente inflacionaria, dado que lleva a una emisión adicional, probablemente importante, de pesos cubanos. Emplear de forma sostenida este mercado con el objetivo de recaudar divisas para el Estado, tal y como se explicó en la Mesa Redonda, convertiría al mercado cambiario en un emisor neto permanente de pesos cubanos. El Estado debe garantizar sus ingresos a partir de impuestos y de las ganancias de las empresas estatales, no emplear el mercado cambiario para estos fines. Es decir, el nuevo mercado cambiario oficial reaparece con un error grave de diseño.
Una de las cosas más importantes que dijo el ministro Alejandro Gil durante su intervención en la Mesa Redonda fue cuando refirió que los economistas jóvenes del Banco Central insistían que esto no se soluciona solo con medidas monetarias, que el tipo de cambio es un reflejo de “los fundamentales” de la economía. Lo que no agregó el ministro es que los fundamentales de la economía no cambian si el Estado mantiene el monopolio sobre la economía.
Acá algunos ejemplos de acciones que efectivamente pueden cambiar “los fundamentales” de la economía: 1
- Implementar un plan de estabilización macroeconómica que incluya la reducción del déficit fiscal, el redimensionamiento del sector presupuestado, así como, el cierre o reestructuración de las empresas estatales irrentables.
- Diseñar reglas para poner límites a los déficits fiscales, a la deuda pública y a la emisión monetaria.
- Abrir los mercados minoristas de consumo a las pymes y cooperativas, eliminando las restricciones a las importaciones con carácter comercial.
- Abrir el comercio minorista a la inversión extranjera.
- Eliminar el monopolio estatal del comercio exterior, dando licencias a pymes, cooperativas y a empresas extranjeras como operadores de comercio exterior.
- Eliminar a la empresa Acopio como primera opción de compra (mantenerla como un comprador más bajo condiciones de mercado) y seguir facilitando el acceso directo de los campesinos a los mercados agrícolas.
***
Nota:
Esta es la prueba más fehaciente del fracaso de la tarea Reordenamiento….