Diseñada con la idea de concentrar la calidad en un torneo de mayor nivel que la Serie Nacional, la Liga se vio lastrada aun desde antes de su inicio por controversias sobre su organización y por dificultades logísticas que impidieron su arranque en la fecha prevista.
Luego de ser pospuesta de su fecha original y de no pocas críticas a su organización y problemas logísticos, finalmente este sábado dio inicio la primera Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC).
Diseñada con la idea de concentrar la calidad en un torneo de mayor nivel que la Serie Nacional, como otrora lo fueron las Series Selectivas, y con ello contribuir al añorado despegue del deporte de las bolas y los strikes en la Isla, la LEBC ha generado controversias mucho antes de sus primeros partidos.
Desde el criterio para agrupar las provincias que tributan a cada equipo y la fórmula para su conformación, hasta los nombres finalmente elegidos para los conjuntos —soslayando, incluso, los resultados de una encuesta popular convocada para ello—, han estado en la diana de aficionados y especialistas.
Pero nada provocó más críticas que el aplazamiento del arranque del torneo por la no llegada de los uniformes de los equipos en la fecha prevista. Ello, a pesar de que, días antes del polémico anuncio, el Comisionado Nacional del deporte, Juan Reinaldo Pérez Pardo, había asegurado en una intervención televisiva que todo el equipamiento necesario para la Liga estaría a tiempo en el país.
Dificultades con la transportación hasta Cuba, por atrasos de la empresa contratada para el traslado, motivaron la demora en el arribo de los uniformes y, en consecuencia, la posposición del comienzo del certamen, de acuerdo con la versión oficial. La situación llego al punto de que directivos de la compañía TeamMate, a cargo de la fabricación del equipamiento, viajaron a la Isla a explicar lo sucedido y atender personalmente el asunto.
No obstante, debieron pasar todavía unos cuantos días para que estuviera en Cuba todo el envío contratado —en medio de la incertidumbre y otra polémica por la no invitación a una conferencia de prensa sobre el tema a periodistas de medios oficiales que habían sido críticos con lo ocurrido—, y por fin, este sábado, pudiera darse la voz de play ball en tres estadios cubanos.
Así, en su primera jornada, el Estadio Latinoamericano de La Habana acogió el choque entre Portuarios y Agricultores, saldado con triunfo de los visitantes 6×4; el Cristóbal Labra de la Isla de la Juventud sirvió de escenario al duelo entre Tabacaleros y Centrales, ganado cerradamente por los primeros 3×2; y el Calixto García de Holguín fue testigo de la blanqueada 1×0 de los Ganaderos sobre los locales Cafetaleros.
Pero más allá de los resultados deportivos, que ya este domingo tenían continuidad con los segundos partidos programados, lo principal es que la LEBC pudo echar a andar con la promesa de celebrar sus 50 juegos por equipo en la fase regular y premiar al campeón con la asistencia a la Serie del Caribe de Gran Caracas 2023. Queda por ver ahora si ningún otro contratiempo compromete su desarrollo y si, ya en marcha, la organización y calidad del torneo alcanzan para salvarlo de nuevos cuestionamientos.
De momento, nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez estuvo en el Estadio Latinoamericano este sábado, y nos propone instántaneas del primer choque del nuevo certamen en la capital cubana.