Cerrar la cárcel de la base militar de Estados Unidos en Guantánamo sigue siendo una de las promesas incumplidas de la administración Obama. Según la Casa Blanca, el proceso hacia el eventual cierre del enclave está siendo torpedeado por los legisladores republicanos.
Otra pugna por este tema se suscitó recientemente, cuando el presidente norteamericano advirtió que vetaría cualquier legislación que impida la transferencia de prisioneros de la base a otros países. Así respondió el mandatario a un proyecto de ley presentado por varios legisladores del partido opositor, que impediría la mayoría de los traslados por los próximos dos años, es decir, los mismos que le quedan a Obama en el poder.
La propuesta de los senadores Kelly Ayotte, John McCain, Richard Burr y Lindsey Graham pretende derogar la ley actual pues, bajo el amparo de la misma, el gobierno demócrata ha transferido una treintena de prisioneros a países como Yemen, de donde procede la mayoría de los detenidos. El proyecto “anti-traslado” comenzó a elaborarse tras los atentados del 7 y el 9 de enero últimos en París, que ocasionaron la muerte a 20 personas, entre ellas tres terroristas islámicos.
Trasladar o poner en libertad a los “sospechosos de terrorismo” los deja disponibles para volver a integrarse a organizaciones extremistas, afirman los legisladores republicanos. Sin embargo, la agencia Reuters, recuerda que “en la práctica este matiz es irrelevante, ya que, de los cientos de detenidos que han pasado por la cárcel militar, solamente cinco tienen cargos en su contra”.
Obama defiende a capa y espada su iniciativa, porque “mantener en operaciones el reclusorio de Guantánamo debilita la seguridad nacional”. Además, recuerda que informes del Pentágono aseguran que, por cada prisionero, los contribuyentes estadounidenses desembolsan alrededor de tres millones 300 mil dólares al año.
Pero, a pesar de todos estos argumentos, el camino hacia la suspensión del reclusorio es bastante escabroso. Incluso dentro del propio Departamento de Defensa la medida tiene no pocos detractores.
Varios medios norteamericanos aseguran que el tema fue uno de los motivos de la renuncia del anterior jefe del Pentágono, Charles Hagel y del enviado especial del Departamento de Estado para el cierre de esa penitenciaría, Cliff Sloan, quien dijo sentirse frustrado con el lento progreso de los militares en ese tema.
La disputa sobre la cárcel y la base de Guantánamo es una de las cuestiones que el gobierno cubano pretende poner sobre la mesa de negociaciones para restablecer los vínculos entre Estados Unidos y Cuba. El propio presidente Raúl Castro, en la pasada cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, aclaró que normalizar las relaciones no será posible si no se devuelve “el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo.”
Sin embargo, la administración norteamericana ha dejado claro que sus intentos por cerrar la cárcel no tienen nada que ver con ese reclamo de La Habana. De hecho, la Casa Blanca respondió de inmediato a la exigencia de Castro: “Estados Unidos planea conservar el territorio que ocupa en Guantánamo”.
Sobre el cierre de la cárcel
-En 2009 la población penal de la cárcel de Guantánamo era de 242 reos.
-Hasta la fecha, permanecen allí 122, de los cuales 54 han sido declarados “elegibles” para ser transferidos, 10 han sido procesados o recibieron su respectiva sentencia y 58 están bajo un proceso de revisión periódica.
-Durante 2013 fueron trasladados 11 prisioneros, 28 en 2014 y cinco en lo que va del presente año.