Si el expresidente Donald Trump finalmente es procesado, el gobernador de Florida Ron DeSantis no tendrá mas alternativa que firmar la orden de extradición a Nueva York. No se puede oponer. Es la ley.
El escenario agravaría la división dentro del Partido Republicano, por lo que sus líderes están muy preocupados, en gran medida porque Trump últimamente ha criticado de manera muy fuerte al gobernador, quien se vislumbra como un rival suyo en las próximas primarias presidenciales del partido.
Uno de esos dirigentes es del senador Lindsey Graham, quien dijo a Fox News este martes que no se encuentra cómodo con los ataques.
Trump, quien ha estado llamando al gobernador de Florida “Ron DeSanctimonious”, respondió de inmediato con una captura de pantalla difundiendo el rumor infundado de que bebía con niñas menores de edad cuando era maestro de secundaria.
Graham siempre ha sido un seguidor del exmandatario, pero lleva días expresando su preocupación por la agudización de la rivalidad entre ambos, en parte porque separa también al estamento rural seguidor de Trump y la clase política, de corte urbano, que sigue al gobernador.
DeSantis comentó el lunes que no se siente cómodo con una eventual detención y acusación a Trump por haberle pagado dinero ilegal a Stormy Daniels, una exestrella de la industria pornográfica. Pero la emprendió contra el fiscal federal de Nueva York, el afroamericano Alvin Bragg.
“El fiscal de distrito de Manhattan está financiado por Soros, por lo que él, como otros fiscales financiados por Soros, arman su oficina para imponer una agenda política en la sociedad a expensas del estado de derecho y la seguridad pública”, dijo DeSantis refiriéndose al multimillonario húngaro-estadounidense, un patrocinador de causas progresistas a menudo criticado por los partidarios de causas de derecha.
“No sé lo que implica pagarle dinero a una estrella porno para asegurar el silencio sobre algún tipo de supuesta aventura, simplemente no puedo hablar de eso”, dijo el gobernador, dando a entender que no quiere relacionarse con el problema. Pero lo cierto es que legalmente tendrá que firmar la extradición de Florida a Nueva York, si a Trump finalmente lo acusan.
Aparte del vicepresidente Mike Pence y DeSantis, la mayoría de los principales candidatos presidenciales republicanos, declarados y potenciales, han permanecido en silencio sobre el tema.
Al menos un posible contendiente, el exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, ha dicho que Trump debería abandonar la contienda si es acusado en Manhattan.