Jacqueline Arenal Farré (1968) es de las actrices que pueden darse el lujo de no dejarse ver en pantalla por un largo periodo de tiempo y, aun así, reaparecer luego y comprobar que en ningún momento se rompió la conexión con el público. Así le sucede con los cubanos, a pesar de los años en los que ha permanecido fuera de la isla.
Es hija de la actriz Martha Farré y el escritor Humberto Arenal (Premio Nacional de Literatura, 2007), hermana de Marta Díaz (Rirri) y madre de Camila Bordón. Jacqueline estudió ballet clásico y, con 18 años, mientras cursaba estudios en el Instituto Superior de Arte (ISA), interpretó el personaje de Sofía en el filme El siglo de las luces (1993), de Humberto Solás.
Su primera telenovela fue Tierra Brava, un clásico de la Televisión Cubana dirigido por Xiomara Blanco y en la que compartió con actores de la talla de Alina Rodríguez, Rogelio Blaín, Enrique Almirante, Enrique Molina, Fernando Echevarría, Luisa María Jiménez, Zelma Morales, Jorge Alí, Mijail Mulkay… Los personajes tuvieron una impronta tan fuerte, que por años los actores fueron conocidos por sus nombres de ficción. Jacqueline no sería la excepción: el público la bautizó como Verena Contreras.
“Todavía soy Verena para mucha gente. Así me llaman por aeropuertos, hospitales…, en todos lados la gente me recuerda mucho y me bautizó con ese personaje”, contó en 2020 la actriz a la periodista Paquita Armas Fonseca.
Tiempo después llegó su trabajo en Colombia con una destacadísima participación en series y telenovelas, como Los Reyes, Mujeres asesinas, Pablo Escobar, La suegra y más. En el cine ha tenido el privilegio de trabajar bajo las órdenes de prestigiosos directores como el danés Lars von Trier (Las cinco condiciones, 2003), el mencionado Humberto Solás y recientemente con Fernando Pérez.
“Sin duda es un privilegio enorme. Son directores que están entre lo más importante de mi vida. Cuando mis herramientas como actriz eran pocas, Humberto Solás se convirtió en un maestro increíble para que pudiera hacerme cargo de un personaje como Sofía. Después pasé muchos años admirando el cine de Fernando y deseando trabajar con él. El sueño se hizo realidad en su última película, El mundo de Nelsito (2022). Ahí confirmé que Fernando trabaja con una sensibilidad y una inteligencia privilegiadas. Es un ser humano único. Estoy bendecida con estas dos oportunidades”, declara la actriz a OnCuba.
Hace poco la vimos sobre las tablas con la obra Los vecinos de arriba, dirigida por el también actor Caleb Casas. Según nos adelantó, en octubre próximo los cubanos podremos disfrutar la segunda temporada de presentaciones de la popular tragicomedia.
“Caleb Casas es un amigo entrañable, un actor que admiro y un director que descubro. La comedia es un género que considero muy delicado. Requiere un trabajo inmenso y sutil y esta vez pude probarlo bajo la acertada mirada de Caleb. Los vecinos de arriba llegó en un momento en que lo necesitábamos como seres humanos y actores. Fue un éxito de público enorme, una experiencia diferente cada día. En el teatro sientes a la gente vibrando contigo, riendo, llorando. Aun más un público como el cubano, tan expresivo y emotivo”, manifiesta.
Por si fuera poco, Netflix nos la presenta en Pálpito (2022). En la primera semana desde el estreno, la segunda temporada de la serie lideró el rating de visualizaciones a nivel internacional, con más de 52 millones de horas de reproducción. En Cuba se ha visto gracias al Paquete Semanal.
“A Pálpito le tengo un profundo agradecimiento. Me recompensa ver la reacción positiva del público. La primera temporada la grabamos durante la etapa más dura de la pandemia, con pruebas continuas a todo el equipo, a los actores. El rodaje tuvo que parar en ocasiones porque actores y personas del equipo técnico se contagiaron. Había mucho miedo ante lo terrible de la COVID-19. Ya en la segunda temporada, todos vacunados, era menor la tensión; aunque seguíamos haciéndonos pruebas constantes para seguir grabando”, cuenta la actriz.
Jacqueline asegura que se enamoró del personaje que encarnó desde que llegaron a sus manos las escenas que debería representar en el casting. “Debía competir por el papel con actrices y actores de toda Latinoamérica. La batalla era durísima. Yo me encontraba en Cuba; grabé las escenas en la sala de mi casa con muchísimo trabajo para que el sonido saliera bien y con la ayuda de amigos, mi familia y colegas. Demoré 18 horas en estar satisfecha con las tres escenas que tenía que enviar. Me enamoré del personaje porque tenía muchísimos matices, lo cual lo hacía muy atractivo de interpretar. Me dediqué en cuerpo y alma a descifrar a Greta Volcán y, finalmente, tuve la inmensa suerte de ser elegida”, recuerda.
El primer contacto de Jacqueline Arenal con Netflix fue a través de la serie María Magdalena (2018), en la que interpreta nada menos que a la Virgen María, de manera que para la segunda experiencia ya conocía el rigor con el que se trabaja en la conocida plataforma de streaming.
“Ese rigor muchas veces garantiza el éxito. Fluí muy bien con la plataforma. Le teníamos mucha fe a Pálpito, aunque nunca te esperas un éxito tan grande”, puntualiza.
“A Colombia entré con una estrella muy grande”
El talento de la Arenal se hizo conocido en toda Colombia gracias a la telenovela Los Reyes (RCN, 2005), bajo las órdenes del reconocido director Mario Ribero Ferreira (1946).
“Mario Ribero, además de ser un gran ser humano, está muy bien preparado, tiene un lenguaje audiovisual muy interesante y se ha hecho un especialista en la comedia, género que respeto y que prácticamente no había hecho en Cuba. Debuté con un personaje, La Yoli, de un estrato muy popular en Colombia, un país que no conocía, con otra psicología, otra forma de ver la vida”, rememora la actriz.
En muy poco tiempo, con un profesor de acento y la ayuda de todo el equipo, la cubana asumió su primer reto televisivo en otro país. Hasta hoy, Los Reyes sigue siendo una de las telenovelas colombianas más populares.
“A partir de ahí la gente me dio un voto de confianza. ´Te sentimos de aquí, nos gusta como lo has hecho´, me decían. Todavía muchos aun creen que soy una actriz de la Costa Colombiana. Los Reyes marcó un momento muy especial en mi vida. A Colombia viajé con mi hija y, aunque al principio fue un reto muy fuerte insertarnos en una nueva vida, que es como volver a nacer, ambas contamos con el cariño y la aceptación de los amigos que fuimos haciendo y que nos dieron una mano enorme en todo”.
“También conté con la aceptación del público. Yo ni pensaba en quedarme en Colombia, pero después de Los Reyes me ofrecieron una exclusividad en el canal RCN y no paré de trabajar por quince años en el canal y en otros, también en el cine, el teatro… Fue toda una cadena que hizo que el tiempo se hiciera larguísimo y que yo aprendiera mucho: en la forma de decir, de trabajar con prisa. Fue un entrenamiento fuerte que ayudó a mi crecimiento como actriz y como persona. Por eso considero Colombia mi segunda patria”, comenta con gratitud.
Jacqueline Arenal reside actualmente entre Cuba y Colombia y alterna su trabajo en la isla con rodajes en el exterior.
“Extrañaba mucho a mi familia. Hay un tiempo vital que a mí me interesa compartir con las personas que quiero. El trabajo me permitía venir los fines de año. Tenía muchas ganas de estar cerca de mi gente. Sigo con mi mánager en Colombia y haciendo castings para plataformas internacionales en ese y otros países. Viajo, trabajo y regreso”, dice como quien sintetiza una ruta habitual.
En Cuba ha vuelto a trabajar para un público “de lujo”, en sus palabras. “La gente no te olvida, el público es muy fiel y eso ha sido una maravilla”.
Amor por el cine y la literatura
Jacqueline Arenal ha visto cine desde pequeña. El amor por el séptimo arte le viene de su mamá, dice.
“A veces mi madre (que era una cinefila tremenda) y yo teníamos que mentir sobre mi edad para entrar a ver determinadas películas. Íbamos tres o cuatro veces a la semana. Hoy veo cine muy a menudo, lo persigo. Cada vez que hay un momento de ‘relax ’ el gran plan es comernos un pan con algo y ver una buena película”, cuenta.
Las letras también la persiguen desde la niñez. “Gracias en gran medida a mi padre”, dice. Amante absoluta del libro impreso por encima del formato digital, disfruta las obras de autores como Leonardo Padura, Abilio Estévez y el japonés Haruki Murakami.
“Hay otras cosas que hoy me interesan mucho, como preparar a otros actores que necesiten asesoría. Ese trabajo me ha dado mucha felicidad y realización. Dirigir lo mismo una obra de teatro o una pieza audiovisual es algo que me llama mucho la atención y quisiera estudiarlo seriamente; ya está en mis planes hacerlo”, revela.
Planes a largo plazo e inmediatos
Antes de filmar la segunda temporada de Pálpito, Jacqueline Arenal rodó el filme colombiano Perder es ganar un poco (2022), previsto a estrenarse en cines de ese país sudamericano y en la plataforma Amazon Prime Video. Mientras tanto, dice:
“Estoy enfocada en la segunda temporada de Los vecinos de arriba, dirigiendo una obra de teatro, Ponolani, en el grupo Okantomí y filmando la tercera temporada de la popular serie cubana Calendario. Además, tengo un proyecto de cine internacional que también se filmará en Cuba, gran parte, pero de nada de esto me es posible hablar, ni dar detalles aún. Estoy muy ilusionada con el director y el actor protagonista, una figura muy conocida con la que voy a compartir durante toda la película. He hecho dos castings para dos plataformas importantes que parece que se van a dar y estoy leyendo algunos proyectos que me están proponiendo aquí en Cuba. Estoy haciendo todo lo que me interesa”, concluye como quien se frotara las manos, entre complacida y a la vez expectante de grandes cosas por venir.
Me gusta loa anuncios y todo , pero he leído la entrevista hecho a Yaquelin Arenal y me he deleitado es una artista muy querida en nuestro país…e nuestra artista de Cuba. Un aplauso por su buen trabajo a nuestra artista..
Gracias
Jaquelina Ariel es una artista excepcional y a la vez muy sencilla. Bendiciones para ella u su familia