Nieves siempre tiene una sonrisa en el rostro. Es, además, de una amabilidad exquisita, que se refuerza cuando habla de las inquietudes creativas que tiene como bandera.
A esta mujer de voz delicada —pero apasionada— nacida el 5 de agosto de 1946 en La Habana, la pueden encontrar días enteros trabajando en uno de sus más grandes amores: el arte.
Arropada por el cariño de quienes la conocen y la han disfrutado en los escenarios y a través de la pantalla, la también “Artista de Mérito” de la televisión cubana considera como un regalo de la vida cada oportunidad de actuar. Para ella, cada reto forma parte de su crecimiento profesional.
Esta pasión la ha llevado a convertirse en una de las actrices cubanas más reconocidas por su público, con una amplia trayectoria que incluye la participación como Olga en la telenovela El año que viene, Zaida en Oh, La Habana y la gitana Cruz en Destino prohibido, entre otros.
A los 16 años te iniciaste en el arte como bailarina aficionada y luego bailaste para el grupo Danza Contemporánea, como profesional, pero terminaste siendo actriz. ¿Se impuso tu verdadera vocación?
A pesar de mis limitaciones físicas para el baile, quería ser una profesional de nivel. Por eso perseveré para lograr una buena formación técnica. Pero, a pesar de que me esforcé para destacarme en esa manifestación, me di cuenta de que lo que realmente anhelaba era ser actriz. Me siento muy feliz de haber tomado la decisión que me cambió la vida y me ha brindado muchas alegrías.
El Teatro Musical de la Habana fue un parte aguas en tu vida. ¿Fue el origen de todo lo que vino después?
Siempre me interesé por la actuación, pero jamás pensé que podía ejercerla como profesión. Al tener la oportunidad de entrar en El Teatro Musical de la Habana, empecé a estudiar con mucha más seriedad y esto me permitió incursionar en disciplinas afines con la actuación. Esta compañía fue una gran escuela que me dotó de herramientas que me han servido para desarrollar mi carrera hasta este punto de mi vida.
Todos los actores que han pasado por Teatro Estudio han contribuido al prestigio del que goza la compañía, ¿cuál crees que fue tu aporte?
Le di mi vida a esta compañía; entré en 1970, estuve 47 años entre Teatro Estudio y la compañía Hubert de Blanck. Pertenecer al elenco de Teatro Estudio fue muy importante, porque allí compartí con grandes actores y directores de nuestro país.
A pesar de haber desarrollado una larga carrera en nuestros medios, me considero una eterna aprendiz y no soy consciente de muchas de las cosas que he hecho. Lo que sí puedo recalcar es que, a mi paso por la compañía, me nutrí de todos los que me rodearon y conservo grandes enseñanzas que en aquel momento fueron para mí lecciones de vida.
¿Compartes la visión de otros colegas de que el teatro es la esencia de este oficio?
Hay colegas que se han enfocado en el cine y la televisión, pero para mí el teatro es el medio principal. Disfruto actuar en cualquiera de los campos de la actuación y me han llegado muy buenos personajes en la pequeña pantalla y en el séptimo arte, pero la creatividad que te posibilita el teatro no tiene comparación con ningún otro medio.
Formaste parte del elenco de varias telenovelas, entre las que sobresalen El año que viene, Oh, La Habana y Destino Prohibido. ¿Qué han supuesto estos personajes en tu vida?
Estos dramatizados que mencionas fueron muy importantes para mí; han significado mucho esfuerzo. Por solo mencionarte uno, me voy a referir a Olguita, que fue el personaje que interpreté en la telenovela El año que viene.
Aparentemente, no era de los más relevantes de la historia, pero me demandó mucho estudio y preparación, porque era algo diferente a lo que había realizado hasta ese momento. En todos los personajes que he interpretado hay una parte de mí, en todos he dado el máximo y a todos los he defendido con el mismo cariño y entrega.
Te hemos visto interpretando personajes con pinceladas humorísticas ¿Consideras que el humor hace crecer al actor?
Hay personas con mucha facilidad para hacer humor y otras que tienen menos, como mismo existen los profesionales a quienes les cuesta enfrentar un personaje dramático. Uno debe prepararse para el medio y el género que esté haciendo, pero lo que realmente hace crecer al actor es el estudio, el esfuerzo, el trabajo y las ganas de superarse.
¿Qué es lo que más te impacta en una actriz?
Lo que más me impacta es cuando puedo ver en otros una actuación que me parece diferente, que el actor o la actriz está buscando dentro de sí. En ninguna interpretación nadie está brillante todo el tiempo, pero hay escenas que valen como la obra de la vida para un actor o actriz.
Cuando todos los aspectos de una obra se coordinan, el actor brilla y el dramatizado queda con la factura que demandan quienes van a consumirlo después.
Coleccionas varios de los galardones más importantes que se entregan en nuestro país. Desde tu punto de vista, ¿el premio del público es más especial que el del jurado?
El vínculo con el público es de mucho amor; nuestros seguidores crean una relación afectiva con los actores y eso se vive en todo momento del proceso interpretativo, pero con más intensidad cuando estás participando en el dramatizando que está en transmisión en el horario estelar de la televisión cubana.
De diferentes formas, los espectadores cubanos te expresan su sentir sobre tu desempeño y te permiten tener una idea del trabajando que estás realizando. Valoro mucho los comentarios de los especialistas, pero también me reconforta que nuestra gente se detenga a intercambiar conmigo y forme parte de mi vida profesional.
¿Fue desafiante el proceso de interpretar a Caridad, en la telenovela Vuelve a mirar? ¿Qué despertó en ti esta experiencia de interpretar los conflictos de la tercera edad?
Antes de interpretar a Caridad, llevaba un tiempo sin participar en una telenovela, por lo que formar parte del elenco de este dramatizado fue importante; me permitió regresar a este espacio con un personaje que disfruté mucho y me dio muchas alegrías. A través de las redes sociales me llegaron reacciones muy lindas a mi interpretación y sobre mi interacción con los otros colegas de Vuelve a mirar.
La profesión es inestable, de repente uno pasa de hacer muchas cosas a la nada. ¿Te preocupa que no te tengan en cuenta?
Eso me ha preocupado toda la vida, porque en nuestro país se realizan contadas producciones en el año y dentro de ellas se conciben pocas historias para las personas de mi generación. Pero bueno, eso es parte de la vida también, uno empieza y trata de llegar hasta donde pueda, porque esta situación no depende de uno, sino de los que están al frente del proceso creativo.
Yo sigo con disposición de trabajar y los directores pueden contar conmigo para cualquier proyecto que me permita realizarme profesionalmente.
Sabemos que el talento no garantiza el éxito. ¿Valoras más el trabajo duro y la constancia?
Hay personas que van a decir que han tenido suerte y las cosas le han llegado sin demostrar un determinado talento, o que los han escogido por encima de otros por su apariencia física o por otro aspecto. En mi caso he tenido que tener mucha constancia para no dejarme vencer por las situaciones que se me han presentado en este trayecto. Creo en el esfuerzo, la constancia, la dedicación y el estudio como las mejores vías para mantenerse vigente en esta carrera.
¿Qué le recomendarías a quienes quieren seguir tus pasos?
Lo que siempre le recomiendo a los jóvenes que se me acercan es que se preparen en todos los ámbitos y que se preocupen por tener un nivel cultural que les sirva cuando tengan que enfrentarse al análisis de una obra.
Si van a dedicarse a esta profesión tienen que ser conscientes de toda la responsabilidad que ella conlleva. También de que tienen que mantener el legado de los grandes actores que nos precedieron y marcaron una época en nuestros medios de comunicación.