Acosta Danza Yunior es la nueva formación que dirige el célebre bailarín Carlos Acosta en La Habana. Está integrada por los más recientes egresados de la Academia de Acosta Danza y funcionará como cantera de la compañía mayor.
Es una práctica de varias agrupaciones del mundo para completar la formación de los más jóvenes bailarines y estimular sus potencialidades. El nuevo grupo tendrá temporadas y repertorio propios, pues funcionará como elenco independiente.
El debut oficial será este viernes, 9 de febrero, en el Teatro Martí, en un programa titulado Green Shoots que incluye dos reposiciones y un estreno mundial. Las reposiciones, de hecho, serán prácticamente reestrenos, pues sus coreógrafos las han sometido a una profunda revisión. Se trata de Nosotros, un dúo firmado por Beatriz García y Raúl Reinoso; e Híbrido, una trepidante pieza para todo el conjunto concebida por Norge Cedeño y Thais Suárez.
El estreno será responsabilidad de una coreógrafa de largo recorrido, Susana Pous, española radicada hace años en Cuba, directora de MiCompañía, una de las más reconocidas agrupaciones de la danza en el país. Además de su trabajo habitual con su propio elenco, Pous ha montado últimamente con el Ballet Nacional de Cuba y Malpaso.
Llega a Acosta Danza Yunior en medio de una etapa pródiga, con muchas ganas de hacer. La entrevistamos antes de un ensayo.
¿Cuáles son las motivaciones de esta coreografía?
La pieza se titula Fuga, una palabra que tiene un sentido muy claro. Cuando estoy en un proceso de creación, las ideas surgen de vivencias muy íntimas, muy personales. Y del contexto en el que vivo. Creo que estamos en un momento de escape, de huidas.
No he pretendido complicar la obra desde el punto de vista dramatúrgico; pero de eso se trata: de todo lo que puede suponer compartir un espacio, y que ese espacio comience a resultarles insuficiente a algunos, les quede pequeño, de manera que sientan la necesidad de salir de ahí, de fugarse.
Y al mismo tiempo, me ocupo de lo que puede representar todo eso para las personas que comparten ese espacio y son testigos de la fuga de los otros. Puede ser que alguien se sienta liberado. Y también puede ser que deba asumir el dolor de las despedidas.
¿Cómo se articula la puesta en escena?
Yo estoy acostumbrada a trabajar en MiCompañía con Guido Gali. Hacemos un equipo en todo lo que tiene que ver con el diseño y la puesta en escena. A mí me gusta mucho trabajar con la escenografía o darle mucha importancia al espacio escénico. En mi caso, nunca es un espacio vacío. Además de los bailarines, siempre hay algo. Ahora hemos insistido en la recreación de un ámbito reducido, que circunscriba el movimiento a unos límites determinados.
En el tema de la música suelo trabajar con Eme Alfonso, quien ha sido la creadora de las más recientes composiciones para mis propuestas. Pero Pepe Gavilondo llevaba tiempo diciéndome que teníamos que trabajar juntos. Yo tenía la certeza de que eso iba a ocurrir en algún momento. Y como Pepe es el compositor residente de Acosta Danza, pensé que esta era la oportunidad.
Ha sido increíble. Creo que ha sido la composición que más rápido se ha concebido para alguna pieza mía. Como suelo hacer obras más bien largas, el trabajo con los compositores ha sido casi siempre cuestión de meses, de muchos intercambios. Con Pepe fue hablar un día y prácticamente al otro me estaba llamado para decirme que la música estaba lista. Ha sido maravilloso.
Al final he hecho aquí lo que hago habitualmente en mi agrupación. Trabajo con equipos pequeños, muy funcionales. Así que está mi sello, lo que la gente espera de mí.
¿Qué tal el trabajo con este nuevo elenco, muchachos recién egresados de la academia?
Realmente no parecen recién egresados. Salen de esa academia con una preparación muy completa. De hecho, a mí me parece que es la más completa en todo el país.
Creo que hay una progresión y una coherencia notables en este ciclo: salir de la academia, integrar Acosta Danza Yunior, para constituir cantera de la compañía mayor.
Para mí ha sido un trabajo muy fácil. Son niños muy despiertos, que entienden. Han crecido observando a los bailarines de Acosta Danza, y eso les permite tener una capacidad de conexión muy grande. Ha sido una experiencia muy agradable. Estoy muy feliz con el proceso.