Los once temas que componen el nuevo álbum de Silvio Rodríguez, Quería saber, ya están disponibles en YouTube, Spotify y otras plataformas de Internet. Es el segundo disco del trovador que se lanza de forma digital, después de Para la espera (2020).
Sobre Quería saber, Silvio dijo que, como sus trabajos anteriores, este mezcla temáticas, “diversos tipos de música y tratamientos de la música”, además de incluir canciones de distintas épocas. “Quería saber —resumió en su blog, Segunda Cita— es la continuidad de que dispongo; las canciones que preferí juntar en esta ocasión”.
Las letras fueron compuestas en un arco entre 2015 y 2019. El hecho de que hayan transcurrido cinco años desde que compuso la última canción también confirma una tendencia: “Todos mis discos están hechos de canciones mayoritariamente viejas. Nunca pude ser como Carlos Puebla, que cada vez que pasaba algo hacía una crónica. Nunca he tenido ese talento. Generalmente rumio bastante lo que escribo. Así que no dudo que dentro de unos años, en medio de una prosperidad inaudita, a mi me dé por cantar desgracias. Debe ser karma”, escribió en su blog Silvio, reconocido a finales de mayo con una de las medallas por el 125 aniversario de la SGAE.
Días atrás se lanzaron en las mismas plataformas musicales de Internet dos sencillos: “Quería saber”, que da título al disco, y “América”. De esta última, su autor dijo: “no es más que una evocación de una muchacha hermosísima de mi barrio, en los años que viví en El Vedado”.
A propósito de “Para no botar el sofá (canción editorial)”, una de las canciones que Silvio dio a conocer en conciertos de barrio y otros escenarios, el trovador escribió: “me refiero a cosas que he visto a lo largo y ancho de mi vida, que ya no es corta. Me refiero a cosas que nos traban, que nos entorpecen, que en vez de liberarnos nos atan, nos complican. Algunas fueron culturas heredadas, como el machismo y la homofobia. Otras han sido sacralizaciones absurdas de un sistema de pensamiento que comenzó un alemán cuya divisa, según él mismo, era dudar de todo”.
Quien en 1970 dijo en uno de sus himnos —“Te doy una canción”— “la ciudad se derrumba y yo cantando”, dedica en este disco “Ciudad”, escrita en 2019, al Historiador de La Habana y artífice de su renovación, Eusebio Leal. “Soy una luminosa ciudad / en proyecto y en ruinas, / viva piedra de azul claridad / terrenal y marina. / Soy una veterana ciudad, / una sobreviviente / del salitre, del sol, de la edad / y de su propia gente”, reza la letra.
Una imagen recurrente en su obra, el ángel, regresa en “Ángel ciego”, canción en la que vuelve sobre el tema de la ciudad. Mientras en “Nuestro después” habla sobre otro tema que toca a todos los cubanos: la emigración.
El fonograma, que incluye además “Viene la cosa”, “De pronto la tatagua”, “Danzón para la espera” y “La cuota diaria”, cierra con “Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena”, la única que no es de este siglo, según explica Silvio en la nota del disco:
Compuse esta música a principios de los 70, cuando Roberto Fernández Retamar me pidió que hiciera un disco con poemas de Martí y le dije que no me atrevía, por la calidad de los que habían salido con la autoría de Pablo Milanés, Sara González y Amaury Pérez. Entonces Roberto me sugirió que lo hiciera con poemas de Rubén, poeta y revolucionario de los años 30, que ambos admirábamos. Logré musicar algunos de sus versos, pero lo único que decidí mostrar fue mi acercamiento a estas dos intensas cuartetas alejandrinas, ¡tan vigentes! Por entonces grabé una versión con Emiliano Salvador, Eduardo Ramos y Leoginaldo Pimentel, integrantes, como yo, de aquel remoto Grupo de Experimentación Sonora del Icaic (GES). Creo que esta nueva versión también vale la pena, por los excelentes músicos que me acompañan.
En este nuevo trabajo, con grabación y mezcla de Olimpia Calderón Arias y Merlín Lorenzo, Silvio interpreta guitarra, vihuela, percusiones y voces, y entre los músicos que lo acompañan están el Trío Trovarroco, Emilio Vega, Oliver Valdés, Jorge Aragón, Frank Fernández, Niurka González y Alina Neira.