El gobierno de Estados Unidos volvió a incluir a Cuba en su lista negra sobre la trata de personas, un tema sobre el que Washington y La Habana tienen interpretaciones abiertamente opuestas.
Como el año pasado, la isla fue colocada en el nivel más grave del informe anual sobre el tema, publicado este lunes por el Departamento de Estado, el cual incluye a los países que en opinión de las autoridades estadounidenses, no cumplen los estándares mínimos para la eliminación de este flagelo y no hacen esfuerzos significantes para ello.
En ese nivel las autoridades estadounidenses también colocaron a Venezuela y Nicaragua, dos de los más firmes aliados políticos de Cuba en la región.
Según cita la agencia EFE, el informe solicita a La Habana que se asegure de que “los programas de exportación laboral patrocinados por el gobierno cumplan con los estándares laborales internacionales, específicamente que los participantes reciban salarios justos que se pagan por completo a las cuentas bancarias que los trabajadores pueden controlar”.
Con ello, Washington vuelve a apuntar a las misiones médicas de la isla y, en general, a la cooperación profesional con otros países en otros sectores, que reporta ingresos al país caribeño y han sido cuestionadas por ONGs, activistas opositores y el propio Gobierno estadounidense.
Las autoridades cubanas, por su parte, aseguran tener “tolerancia cero” con la trata de personas y defienden el “carácter humanista” de su programa médico, sostenido principalmente en países del llamado Tercer Mundo, aunque también en otros de mayor desarrollo como Italia y Qatar.
Además, consideran que los señalamientos a Cuba responden a una motivación política.
En esta cuerda, tras divulgarse el informe estadounidense este lunes el canciller Bruno Rodríguez apuntó que los “informes unilaterales y arbitrarios” de Washington “solo pretenden mantener y justificar política criminal de asfixia económica contra el pueblo cubano”.
#Cuba mantiene una política de tolerancia cero frente la trata de personas.
Continua inclusión de nuestro país en informes unilaterales y arbitrarios de gobierno de EEUU solo pretenden mantener y justificar política criminal de asfixia económica contra el pueblo cubano. pic.twitter.com/2b99ezfICi
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) June 24, 2024
Más del informe
Sobre Nicaragua, el informe de Washington sostiene que el Gobierno de Daniel Ortega “continuó minimizando la gravedad del problema” y no identificó a ninguna víctima de trata por segundo año consecutivo, ni procesó ni condenó a ningún traficante.
Mientras, a Venezuela le pide que investigue y enjuicie a los traficantes y a sus cómplices, involucrados en el tráfico sexual infantil, el reclutamiento o el uso de niños por parte de NSAG u otros grupos armados ilegales, tráfico de hombres y personas LGTBIQ+.
El informe destaca que en el hemisferio occidental (América del Norte, Central, del Sur y el Caribe) existen amplios puntos en común en las tendencias de trata que enfrentan los países. En este caso, suelen estar relacionados con la inmigración irregular.
“La migración irregular sin precedentes en la región afecta a todos los países del hemisferio occidental. Los migrantes y solicitantes de asilo son especialmente vulnerables al tráfico sexual y al trabajo forzoso, incluso por parte de grupos delictivos organizados grandes y pequeños”, apunta.
En términos generales, afirma el reporte, en muchos países “existe voluntad política para abordar la trata de personas” en lo referente al tráfico sexual, pero hay “débiles esfuerzos dirigidos a combatir el trabajo forzoso”.
Así, las inspecciones laborales carecen de fondos y personal suficientes y, por lo general, tienen autoridad limitada o nula para inspeccionar los lugares de trabajo del sector informal donde muchas víctimas son explotadas, especialmente a lo largo de rutas migratorias cambiantes.
Este año el informe se centra en el uso que hacen los traficantes de personas de tecnología y métodos online cada vez “más sofisticados” para reclutar, controlar, comercializar y explotar a personas vulnerables y, al mismo tiempo, evadir la detección.
Los traficantes, por ejemplo, utilizan internet para publicitar y vender niños en línea a cambio de sexo, anunciar trabajos falsos en plataformas de redes sociales que en realidad son esquemas de trata de personas, transferir criptomonedas a otros traficantes y perpetuar operaciones de estafa en línea.
EFE / OnCuba