La fiebre de la postemporada de MLB ha llegado finalmente a Queens, la otra parcela de New York que no ha podido celebrar tanto como el Bronx en materia beisbolera. Solo tres veces en el presente siglo habían llegado los Mets a las Series Divisionales y desde hace casi una década (2015) no avanzaban a esta instancia, preámbulo de la batalla por el banderín de la Liga Nacional, pero en este 2024 han emprendido el viaje de regreso a planos estelares y hasta ahora todo indica que costará mucho detenerlos.
Con un espíritu inquebrantable y una capacidad espectacular para resurgir de sus cenizas, los neoyorkinos han puesto contra las cuerdas a los Phillies, favoritos de media humanidad para pasar por encima de sus clásicos rivales divisionales. Sin embargo, ni siquiera el espectacular desenlace favorable a Philadelphia el pasado domingo amedrentó la fe de los Mets, que salieron este martes al ruedo como si nada hubiera sucedido y ahora están a un paso de la ansiada Serie de Campeonato.
En el Citi Field, frente a una multitud de más de 44 mil fieles, los chicos de Carlos Mendoza lograron vencer a uno de los ases de los Phillies, el derecho Aaron Nola, quien no tuvo un mal día (dio ocho ponches en cinco entradas), pero concedió jonrones de Pete Alonso y Jesse Winker antes de dejar la lomita. Además, en el sexto capítulo explotó y dejó las bases llenas al relevista Orion Kerkering, inefectivo ante Starling Marte, autor de un crucial sencillo que impulsó dos carreras y puso la pizarra 4-0.
Justo en ese episodio, el cubano José “Candelita” Iglesias tuvo la oportunidad de abrir la brecha para los Mets con los ángulos congestionados, pero falló en un flojo rodado a segunda base que sirvió para forzar en la goma a Mark Vientos. Pero los dioses del béisbol le dieron otro chance al antillano de aportar a su equipo y entonces no lo desaprovechó.
En la séptima entrada, con dos outs y de nuevo las bases llenas, Iglesias entró al rectángulo ofensivo y pegó cohete al central frente a los envíos del relevista José Ruiz para remolcar dos anotaciones. Una sinker de 95.1 millas fue despachada por “Candelita”, quien nunca antes en su historial de postemporada había impulsado par de carreras en un mismo choque.
Su batazo enterró definitivamente las aspiraciones de los Phillies, hundidos con una pizarra de 6-0 y casi sin opciones de hacer daño al zurdo Sean Manae, impecable durante siete episodios en los que permitió una limpia y tres jits, con seis ponches. Sus relevos, los derechos Phil Maton y Ryne Stanek (dos viejos brazos de la dinastía de los Astros), se encargaron se culminar la faena sin muchos sobresaltos.
De esta forma, los Mets se colocaron a un paso de clasificar a la Serie de Campeonato, aunque les falta un último esfuerzo para desbancar a los Phillies, ante quienes tuvieron balance de 6-7 durante la temporada regular.
Los Padres vuelan, los Dodgers tiemblan
En el otro desafío de la jornada en San Diego, los Dodgers comenzaron delante con un jonrón solitario de Mookie Betts, quien sumaba 22 turnos consecutivos sin pegar indiscutibles en postemporada. La racha se rompió con un batazo de 342 pies por el bosque izquierdo que Jurickson Profar estuvo a punto de capturar.
La pelota rozó el guante del patrullero de los Padres y casi confundió a Betts, quien abandonó las bases rumbo al banco pensando que había sido out. Sin embargo, Profar no pudo repetir su espectacular jugada del segundo partido de la serie, cuando sí le robó un cuadrangular al propio pelotero de los Dodgers.
La felicidad de la novena dirigida por Dave Roberts no duró demasiado, porque San Diego reaccionó en el segundo episodio con un racimo de seis anotaciones, en el que fueron decisivos dos errores defensivos de Freddie Freeman y Miguel Rojas sobre conexiones al infield en las que debieron sacar al menos un out en cada una.
Esas fallas se transformaron en todo el combustible que necesitaban los Padres para hacer estallar a una ruidosa fanaticada de más de 47 mil fanáticos en el Petco Park. Doble de dos carreras del ex Dodgers David Peralta, elevado de sacrificio de Kyle Higashioka y jonrón de dos anotaciones de Fernando Tatis Jr. facturaron en la pizarra para los anfitriones, que se pusieron delante 6-1.
Pero no hay ninguna diferencia definitiva en un partido de postemporada, el territorio más hostil e impredecible del béisbol. Si en el momento del cuadrangular de Tatis Jr. los Padres tenían más de un 90 % de probabilidades de ganar, esa diferencia se redujo hasta menos de un 65 % solo unos minutos más tarde, cuando Teoscar Hernández agarró un envío del abridor Michael King y lo mandó a volar a 406 pies por el jardín central.
El batazo del patrullero de los Dodgers salió disparado a 106 millas y encontró a tres corredores en circulación, por lo que el déficit de cinco carreras casi se esfumó con un solo swing. Parecía entonces que seguiría el festival ofensivo, pero la ruta del encuentro cambió por completo a partir de ahí.
Los lanzadores de los Padres, después del grand slam de Teoscar, retiraron a 16 bateadores por su orden y de los últimos 21 solo se embasó uno (Freeman por sencillo en el octavo). En tanto, los serpentineros de los Dodgers, apenas concedieron par de indiscutibles y un boleto intencional a partir de la cuarta entrada. Para tener una idea de cuánto cambió el choque, en la segunda mitad del mismo solo un corredor llegó a posición anotadora.
Del cierre por San Diego se encargó el venezolano Robert Suárez, quien entró tirando humo. El derecho registró una docena de picheos por encima de las 99 millas y la mitad de ellos alcanzaron las 100 millas.
Aunque tranquilamente podrían no significar nada, las victorias de los Mets y los Padres deberían poner sobre alerta a Yankees y Guardians para sus duelos de este miércoles contra los Royals y los Tigers, respectivamente. Si los dos favoritos de la Liga Nacional están contra las cuerdas, nadie puede descartar que hoy se consumen sorpresas también en la Americana durante los partidos en Kansas y Detroit.
MLB: Andy Pagés hace historia para Cuba en la fiesta de Ohtani
Para Cuba, este partido entre Dodgers y Padres dejó la gran noticia del debut en postemporada del pinareño Andy Pagés, quien entró como corredor emergente por Miguel Rojas en el tercer capítulo. El patrullero anotó con el grand slam de Teoscar Hernández, se quedó jugando en el jardín central y falló en par de turnos al bate: largo elevado al derecho y ponche tras una batalla de nueve lanzamientos contra Jason Adam.
Pagés se convirtió en el pelotero número 69 que ve acción por Cuba en la historia de los playoff de Grandes Ligas. El vueltabajero se ha estrenado en esta instancia con 23 años y 305 días, el duodécimo jugador más joven entre todos los antillanos.