Cuba arranca esta semana con apagones programados para cerca de la mitad de la población en el horario nocturno, provocado por la falta de capacidad de generación.
El informe actual de la UNE, perteneciente al Ministerio de Energía y Minas, estima para la tarde-noche de esta jornada una capacidad máxima de generación eléctrica de 1 885 megawatts, para una demanda que alcanzará los 3 050.
El déficit —la diferencia entre oferta y demanda— será de 1 165 MW y la afectación —los circuitos que se desconectarán realmente— alcanzará los 1 235 MW durante el momento de mayor demanda.
Según la UNE, ocho de las 20 unidades de generación (distribuidas en las siete centrales termoeléctricas) están averiadas o en mantenimiento. Además, 53 motores y grandes generadores (a diésel y fueloil) se encuentran parados por falta de combustible.
Acuerdo con China
Cuba y China formalizaron un proyecto de inversión en energías renovables, en otro espaldarazo del gigante asiático al estratégico programa de cambio de matriz energética en la isla, sumida en prolongados apagones y falta de financiamientos para la compra de combustibles fósiles.
El acuerdo prevé la instalación de siete parques fotovoltaicos de cinco megavatios cada uno, en seis provincias cubanas. En un plazo de siete meses se prevé el arribo, por vía marítima, de los componentes para su montaje, establece el acuerdo.
La futura operatividad de esos parques fotovoltaicos representará el ahorro anual de 18 mil toneladas de combustibles, lo que equivale a siete millones de dólares, aseguran autoridades del sector energético cubano, agregó el despacho de PL.
Con la profundización de la crisis energética y la ruina de las centrales térmicas por obsolescencia y desinversión, el Gobierno cubano ejecuta a marcha forzada un programa de inversiones en parques fotovoltaicos a lo largo del país, respaldado por China.
La intención oficial es que las fuentes renovables de energía –FRE– participen en 24 % en la matriz energética cubana en 2030, proporción casi cinco veces superior a la actual, una meta que ya se había consensuado desde 2014, pero ralentizada por el camino hasta casi estancarse.
Actualmente, las FRE apenas aportan 5 % a la matriz energética, desde un 4% de participación hace diez años.
La crisis energética estructural que sufre Cuba desde hace años se ha agravado desde finales de agosto por averías en las centrales termoeléctricas y la falta de combustible.
Desde entonces, el país ha registrado tres apagones nacionales —el último el pasado miércoles—, de los que ha tardado hasta cinco días en recuperarse. En las últimas semanas, la tasa diaria de máximo déficit se encuentra frecuentemente por encima del 40 % y ha llegado a superar el 51 %.
El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) se encuentra en un estado muy precario por la carencia de combustible —por la falta de divisas para importarlo— y las frecuentes averías en las obsoletas centrales termoeléctricas, en su mayoría con más de 40 años de explotación y un déficit crónico de inversiones.
Los frecuentes cortes tienen un importante coste económico y social. Gran parte de la industria estatal aún operativa y la administración pública se encuentran fuertemente afectadas, incluso paralizadas. El sector no estatal tiene asimismo obstaculizada su actividad.
La economía nacional se contrajo un 1,9 % en 2023, según datos oficiales, y el Gobierno estima, ya que no habrá crecimiento el actual ejercicio.
Los apagones también han contribuido a atizar el descontento social, evidente en la actual ola migratoria sin precedentes y en las protestas antigubernamentales de los últimos años, incluidas las del 11 de julio de 2021 —las mayores en décadas—, las de Nuevitas y La Habana en agosto y septiembre de 2022, y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba y otras localidades.
EFE / OnCuba.