Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París acapararon toda la atención deportiva en 2024. Las citas fueron un verdadero show para los fanáticos, que vivieron nuevamente en primera fila las hazañas de los atletas luego de la experiencia contenida de Tokio 2020, donde la pandemia frenó la avalancha popular en los estadios. Ahora, con las gradas repletas en la mayoría de competencias, la lid estival tuvo otro aire y recuperó su esplendor, sin demeritar en lo más mínimo lo conseguido en la capital nipona tres años antes.
Para Cuba, los Juegos en la Ciudad de la Luz tuvieron un sabor especial por el cierre dorado de dos auténticas leyendas del deporte global: Mijaín López y Omara Durand. Invencibles por enésima vez, el luchador y la corredora dieron toda la gloria del mundo a la pequeña isla caribeña, que contó con otras estrellas destacadas, aunque en sentido general la presente cita bajo los cinco aros mostró las múltiples costuras de un movimiento con muchas incertidumbres de cara al futuro.
En el medallero olímpico, Cuba cayó al puesto 32 con solo dos títulos y nueve preseas, una actuación cuantitativa y cualitativamente inferior a la de Tokio y por debajo de las expectativas y pronósticos de los directivos. Este baño de realidad, sumado a la retirada de varios referentes de puntería en los últimos ciclos, así como el declive de figuras y especialidades importantes, coloca al deporte antillano frente al desafiante reto de reinventarse y superarse en pos de conservar al menos la estela de la potencia que un día fue.
Cuba en París 2024, más allá del rendimiento y las urgencias
En los Paralímpicos, la isla sí dio un salto de calidad (pasó del puesto 35 al 24 en el medallero general), pero la mitad de los títulos y un tercio de todas los metales los ganó Omara, que ya no estará en el examen de Los Ángeles 2028. Rumbo a esa cita, no se vislumbra otra estrella cubana con la capacidad de subir al podio en múltiples pruebas, por lo que el movimiento de discapacitados también deberá explorar nuevos caminos para al menos mantener el destacadísimo sitial alcanzado en París.
Por último y no menos importante, en ambas citas tuvimos participación cubana en representación de otras naciones con resultados de gran nivel. Más de una veintena de atletas nacidos y, en algunos casos, formados en la isla, desfilaron por los escenarios parisinos y dejaron un botín nada despreciable de nueve preseas, incluidos dos cetros, uno en los Olímpicos y otro en los Paralímpicos.
A continuación realizaremos un viaje por las historias más relevantes escritas por todos estos atletas cubanos en la Ciudad de la Luz.
La última conquista de Mijaín
Ningún atleta de cualquier disciplina había conquistado cinco cetros consecutivos en una misma prueba individual en Olimpiadas; ningún luchador había conquistado cinco títulos en la historia de los Juegos. Hechos sin precedentes, hasta que Mijaín López conquistó París tras derrotar sin contemplaciones a sus cuatro oponentes. Con la misma clase y contundencia de siempre, el pinareño extendió su reinado estival —iniciado en el ya lejano 2008 en Beijing— y se despidió de los colchones al dejar sus zapatillas justo en el centro del escenario competitivo en Champ de Mars.
Omara Durand y el triplete del adiós
Si quisiéramos andar tan rápidos como Omara Durand en las pistas, pudiéramos resumir su trayectoria en el doblete de Londres 2012 y los tripletes consecutivos desde Río 2016 hasta París 2024. Esas 11 medallas de oro en Juegos Paralímpicos ubican a la santiaguera como la mejor atleta cubana de la historia en lides para discapacitados, justo como demostró en la capital francesa, donde volvió a brillar junto a su guía Yuniol Kindelán. Existió preocupación por las continuas carreras, el desgaste y el riesgo de una lesión, pero la indómita espantó cualquier fantasma corriendo más rápido que nadie en los 100, 200 y 400 metros planos de la categoría T-12 (débiles visuales). Como Mijaín, también se despidió del deporte activo y definitivamente la vamos a extrañar.
Omara Durand: “Cuando eres la mejor del mundo, todos se preparan para derrotarte”
La energía asfixiante de Erislandy Álvarez
Se ha convertido en costumbre que salga algún eléctrico en las delegaciones olímpicas de Cuba y París no fue la excepción. Si en Tokio 2020 el luchador Luis Alberto Orta apareció como un torbellino para escalar a la cima, en la Ciudad de la Luz ese huracán de máxima categoría respondió al nombre de Erislandy Álvarez, monarca indiscutible en la división de 63.5 kilogramos. El cienfueguero impuso un frenético ritmo de golpeo frente a cada uno de sus rivales y no dejó margen para ninguna decisión controvertida de los jueces, ni siquiera en la gran final contra el ídolo local Sofiane Oumiha, a quien superó de campana a campana.
Jordan Díaz y la batalla más cubana del triple
La final del triple salto masculino en el Stade de France está entre los momentos más espectaculares del deporte cubano en su historia, sin pecar de exagerado. Cuatro antillanos avanzaron a la discusión de las medallas y tres de ellos terminaron en el podio, con la peculiaridad de que ninguno de estos últimos representaba a su país de origen. Jordan Díaz, Pedro Pablo Pichardo y Andy Díaz, tres saltadores moldeados en la ardiente pista del estadio Panamericano, al este de La Habana, dieron sendas preseas a España, Portugal e Italia, las naciones que los acogieron cuando decidieron emigrar. Jordan, en particular, ofreció un show descomunal, con tres estirones por encima de 17.80 metros y cinco a más de 17.25.
Cuba tiene un Sol
Cuando se encienda la llama de los próximos Juegos Paralímpicos en Los Ángeles, el saltador cubano Robiel Yankiel Sol tendrá solo 25 años, pero defenderá en la urbe estadounidense los dos títulos estivales que ha ganado en Tokio y París. Es raro que un chico de 21 abriles sume ya dos coronas en su palmarés, algo que Robiel Yankiel Sol ha conseguido gracias al impulso de sus piernas y su vuelo inalcanzable en la longitud. Tras dar la clarinada en Japón, en la capital francesa conservó su sitial de honor en el trono luego de superar la resistencia del chino Wang Hao. En Los Ángeles 2028 será el gran referente del movimiento paralímpico cubano.
Robiel Yankiel Sol: frenética carrera y salto dorado en París
La consagración de Yunier Fernández
Manos arriba, ojos cerrados, lágrimas brotando… La imagen de Yunier Fernández celebrando la medalla de oro de los Juegos Paralímpicos ya es eterna, uno de los instantes más emocionantes del deporte cubano en 2024. El artemiseño vivió su momento de consagración en París, donde mostró destreza, temple y mucha valentía para tumbar a cada uno de sus rivales camino a la cima. En su tercera experiencia paralímpica, Fernández acumuló cuatro éxitos contundentes frente a rivales de renombre y se convirtió en el primer campeón cubano del para tenis de mesa en citas estivales.
Juegos Paralímpicos: título de Yunier Fernández impulsa a Cuba en el medallero
Guillermo Varona: preparen, apunten, fuego
Desde mayo del presente año el jabalinista camagüeyano había lanzado su candidatura para estar entre los mejores atletas cubanos de 2024, pues en esa temprana fecha consiguió la corona mundial en Kobe, Japón. El zurdo se llevó la corona en la categoría F-46 con disparo de 65.16 metros, récord para la competencia. Ese fue el preámbulo de su victoria en los Juegos Paralímpicos de París, donde superó su registro personal y estableció un nuevo récord de América con lanzamiento de 66.14. Varona superó a los indios Singh Ajeet (65.62) y Sundar Singh Gurjar (64.96); el primero, dueño del récord universal, y el otro, con un título mundial en su expediente.
Jabalinista Guillermo Varona da a Cuba su tercer cetro en los Paralímpicos de París
Oney Tapia, el cubano que le dio un título paralímpico a Italia
Para la mayoría de los aficionados cubanos, el nombre de Oney Tapia ha pasado desapercibido durante años, un pecado capital si tenemos en cuenta que el habanero ha ganado cuatro medallas en Juegos Paralímpicos, incluido el título de París 2024. En representación de Italia, donde reside desde hace más de 20 años, el lanzador de 48 años llegó a la cúspide en el disco de la categoría F11 (discapacidad visual) tras una competencia de alta tensión, en la que remontó durante la quinta ronda con disparo de 41.92 metros. Tapia era jugador de béisbol y emigró de Cuba en 2002, pero en 2011, mientras podaba un árbol, una rama le cayó en el rostro y le afectó sus glóbulos oculares. Fue entonces cuando comenzó a incursionar en el deporte para discapacitados, conquistando la plata en los Juegos de Río 2016 y dos bronces (disco y bala) en Tokio 2020.
La otra cara dorada de Cuba en París
Los entrenadores cubanos ganaron un gran total de 13 medallas de oro en París. Raúl Trujillo y Rolando Acebal condujeron los destinos de Mijaín López y Erislandy Álvarez en la delegación antillana, pero otros preparadores también dejaron su huella dorada con otras naciones.
En el atletismo, el nombre de Iván Pedroso volvió a resaltar con la corona de Jordan Díaz (España), mientras Yassen Pérez llevó a la dominicana Marileidy Paulino al cetro en los 400 metros planos.
No obstante, fue el boxeo el escenario de mejores resultados para los entrenadores cubanos. Raúl Fernández y Julián Cedeño lideraron la escuadra femenina de China con tres medallas de oro, y Enrique Steiner fue uno de los hombres detrás de las cinco coronas que ganaron los púgiles de Uzbekistán. Para rematar, Pedro Luis Díaz guio hasta la cima a la argelina Imane Khelif, una de las grandes protagonistas de los Juegos.
Y aunque no ganaron oro, otros entrenadores también se hicieron sentir en la urbe parisina. Filiberto Delgado, Jorge González, Néstor Almanza y Arturo Yanes en la lucha, Jorge Pichardo en atletismo, Jorge Luis Atencio en judo, y la gran armada compuesta por Pedro Roque, Ernesto Aroche, Esteban Cuéllar, Luis Mariano González, Humberto Orta, Joel Soler y Armando Hernández, consiguieron que sus discipulos escalaran al podio en estas disciplinas.
Por otra parte, resaltar la labor de Carlos Rafael Gil, quien por segunda vez en la historia incluyó a una gimnasta panameña (Hillary Heron) en el concierto bajo los cinco aros.
El sabor del podio y un poco más
Escalar a lo más alto del Olimpo es el gran objetivo de cada atleta. Sin embargo, en ocasiones no valoramos en su justa medida las preseas de plata o bronce, los diplomas olímpicos o el simple hecho de participar en una competencia de tan alto nivel. Teniendo en cuenta la evolución y desarrollo del deporte, estos resultados son igualmente trascendentales en el contexto moderno.
Los Juegos de París dejaron a Cuba algunas notas destacadas más allá de los reinados de Mijaín, Omara y compañía. Por ejemplo, Arlenis Sierra volvió a inscribir su nombre entre las corredoras de la ruta femenina en el ciclismo. Si bien no se acercó a la mejor posición lograda por una cubana en esta prueba, su incursión en solitario entre las mejores del mundo es otro logro notable para su trayectoria.
Igualmente, la inclusión de Reynaldo Espinosa en las semifinales de los 100 metros planos en París constituyó una nota histórica dentro de la cita estival, pues ningún velocista de la isla avanzaba tanto en la prueba reina del atletismo en los últimos 44 años. En la misma cuerda, el arquero Hugo Franco avanzó hasta la ronda de 32 mejores en un deporte de altísimo nivel y concluyó en el puesto 17.
En el voleibol de playa, Noslen Díaz y Jorge Luis Alayo pasearon la distancia en la fase de grupos y llegaron a octavos de final como una de las duplas a batir, pero se toparon con los suecos David Ahman y Jonatan Hellvig, líderes del ranking mundial, y no pudieron continuar su aventura en las arenas a los pies de la Torre Eiffel. No obstante, vendieron cara su derrota ante dos chicos de 22 años que, a la postre, se coronaron en París.
Tampoco podremos olvidar el cuarto lugar en el triple salto de la pinareña Liadagmis Povea, quien pasó buena parte de la temporada lesionada y en la capital francesa se quedó a escasos tres centímetros de la medalla de bronce.
Otra que quedó a las puertas del podio fue la voleibolista Melissa Vargas, quien ofreció un show escandaloso vistiendo los colores de Turquía. La atacante anotó más de 25 puntos en cuatro de los seis partidos disputados, incluidos dos de más de 30 cartones y uno (ante China) con la increíble cifra de 42 tantos. Lamentablemente, las otomanas perdieron el bronce al caer contra Brasil.
Todos estos resultados, si bien no aportaron al medallero ni a ningún ranking, califican como historias de superación y de batalla en un escenario de máxima competitividad.
Por supuesto, no podemos obviar en este apartado a los que cumplieron su sueño de subir al podio. En particular, muy relevantes fueron las actuaciones de Yusneilys Guzmán, Milaimys Marín y Yarisleidis Cirilo, quienes quebraron barreras y pusieron en lo más alto el nombre de la mujer cubana.
Guzmán se convirtió en la primera luchadora cubana con una medalla en Juegos Olímpicos, luego de conquistar una plata histórica en la división de 50 kilogramos. Tras sus pasos, Marín dio muestras de ser una guerrera a prueba de balas y se llevó el bronce en los 76 kg para sellar una actuación memorable e impensable para Cuba, país que hace solo unos años no contemplaba la lucha femenina dentro de su programa de alto rendimiento.
Por su parte, Cirilo también quemó las naves y rompió la maldición de las mujeres cubanas en el canotaje de los Juegos Olímpicos, donde nunca se había ganado una medalla. Coqueteando por cuestión de milésimas de segundo con las mejores de París 2024, la guantanamera se coló en el podio y demostró que su meteórica progresión de los últimos tiempos no ha sido obra de la casalidad. Con 22 años es una de las grandes aspirantes cubanas al podio de Los Ángeles 2028.
Y la cosecha cubana no se detuvo ahí. Wilfredo León, con Polonia, fue líder anotador y el mejor en servicio en el voleibol masculino de París, donde conquistó la medalla de plata. También en segundo lugar, Pedro Pablo Pichardo se convirtió en el primer triplista cubano con dos medallas en citas estivales al ubicarse por delante de su compatriota Andy Díaz (Italia-bronce), mientras Yasmani Acosta (plata) inauguró el medallero de Chile en la lucha grecorromana tras perder en la final con Mijaín.
En otros duelos entre cubanos, Loren Berto Alfonso (Azerbaiyán) eliminó a Julio César La Cruz en el primer combate de la lid boxística, y se semifinales derrotó al también antillano Enmanuel Reyes (España) para acceder a la final, donde ya no pudo triunfar. Por cierto, en los cuadriláteros parisinos, tanto Reyes como Arlen López y Javier Ibáñez (Bulgaria) quedaron en bronce.
Por último, Rafael Alba pasó a la historia como el primer taekwondoca cubano con dos preseas en Juegos Olímpicos tras su bronce en París, similar resultado al que cosecharon en la lucha los estelares Luis Alberto Orta y Gabriel Rosillo.
París 2024: Rafael Alba gana bronce y Cuba se sostiene entre los 30 primeros del medallero
Las decepciones
La delegación cubana que participó en los Juegos Olímpicos de París logró la menor cantidad de medallas para una comitiva de la isla desde la cita de Múnich 1972. Además, las dos coronas en la capital francesa representan la menor cantidad desde que no se consiguiera ningún título en México 1968.
Como resultado global, Cuba obtuvo su peor ubicación en el medallero olímpico desde la década del 60 del siglo pasado y rompió una cadena de 11 ediciones estivales consecutivas finalizando entre los 20 punteros del medallero. Precisamente, ese era uno de los objetivos de la delegación caribeña en París, donde también aspiraban a obtener entre cuatro y seis coronas. Sin embargo, ninguno de los propósitos se cumplió.
Cuba en París 2024: nueve medallas y lugar 32, el peor en 60 años
Es cierto que la precaria situación económica del país y los altísimos índices de emigración han golpeado considerablemente al deporte cubano, pero justamente los directivos del movimiento atlético se plantearon metas que bien se podían asumir con el material humano disponible.
Por desgracia, disciplinas de tradicional fortaleza para la isla como el atletismo, el boxeo o el judo quedaron bien alejados de su trayectoria histórica. Medallistas mundiales de la talla de Iván Silva, Idalys Ortiz, Leyanis Pérez, Lázaro Martínez o Julio César La Cruz cayeron pronto y no pudieron pelear por escalar al podio. Estas actuaciones quedaron por debajo de las expectativas y dejaron a Cuba por debajo de los pronósticos.