A inicios de año, tras la entrega de los Globos de Oro, parecía cantado que la edición 97 de los premios Oscar sería una carrera entre dos grandes contendientes: Emilia Pérez y The Brutalist.
Sin embargo, apenas dos meses después, fue Anora, una cinta de bajo presupuesto sobre la relación de una trabajadora sexual y el hijo de un oligarca ruso, la que dio el golpe en la gala celebrada en el histórico Teatro Dolby de Los Ángeles.
El filme dirigido por Sean Baker se alzó con cinco de las seis estatuillas a las que aspiraba, incluyendo las de mejor película y mejor director, en una noche en la que “Aún estoy aquí” fue aclamada como mejor película internacional y dio a Brasil el primer Oscar de su historia.
El triunfo de Anora, todo se ha dicho, no fue exactamente una sorpresa. El filme tiene un importante cartel de premios y nominaciones en todo el mundo, incluyendo la célebre Palma de Oro en Cannes, pero aún así el musical francés hablado en español de Jaques Audiard y la monumental producción de Brady Corbet lucían en principio más fieles al sello de los Oscar.
Sin embargo, el escándalo por unos antiguos tuits de su protagonista, la actriz trans española Karla Sofía Gascón, terminó pasando factura a Emilia Pérez, incluso en la categoría internacional, a pesar de sus 13 nominaciones, récord para un filme no angloparlante.
Mientras, Anora fue subiendo poco a poco en los pronósticos, sumando más lauros en las últimas semanas y alcanzando y finalmente dejando atrás a otras favoritas como The Brutalist y la británica Cónclave, que había dado una tardía clarinada en los premios BAFTA.
Así, la cinta de Baker —ganadora también este año del premio Spirit del cine independiente— dominó las principales categorías de la noche y completó su botín con los Oscar en guion original, montaje y actriz principal. En este último apartado, la joven Mikey Madison se impuso a Demi Moore, para muchos la gran favorita por su elogiada interpretación en The Substance.
Premios repartidos
La de Madison fue la única sorpresa en los premios de actuación, pues el resto fue a manos de quienes dominaban las quinielas: Adrien Brody (mejor actor principal por The Brutalist), Kieran Culkin (mejor actor de reparto por A real pain), y Zoe Saldaña (mejor actriz de reparto por Emilia Pérez), quien, en un emotivo discurso, resaltó su orgullo por sus padres y su abuela inmigrantes.
Finalmente, Emilia Pérez logró solo dos de los 13 galardones a los que aspiraba, pues al de Saldaña sumó el de mejor canción original por “El Mal”. Mientras, The Brutalist se quedó con otros dos además del de su protagonista: los de mejor fotografía y mejor banda sonora.
En general, fue una edición bastante repartida, en la que dos de las grandes producciones y éxitos de taquilla del último año, Wicked y Dune 2, aun cuando fueron superadas en las categorías más importantes se llevaron par de premios a casa. La primera se hizo con los Oscar a los mejores diseños de produción y de vestuario, y la segunda, con los de mejor sonido y efectos visuales.
Además, Cónclave cumplió con las previsiones y obtuvo el lauro de mejor guion adaptado y The Substance hizo lo propio en el apartado de mejor maquillaje y peluquería.

Brasil, Palestina, Letonia
La gala de este domingo dejó también la imagen de Walter Salles recogiendo el primer Oscar para Brasil por su obra “Aún estoy aquí”, reconocida como la mejor película internacional.
La cinta, un drama biográfico político sobre una mujer que pierde a su esposo durante la dictadura militar, aspiraba también al premio a mejor actriz principal con Fernanda Torres, aclamada por la crítica y ganadora del Globo de Oro y otros lauros por su papel.
El triunfo del filme, ganador antes del Goya a mejor película iberoamericana, ha sido celebrado ampliamente en Brasil, e incluso el presidente Lula Da Silva aseguró que este reconocimiento lo motivaba a “sentir aún más orgullo de ser brasileño”.
También ha generado numerosas reacciones el éxito del documental palestino-noruego No Other Land, cuyos productores reclamaron “una solución política sin supremacía étnica” para el conflicto entre Israel y Palestina, en uno de los pocos discursos políticos de una noche que obvió por completo al presidente Donald Trump.
Letonia hizo igualmente historia con su Oscar a Flow como mejor largometraje de animación. Esta película independiente y sin diálogos, altamente valorada por la crítica y el público y con un estela de premios desde su estreno, mereció el galardón por delante de dos pesos pesados como Inside Out 2 y The Wild Robot y dio al país báltico su primera estatuilla.
Finalmente, el mejor corto de animación fue In the Shadow of the Cypress, mientras The Only Girl in the Orchestra ganó sorpresivamente para muchos el premio de mejor cortometraje documental, y I’m not a robot fue galardonado como mejor cortometraje, en una gala que recordó al recientemente fallecido actor Gene Hackman y tuvo otros homenajes y varios momentos musicales.