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Las celebraciones por el segundo reinado indiscutido en la carrera de Saúl “Canelo” Álvarez no comenzaron con champán, como habitualmente podría suceder en Las Vegas o Nueva York, sino con un desayuno al amanecer de Riad.
Rompiendo todos los moldes, el mexicano madrugó en tierras saudíes para dar un espaldarazo a los millonarios planes de Turki Alalshik en su afán de convertirse en el mayor promotor del boxeo profesional, y derrotó al cubano William Scull por la unificación de los títulos en la división supermediana.
Eso sí, la pelea no estuvo ni cerca de las expectativas que se generaron. Medio dormidos y entre bostezos a las seis de la mañana, horario atípico y comercial pensando en las audiencias de Estados Unidos y México, “Canelo” y Scull deambularon cual fantasmas por el cuadrilátero: el cubano con un estilo soso, excesivamente móvil y muy poco agresivo, y el mexicano sin chispa y desesperado por tener que perseguir a su oponente sin apenas intercambios.
Another chapter of the Mexico vs. Cuba rivalry, presented by @autozone #CaneloScull | #RiyadhSeason | Powered by @FATALFURY_PR City of Wolves | @SNKPofficial | @ringmagazine pic.twitter.com/KwzvxwELHg
— DAZN Boxing (@DAZNBoxing) May 4, 2025
“Partidas de ajedrez han generado más sangre”, publicó el cronista Jason Langendore en el sitio especializado Boxing Scene. “Fue un mal encuentro de estilos, por supuesto. Álvarez es lento, mientras que el ágil Scull se niega a permitir que oponentes peligrosos lo derriben. Scull mostró algo de potencia cuando lo necesitó, pero la veterana defensa de Canelo le permitió bloquear, rodar o absorber casi todo”, añadió.
“No me gustan las peleas con tipos como este; pudo sobrevivir y nos fuimos hasta el round 12, pero fue aburrido. Cuando un boxeador no intenta ganar, solo intenta sobrevivir… Odio a ese tipo de boxeadores”, dijo “Canelo” sobre el cuadrilátero del ANB Arena, solo unos instantes después de que Scull bajara sin cinturón y ni un rasguño en su cuerpo.
Así de dócil y deslucido fue el combate, definido por votación unánime (115-113, 116-112 y 119-109) de los jueces tras muy pocas combinaciones de los dos contendientes, que dieron la impresión de no estarse jugando cuatro fajas mundiales. Las principales críticas, como es lógico, apuntan al cubano, que no supo aprovechar su gran condición física para exhibirse en el escenario más rutilante de su carrera.
¿Quién es el boxeador cubano que reta a Saúl “Canelo” Álvarez?
Scull mostró una rapidez endiablada con movimientos laterales y de piernas de primer nivel, pero en el boxeo no se gana corriendo. Buscar la victoria exclusivamente con esa táctica suele ser un pecado mortal, y el cubano, en honor a la verdad, renunció por completo al intercambio cuerpo a cuerpo.
“Se movió más de lo que esperaba”, dijo el mexicano, quien antes de la pelea había mencionado que si Scull quería darle guerra, tendría que llevar un plan similar al que en el pasado utilizaron Floyd Mayweather Jr., Dmitri Bivol o el también antillano Erislandy Lara.
Quizás atendiendo a ese consejo, el yumurino apostó radicalmente por utilizar su velocidad, mayor estatura y desplazamientos desde la larga distancia, pero se olvidó de tirar.
Tanto se repitió que sobrevivir los 12 rounds contra “Canelo” ya podía considerarse una victoria, que el matancero y su equipo lo tomaron al pie de la letra, aunque para conseguir el objetivo sacrificaron cualquier estrategia ofensiva.
Los números no engañan, Scull tiró más que “Canelo” (293 golpes por 152), pero el 75 % de sus intentos fueron con el jab, lo cual prueba claramente que no arriesgó demasiado.
Para tener una idea, en los 12 asaltos el yumurino solo consiguió aterrizar seis golpes de poder sobre la anatomía del pugilista jalisciense, para un bajísimo 8.2 % de efectividad. La diferencia en este sentido fue abismal, porque “Canelo” consiguió conectar 40 golpes de poder sobre el antillano de los 89 que intentó, para casi un 45 % de efectividad.
Lo más doloroso para los seguidores de Scull y los parciales del boxeo cubano es que el matancero se veía en condiciones de dar un poco más, de dejar una imagen más consistente. Tras un largo e intenso período de preparación en España, físicamente llegó como un toro a Arabia Saudita, pero no puso esa marcha adicional imprescindible para marcar la diferencia en combates de alto nivel.
No obstante, el despliegue del mexicano tampoco fue significativo. Apelando a la paciencia para no caer en una persecución que lo hubiera desgastado totalmente, “Canelo” limitó sus ataques y pasó largos tramos sin apenas moverse. Su guardia no la bajó nunca, cauteloso ante un ataque relámpago de Scull que no se produjo.

El resultado del plan táctico puesto en práctica por ambos fue una pelea de muy pobres combinaciones. De hecho, según el sitio especializado Compubox, el total de golpes lanzados (445) entre Scull y “Canelo” fue el menor registrado en los 40 años de historia de la plataforma para un combate de 12 rounds, superando el anterior récord (459) del duelo entre Deontay Wilder y Joseph Parker en diciembre de 2023.
Tanto se acercaron al límite del aburrimiento que, al inicio del noveno asalto, el árbitro Kieran McCann les pidió que intercambiaran más, pero no hubo mucha diferencia en el cierre.
Scull, que aparentemente se sentía ganador o conforme con su actuación, siguió la misma línea, intentando salir de pie del cuadrilátero, mientras “Canelo” dosificó, pensando más en su próxima pelea en septiembre y con plena seguridad de que no corría riesgo. Al final, todo quedó en un bostezo.