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Charlie Durán (Holguín, 4 de agosto de 1998) se inclinó por el arte desde pequeño. Su abuelo, su papá y su mamá fueron sus primeras referencias en el mundo de la música. Haber crecido entre canciones y ritmos lo llevó a dar sus primeros pasos como cantante en escuelas y fiestas locales en su provincia natal.
La música, para Durán, nunca fue una ruta calculada, sino un proceso espontáneo que se afianzó con el tiempo, hasta que, luego de su servicio militar, comenzó a tomarse en serio este arte cuando se unió al Movimiento de Artistas Aficionados. Gracias a la invitación de Carmen Iglesias, locutora de Radio Angulo, pudo presentarse por primera vez en público, en la peña “El jardín de los recuerdos”.
Su historia es la de un joven que encontró en el arte una forma de realización personal, y que, con el tiempo, ha sorteado retos y encontrado oportunidades.
Con Pablo Alborán, Luis Miguel, Cristian Castro, Andrea Bocelli, Enrique Iglesias, entre muchos otros como referentes musicales, Charlie ha compartido escenarios con la cantante española Rozalén, María San Felipe, de México, Marta Gómez, de Colombia, además de artistas nacionales.
Por estos días, su sencillo “Culpable” está de estreno en plataformas digitales.
Has pasado por diversas agrupaciones. ¿Cómo fue formar parte de Wena Onda y Moncada? ¿De qué manera influyeron estos grupos en tu desarrollo musical?
Todas han sido una escuela para mí, y me han servido mucho en mi día a día para poder enfrentarme a un escenario, frente a miles de personas. Mi formación se la debo a las experiencias adquiridas en el camino con estas bandas y a los momentos que viví junto a muchos de los artistas que las componían.
Tu primer álbum, Vendaval, muestra tu faceta como compositor, productor e intérprete. ¿Cómo fue el proceso de creación de este disco y qué buscabas transmitir a través de las canciones que lo conforman?
Vendaval ha sido una llave al mundo, esa puerta que tanto buscaba para que las personas conocieran mi música y pudieran conectar conmigo mediante algo completamente nuevo, para mí y para ellos. Me ha tocado aprender muchos oficios dentro del mundo musical: desde hacer una canción, grabarla y masterizarla, a veces sin acceso a estudios profesionales, apenas con un sistema de grabación desde casa.
A través de este disco busco acercarme más al público, que conozcan realmente mi mundo mediante la música que hago y que, por esta vía, puedan encontrar un descanso y aliviar un poco el peso del día a día.
Una canción de tu repertorio que signifique más que otras
“Vendaval”. Le dio el nombre a mi primer disco, pero saldrá en la próxima producción; de hecho, la canto mucho en mis conciertos. Fue la primera canción que compuse.
¿Prefieres el estudio de grabación o el escenario?
Prefiero el primero, pero ambos los disfruto mucho. En el estudio nace la magia y las canciones. En el escenario conecto con el público: los veo llorar, reír, bailar.

¿Cuáles son los cambios más significativos que has experimentado como artista?
El primer cambio importante fue haber salido de mi zona de confort y de mi ciudad para mudarme a la capital en busca de un sueño. Empecé de cero, pasé por agrupaciones hasta formar mi propio proyecto y grupo. Ese fue otro cambio significativo: cuando empecé a defender mi música y mis canciones.
¿Cómo manejas los momentos difíciles?
Pienso que cada cosa que venga, sea buena o mala, es parte de una enseñanza y una experiencia para mi carrera y también para mi vida. Simplemente disfruto el proceso: si me caigo, me levanto y sigo.
¿Cómo decides qué experiencias o emociones reflejar en tus canciones y cómo logras transmitir esa autenticidad en tus letras?
Mayormente le escribo al amor o al desamor, pero también hay anécdotas que vivo a diario que quedan plasmadas en las canciones, algunas cómicas, otras no tanto, pero siempre desde un lugar respetuoso hacia mi público. Trato de llevarles y entregarles lo mejor de mí.
¿Qué desafíos dificultan que puedas hacerte un espacio en la escena cubana actual?
Hoy en día la música da muchas vueltas. Hay muchas tendencias y cambios en el mercado musical, pero siempre digo que, de alguna manera, quedamos los que apostamos por vivir felices entre culturas y géneros dentro del panorama que se nos presenta.

¿Cómo defines la relación con tus seguidores y cómo te ha ayudado su apoyo a seguir adelante en tu camino musical?
Cuando empecé a darme a conocer en las redes sociales fue en plena pandemia de COVID-19. Como no se podía salir, encontré una vía de presentarme mediante directas en las plataformas digitales. Así, poco a poco, fui sumando una familia enorme que quiero con todo mi ser. Mis seguidores son muy importantes para mí; todo lo que hago y lo que soy hoy en día es gracias a ellos, a las personas que me rodean y me apoyan.
¿Qué es lo que más valoras de tu evolución como artista?
Haber tenido el valor de superarme cada día y ser la mejor versión de mí mismo.
¿Cómo te gustaría que el público te identificara en el futuro?
Solo quiero que las personas se lleven un buen mensaje y que me recuerden por lo que siempre quise demostrar: amor y cariño. Simplemente, como Charlie Durán.

¿Qué consejo le darías a los jóvenes que aspiran a desarrollar una carrera musical, pero que aún no se sienten seguros de dar el primer paso?
Se me ha hecho costumbre decir esto, pero creo que es lo más sano para hacer que cada día valga la pena: que vivan el proceso y el momento, y que se olviden de la meta, que tarde o temprano, si tienen fe, llega. Que den todos los pasos que puedan. Está bien caerse, sentirse mal y equivocarse. Somos seres humanos y tenemos defectos. Entonces, ¿qué nos queda? Aprender de ellos. Yo les diría que aprendan y vivan cada minuto.
¿Proyectos para este 2025?
Este año voy a lanzar todas las canciones del primer EP, que cuenta con cinco temas, quizás alguna colaboración. No sé qué me depare el futuro; seguiré cantando, esté donde esté.