Esta edición de junio de OnCuba es especial. Para mí el tema de la emigración china a nuestro hermoso país es algo muy interesante. Los chinos, sin dudas, han tenido un ineludible impacto en mi vida y han almacenado archivos en mi memoria.
Por ejemplo: el arroz —me cuesta mucho trabajo comer sin arroz—, el arroz frito cubano, los frijolitos chinos, los abanicos chinos de mi abuela, el canto del chino que cayó en el pozo y la chinita sentada en un café, la pomadita china que actualmente ocupa un espacio minúsculo en una de mis gavetas. Ah, y ¿quién puede olvidarse de los refranes referidos a los chinos?
Alguna vez te has preguntado ¿a qué llamamos un “cuento chino”?
Tengo varios amigos chinos, chinos de China y chinos de Cuba, y a excepción de explicarme qué significa el refrán: “tienes un chino atrás” —refrán popular y jocoso entre los cubanos, indicativo de la mala suerte, en ocasiones he tenido un ejército—, ninguno ha podido decirme el origen del “cuento chino” por lo que no me ha quedado otra alternativa que refugiarme en la lectura para conciliar mi curiosidad.
Dicen los que saben que esto del “cuento chino” se deriva del interés por aquellas lejanas tierras y las largas narrativas de viajeros y comerciantes europeos procedentes de Beijing que hacían la Ruta de la Seda por Damasco y otras ciudades, estos traían consigo fábulas y leyendas llenas de fantasía y anécdotas exageradas que dejaban estupefactas a las personas más inteligentes y convertían en creyentes a los ingenuos e incautos.
Leyenda y anécdota china (Cuento chino)
El arte de matar dragones
Zhu Pingman fue a Zhili Yi para aprender a matar dragones. Estudió tres años y gastó casi toda su fortuna hasta conocer a fondo la materia.
Pero había tan pocos dragones que Zhu no encontró dónde practicar su arte.
Zhuang Zi
El ser humano lleva intrínseco el deseo de creer en algo, nos conformamos con sustituir la falta de conocimiento con una creencia, no cuestionamos. Siempre he pensado que cuestionar es algo extremadamente saludable, es una acción progresiva que conlleva a cambios, es evolución.
Un chino que te haga un cuento es aceptable, un cuento chino que no te haga un chino es dudoso, cuestiónalo… Aquí les va mi lista de cosas que ya no cuestiono, por considerarlas, cuentos chinos:
Aquel primer beso con el que juraste amor eterno.
Que el puro dominicano es mejor que el cubano.
Promesas de políticos.
Un amigo, asociado o interesado, que afirma, confirma, promete y sus promesas tienen más sazón que sabor.
La justificación de políticas incoherentes y obsoletas.
Que la costumbre es más fuerte que el amor.
Que no hay mal que dure cien años.
Que no somos capaces de superarnos, ser felices y creer en el amor y el perdón.
Que el Embargo impuesto por el gobierno de EE.UU. a mi país, no es un acto injusto y cruel.
Los límites y las fronteras.
Que esta revista, OnCuba, no es tu preferida.