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Dos de los principales partidarios conservadores populistas de Trump —Steve Bannon y Tucker Carlson— se han opuesto a una intervención miliar directa de Estados Unidos en el Medio Oriente.
Carlson ha criticado abiertamente cualquier participación de Estados Unidos en una posible guerra en la región y expresó su frustración después de que Israel lanzara ataques con misiles contra las instalaciones nucleares de Irán y ejecutara a varios altos mandos militares.
Escribió que Trump fue “cómplice del acto de guerra” y afirmó que lo que ocurra a continuación en la zona “definirá la presidencia de Donald Trump”.
En una publicación en la plataforma social X la semana pasada, Carlson criticó a los “belicistas” que incitaban a Trump a exigir la “participación militar directa de Estados Unidos en una guerra con Irán”.
Citó específicamente a sus excolegas de Fox News, Sean Hannity y Mark Levin, entre otros.
El Gobierno afirmó que los ataques de Israel contra Irán fueron unilaterales, pero que Estados Unidos ayudó a interceptar los ataques iraníes.
La oposición del expresentador de Fox News a la participación de Estados Unidos en cualquier conflicto en el Medio Oriente subraya la creciente división entre sectores de la base de Trump acerca de cómo proceder con Irán.
Por su parte, el antiguo estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon, ha acusado al Gobierno israelí de intentar arrastrar a Estados Unidos a una guerra con Irán, afirmando que “quieren que pasemos a la ofensiva” contra Teherán.
Bannon, un firme partidario del presidente Donald Trump que formó parte de su primer gobierno de enero a agosto de 2017, hizo esta afirmación en su podcast War Room.
Los ataques de Israel han dividido a los conservadores estadounidenses. Si bien algunos apoyan la acción de Israel, otros advierten que Estados Unidos podría verse arrastrado a una guerra en el Medio Oriente.
Marjorie Taylor Greene, otra aliada de Trump en el Congreso, descartó la posibilidad de una intervención estadounidense.