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Cuando se supo a finales de febrero que Armando Johnson no continuaría al frente de la selección cubana de béisbol, Germán Mesa no aparecía en las quinielas entre los candidatos favoritos para ocupar el cargo. No obstante, en cada conversación se mencionaba, aunque fuera al final de la lista, como una especie de comodín, dejando abierta una mínima posibilidad para su nombramiento.
Según los comentarios filtrados desde los pasillos de la Federación Cubana de Béisbol (FCB), otros hombres partían con ventaja para sentarse como timonel de la escuadra naciona; entre ellos, Alfonso Urquiola, Noelvis González, Pablo Civil o Michel Enríquez. Según la rumorología, por lo general muy creativa (a veces rondando lo fantasioso), se haría un último intento por convencer a Rey Vicente Anglada o al mismísimo Víctor Mesa, aunque representara una misión imposible.
Fin de ciclo: béisbol cubano busca mánager para equipo nacional
Todo eso sucedió a finales de febrero, cuando la FCB confirmó la salida de Johnson y anunció que, en el plazo de una semana, presentaría una propuesta a la presidencia del Inder. A partir de entonces reinó el silencio, el secretismo instaurado en las instituciones de la isla. Nunca supimos si los nombres de los candidatos realmente llegaron a la cúpula directiva del deporte cubano en una semana, si demoraron meses o si, una vez elevadas las propuestas, se estancaron en alguna gaveta.
Durante casi cuatro meses no hemos tenido información de la selección; algo que lógicamente ha desatado una ola de especulaciones y rumores que, lejos de ayudar, han terminado por empañar y poner aun más en tela de juicio la gestión de la FCB y del Inder. Tampoco se ha contado cómo marcha la convocatoria a los jugadores profesionales que residen fuera del país o si el proceso ha estado en pausa hasta el nombramiento del director.
Clásico Mundial 2026: Cuba ya conoce su ruta, pero aún no tiene mánager
Huérfanos de noticias elementales, no ha quedado más remedio que esperar hasta que finalmente fuera ha anunciado el mánager del equipo Cuba: Germán Mesa Fresneda. El mítico 11 de los Industriales estará al mando del plantel nacional en la sexta edición del Clásico Mundial y durante todo el ciclo hasta 2028, cuando el béisbol debe estar presente otra vez en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Siempre en la sombra, en silencio, “El Mago” de las paradas cortas pasó de ser uno más en la lista de candidatos a convertirse en el principal aspirante al puesto. Fuentes de la FCB que pidieron conservar el anonimato me aseguran que Germán estaba lejos de ser el as bajo la manga de las autoridades beisboleras, pero sí era el comodín por excelencia en cada conversación y su nombre comenzó a tomar fuerza en las altas esferas del país.
En las últimas semanas se cayeron varios candidatos; entre ellos, Alfonso Urquiola. El histórico timonel de equipos vueltabajeros era el favorito de la fanaticada y de muchos peloteros profesionales dispuestos a jugar en la selección nacional con el pinareño como director; pero finalmente quedó descartado.
Lo mismo sucedió con Noelvis González, un rostro más fresco, con un estilo muy apegado a los parámetros avanzados del béisbol moderno. Residente en Italia desde hace algunos años, era una apuesta atrevida que tampoco disgustaba a la afición y los peloteros; de hecho, algunos efectivos cubanos firmados en organizaciones de Grandes Ligas aseguraron que aceptarían un llamado del holguinero. Sin embargo, también terminó eliminado.
Más vale malo conocido…
La otra cara de la moneda es Germán Mesa, quien no tiene respaldo mayoritario de los fanáticos. Es un caso sui generis, porque se trata de un hombre que, durante su etapa como jugador, se metía la grada en el bolsillo con sus espectaculares atrapadas en el campo corto, sus robos de tercera y sus líneas cortas a cualquier parte del campo. Sin embargo, esa conexión con el respetable desapareció.
Si hacemos una encuesta hoy, sus índices de popularidad no serían elevados. Un punto de ruptura se produjo durante su etapa como director de Industriales entre 2008 y 2011. Fueron tres temporadas de tormento, en las que culminó con récord negativo de 128 victorias y 142 derrotas en campaña regular. Dos veces cayó eliminado sin siquiera llegar a la postemporada, aunque en 2010 logró el último título de los azules.

Su personalidad recia —en ocasiones soberbia según relatos de los peloteros—, sus críticas a los jugadores y el hecho de no asumir en público la responsabilidad por las derrotas lo alejaron bastante de la grada y de sus efectivos. Estos detalles sembraron una imagen nada agradable para los fanáticos, que desde entonces se han pronunciado contra un posible regreso a la dirección de Industriales.
Sin embargo, a la vista de las autoridades es un hombre que defiende los intereses de la casa. De hecho, ocupa el cargo de vicepresidente de la FCB, y en los últimos tiempos ha fungido como coach de banca en eventos importantes como el Clásico de 2023 o el Premier 12 del pasado año. Cuenta, además, con cierto crédito internacional por sus éxitos al mando de equipos profesionales en Nicaragua y Panamá.
Esa carta de presentación ha sido suficiente para quienes toman las decisiones. A falta de un as claro para la dirección del equipo nacional, se han decantado por un comodín, aunque ello no implica que los resultados vayan a ser mejores o peores en el futuro.
Con la aguda crisis estructural que atraviesa el béisbol cubano y todos los frentes abiertos respecto a la convocatoria de profesionales, es casi imposible que solo la figura del mánager pueda garantizar triunfos.
Esto último es prudente tenerlo en cuenta. Ahora todo el peso y exigencia está sobre los hombros de Germán Mesa, una apuesta impopular, pero si las autoridades se hubieran decantado por otro candidato mejor visto por los fanáticos, estaría expuesto exactamente a los mismos riesgos que el mítico 11 de los equipos capitalinos.
Toca esperar, ver qué cuerpo técnico elige, qué nivel de autonomía tendrá para llamar a los profesionales y cuál será su estrategia de dirección en los eventos que participe. Solo entonces se podrá evaluar su gestión. ¿Podrá hacer magia “El Mago”?