La XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS concluyó este lunes en Río de Janeiro en un clima de firmeza y desafío ante las amenazas del presidente Donald Trump, quien advirtió de la imposición de nuevos aranceles del 10 % a los países adopten “políticas antiestadounidenses” dentro del bloque.
Los líderes de las principales economías emergentes rechazaron la acusación de ser un grupo “antiestadounidense” y defendieron su autonomía, mientras el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lanzó un mensaje contundente: “El mundo ha cambiado. No queremos un emperador”.
La advertencia de Trump, emitida la noche del domingo a través de su red social, se produjo en la antesala de la fecha límite del 9 de julio para la imposición de nuevos aranceles de represalia por parte de Estados Unidos.
El mandatario estadounidense no detalló qué políticas considera “antiestadounidenses”, pero reiteró que cualquier país que se alinee con las decisiones del BRICS enfrentará un recargo comercial inmediato.
Lula, el anfitrión de la cumbre, calificó la postura de Trump de “equivocada e irresponsable” y defendió el derecho de los países a tomar sus propias decisiones.
“Creo que es un gran error y una gran irresponsabilidad que un presidente amenace a otros en las redes digitales. Hay otros foros para que un presidente de un país del tamaño de Estados Unidos hable con otras naciones”, afirmó el líder brasileño ante la prensa.
“No queremos un emperador, somos países soberanos. Si él cree que puede poner aranceles, los países también tienen derecho a ponerlos”, aseguró.
Alternativas al dólar
Uno de los puntos más sensibles abordados por Lula en la cumbre de los BRICS fue la hegemonía del dólar en el comercio internacional.
El presidente brasileño reiteró la necesidad de buscar alternativas para que las relaciones comerciales no dependan exclusivamente de la moneda estadounidense, aunque reconoció que cualquier cambio debe hacerse de manera gradual y responsable, en diálogo entre bancos centrales.
Lula ya había anticipado en febrero que los BRICS enfrentarían aranceles del 100% si intentaban socavar el papel del dólar, una amenaza que llevó a la presidencia brasileña a frenar los esfuerzos para crear una moneda común en el grupo.
Sin embargo, volvió a señalar que el proceso de diversificación monetaria es inevitable y que el bloque seguirá avanzando en la adopción de sistemas de pago en monedas locales.
El rechazo a las amenazas de Trump no fue exclusivo de Brasil. La portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Mao Ning, criticó el uso de los aranceles como “herramienta de coerción y presión” y definió a los BRICS como “una fuerza positiva en la comunidad internacional”.
Por su parte, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, subrayó que el grupo no busca competir con ninguna otra potencia y expresó confianza en alcanzar acuerdos comerciales justos con Estados Unidos.
La cumbre de Río de Janeiro reunió a líderes y delegaciones de los once países miembros: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Indonesia, Irán y Emiratos Árabes Unidos, con Arabia Saudita participando como país asociado.
Más de 30 naciones han expresado interés en integrarse al bloque, que representa a más del 40 % de la población mundial y busca consolidarse como contrapeso a la hegemonía occidental.
El documento final de la cumbre, consensuado en 126 puntos, abordó temas candentes como la reforma de las instituciones multilaterales, el cambio climático, la salud global y los conflictos en Irán, Gaza y Ucrania, sin mencionar directamente a Estados Unidos, aunque la figura de Trump estuvo presente en los debates y declaraciones.
El trasfondo doméstico: Trump respalda a Bolsonaro
En el cierre de la cumbre, la política interna brasileña se coló en la agenda internacional. Donald Trump salió en defensa del expresidente Jair Bolsonaro, actualmente procesado por el Supremo Tribunal Federal por su presunto papel en el intento de golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 frente a Lula.
Trump calificó el juicio como una “cacería de brujas” y aseguró que estará “monitoreando de cerca” el proceso judicial, refirió un reporte publicado en el periódico mexicano La Jornada.
“Bolsonaro no es culpable de nada, excepto de haber luchado por el pueblo”, escribió Trump en redes sociales, comparando la situación del exmandatario brasileño con la suya propia: “Esto me pasó a mí, multiplicado por 10. ¡Dejen a Bolsonaro en paz!”.
Bolsonaro, declarado inelegible hasta 2030 por abuso de poder, agradeció el respaldo de Trump y afirmó que su lucha por la justicia y la libertad “resuena en todo el mundo”.
Lula, por su parte, respondió sin mencionar directamente a Trump: “La defensa de la democracia en Brasil es un tema para los brasileños. Somos una nación soberana. Tenemos instituciones sólidas e independientes. Nadie está por encima de la ley, aún más aquellos que atacan la libertad y el Estado de derecho”.