Cuando se habla del legado beisbolero de los Gurriel, el recuerdo del jonrón de Parma de Lourdes padre siempre emerge como uno de los momentos icónicos, no ya de la familia, sino de la historia del pasatiempo nacional. Aquel batazo contra Estados Unidos para empatar la final del Mundial de 1988 —que después los antillanos terminarían ganando con Lázaro Vargas como héroe— es el símbolo por excelencia de la oportunidad en momentos cumbres del mítico dorsal 20 de los equipos espirituanos.
Tan latente es ese recuerdo que, cuando sus hijos han decidido un partido en Series Nacionales, con el equipo Cuba o en Grandes Ligas, siempre se evoca el jonrón de Parma. Y este sábado, por enésima vez, volvimos a experimentar ese viaje al pasado gracias a Lourdes Jr., quien dio la victoria a los Diamondbacks ante Colorado en la novena entrada tras despachar una larga conexión contra las cercas del Chase Field de Arizona.
Con el choque empatado a cinco y un corredor en segunda, el menor de los hermano Gurriel se vistió con el traje de héroe de su padre y conectó una línea feroz directo a las cercas del bosque izquierdo para dejar al campo a los Rockies. El batazo salió disparado a 102 millas y recorrió 363 pies, a muy poco de irse más allá de los límites.
“Yunito” redondeó así una jornada pletórica, en la que remolcó la mitad de las anotaciones de su equipo y también dejó huella a la defensa con un gran fildeo en la quinta entrada sobre una conexión de Brenton Doyle que amenaza con convertirse en extrabase.
“Nos sentimos muy bien con el apoyo de los más de 38 mil fanáticos, muy agradecidos porque han seguido con nosotros. Jugamos para ellos, es lo principal”, apuntó Gurriel, consciente de lo frustrante que puede ser para la afición ver a su equipo con récord perdedor (56-61) y adoptando una postura de vendedores en la fecha de cambios, lo cual es casi una sentencia para las aspiraciones del presente año.
“La etapa de los cambios fue difícil para nosotros, pero tenemos que asumirlo porque así es el béisbol. En lo personal solo quiero contribuir al equipo para intentar ganar juego a juego”, señaló el patrullero espirituano.
Fiel a ese pensamiento, su fiesta sabatina comenzó desde el mismo capítulo de apertura, cuando impulsó la primera carrera del choque con sencillo al izquierdo. Más tarde, en la quinta, acercó 4-3 a los Diamondbacks con un elevado de sacrificio al derecho. La guinda del pastel llegó entonces con su walk-off en el noveno ante los envíos del relevista Jimmy Herget.
Gurriel atraviesa por un buen momento ofensivo y en solo ocho partidos en agosto ya ha remolcado más carreras (11) que en todo julio (seis), cuando su producción decayó bastante, al punto de dejar un OPS de .628. Ahora ha conseguido subir ese indicador a .835 durante el presente mes.
Lourdes Gurriel Jr.: un jonrón contra más de 100 millas no es cosa de juegos
Este es el cuarto batazo para decidir un partido de Grandes Ligas en la carrera de Gurriel y su segundo en la presente temporada. La primera de estas conexiones la consiguió hace casi cinco años, el 20 de agosto de 2020, cuando todavía militaba en los Toronto Blue Jays. Aquel día dejó al campo a los Phillies con un sencillo al izquierdo frente al lanzador venezolano Deolis Guerra.
Como detalle curioso, este fue el primero y uno de los 23 walk-off que se produjeron en MLB antes del noveno capítulo entre 2020 y 2021. En esas dos temporadas, afectadas por la pandemia de Covid-19, se acordó que los partidos de las dobles carteleras se jugarían a siete entradas para preservar la salud de los peloteros.
Eso dio la oportunidad de que algunos choques se decidieran antes del noveno inning, algo sumamente raro en Grandes Ligas, donde ni siquiera existe la regla del nocao. Para tener una idea, desde 1912 se han producido 17 600 walk-off en MLB y solo 43 han sido antes del noveno.