Cuando la cifra de muertos documentados sobrepasa los 65 mil, la Fiscalía española dio luz verde a una investigación sobre los presuntos crímenes de guerra cometidos por Israel en la Franja de Gaza, lo cual coloca a Madrid en la vanguardia europea contra el proceso de genocidio que practican los ocupantes en el enclave palestino.
El fiscal general del Estado español, Álvaro García Ortiz, firmó un decreto para iniciar un proceso que estará a cargo de la fiscal de Derechos Humanos y Memoria Democrática, Dolores Delgado, con el apoyo del jefe de la Fiscalía en la Audiencia Nacional, Jesús Alonso.
Cientos de personas se han concentrado en Barcelona para protestar en favor de Palestina, entre pancartas con lemas como “Resistencia, libertad, justicia y reparación” y consignas de “Israel asesina, España patrocina” https://t.co/VFAM2OV3cB
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— EL PAÍS (@el_pais) September 18, 2025
En su orden, el fiscal García Ortiz indica que “los hechos que se describen serían graves violaciones del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, constitutivas de crímenes previstos en los artículos 607 (genocidio) y siguientes del Código Penal”, referidos a los delitos de lesa humanidad.
La investigación se basará en el derecho internacional y buscará esclarecer los múltiples crímenes de lesa humanidad que, según estimaciones, han dejado más de 65 mil personas muertas en los últimos dos años, incluyendo a médicos, periodistas y trabajadores humanitarios.
El origen del proceso es un informe policial que detalla hechos que podrían constituir genocidio y otras graves violaciones.
Además de España, Irlanda es otro país europeo que ha declarado que las acciones de Israel en Gaza constituyen un genocidio y ha mostrado disposición para investigar posibles crímenes de guerra en ese contexto, siguiendo un enfoque similar al emprendido por la Fiscalía española. Sin embargo, la mayoría de los países europeos mantienen posturas más cautelosas y divididas, y pocos han iniciado investigaciones judiciales formales sobre los crímenes en Gaza.
Ayuso se posiciona y defiende a Israel
A nivel local, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tomó una postura clara en apoyo de Israel al prohibir el uso de banderas palestinas en colegios públicos.
Sin embargo, esta medida provocó la resistencia de más de 50 centros educativos que decidieron mantener la exhibición de símbolos palestinos en señal de protesta contra lo que consideran un genocidio en el enclave de Gaza, con apenas 360 kilómetros cuadrados, y virtualmente en ruinas.
Ofensiva contra ciudad de Gaza
El movimiento de la fiscalía española tiene lugar cuando tanques y aviones de combate israelíes continuaron este jueves bombardeando Ciudad de Gaza, provocando un éxodo masivo hacia el sur del enclave palestino, que lleva casi dos años sumido en un conflicto brutal.
Israel lanzó el martes una ofensiva terrestre y aérea para “eliminar” al Movimiento de Resistencia Islámica, conocido bajo el acrónimo de Hamás, que resiste la ocupación mediante la guerra de guerrillas.
Ahora mismo, una interminable fila de palestinos huyendo avanza a pie o en carretas, cargando sus pocas pertenencias mientras cruzan la Franja de Gaza por una carretera abierta temporalmente por el ejército israelí.
Sin embargo, este corredor cerró hoy viernes, lo que dificulta la evacuación segura de la población. Los escasos hospitales que quedan en pie, ya saturados, están al borde del colapso y la llegada de ayuda humanitaria se ve bloqueada, aumentando el sufrimiento de la población civil.
Hasta la fecha, la ofensiva ha dejado al menos 65 mil 141 muertos palestinos, en su mayoría civiles, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, consideradas fiables por la ONU.
Además, continúan los ataques israelíes contra zonas civiles y la escalada de violencia ha provocado el desplazamiento de más de un millón de personas, con una grave crisis humanitaria que afecta a una población confinada y hambrienta.
Discrepancias entre Pedro Sánchez y Friedrich Merz
En Madrid, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Friedrich Merz, mostraron claras diferencias sobre cómo responder a la crisis en Gaza durante la visita oficial de Merz.
Sánchez reafirmó la posición española de reconocer a Palestina como Estado, argumentando que este paso es fundamental para lograr la coexistencia pacífica entre ambos pueblos. Además, Sánchez no dudó en calificar las acciones israelíes en Gaza como genocidio, una postura respaldada también por informes de la ONU y mayoritariamente por la opinión pública española.
Por su parte, Merz se mantuvo más cauteloso y subrayó que su gobierno no contempla el reconocimiento inmediato de Palestina, considerándolo un paso que debe llegar al final del proceso de paz.
El canciller germano rechazó usar el término genocidio para describir la situación actual y enfatizó la necesidad de terminar el conflicto mediante la liberación de rehenes israelíes por parte de Hamás y la renuncia a las armas por parte del grupo palestino.
Estados Unidos y Donald Trump contra Londres
Mientras tanto, en el ámbito internacional, Estados Unidos mantuvo su incombustible apoyo incondicional a Israel, acción que se reforzó con el veto estadounidense a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que solicitaba un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes y la entrada de ayuda humanitaria a Gaza.
La representante estadounidense, Morgan Ortagus, justificó el veto alegando que el documento no condena a Hamás ni reconoce el derecho de Israel a defenderse, legitimando percepciones erróneas que benefician a ese grupo palestino.
El veto de Estados Unidos dificulta la adopción de medidas internacionales para frenar la violencia y agrava la crisis humanitaria en Gaza, donde más de 1.6 millones de personas sufren hambre, según informes independientes.
Israel está cometiendo genocidio en Gaza, afirma el senador Bernie Sanders
En el plano político, el expresidente Donald Trump expresó en el Reino Unido su desacuerdo con el plan del Gobierno británico de reconocer un Estado palestino.
El jefe de la Casa Blanca calificó esta posición como uno de los pocos desacuerdos con el primer ministro Keir Starmer y mantuvo el respaldo firme de Estados Unidos a Israel, aunque también matizó que no todas las decisiones israelíes son compartidas por Washington.