Aproximadamente la mitad de Cuba sufrirá apagones simultáneos este domingo en el horario de la tarde-noche, la franja de máximo consumo en la isla, según las previsiones de la Unión Eléctrica publicadas en el periódico Granma.
“En el horario pico se estima una disponibilidad de mil 570 MW y una demanda máxima de 3 mil 250 MW, para un déficit de mil 680 MW, por lo que de mantenerse las condiciones previstas se pronostica una afectación de mil 750 MW en este horario”, informó el comunicado diario de la empresa.
Con ese valor, el 49,3% del país sufrirá cortes eléctricos simultáneos este domingo.
El sábado se afectó el servicio las 24 horas y se mantuvo impactado durante toda la madrugada de este domingo. La máxima afectación por déficit de capacidad de generación en el día de ayer fue de mil 584 MW a las 19:00 horas (7 de la noche), precisó la UNE.
Por su parte, la producción de energía de los 32 nuevos parques solares fotovoltaicos fue de 2 mil 443 MWh. De ese total, 318 MW fueron entregados como máxima potencia en el horario de la media de fuente de generación, la cual no posee baterías para almacenar energía y está expuesta a los vaivenes climáticos.
Según estimaciones internacionales, en días nublados ligeros, la efectividad puede reducirse entre un 10 % y un 25 %; cuando están muy nublados o con lluvia ligera, el indicador puede caer entre un 50 % y un 80 %, en tanto que con lluvia intensa o tormentas, la producción de energía puede disminuir hasta un 90 % o más, ya que la luz solar es casi nula.
Estado actual del SEN
El parte dominical de la UNE precisó que la disponibilidad del SEN ya a las 6 de la mañana fue de mil 480 MW y la demanda 2 mil 520 MW con mil 029 MW afectados por déficit de capacidad. En el horario de la media, se estima una afectación de mil 300 MW.
En el abanico de contratiempos se cuentan las averías en las unidades 1 y 2 de la CTE Felton, en Holguín, Unidad 8 de la CTE Mariel, en Artemisa, y la unidad 3 de la CTE Renté, en Santiago de Cuba.
Se encuentran en plan de mantenimiento la unidad 2 de la CTE Santa Cruz, en Mayabeque, y la unidad 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes, en Cienfuegos.
Ese escenario de limitaciones en la generación térmica arroja un déficit de 422 MW, en tanto por falta de combustible están paralizadas 47 centrales de generación distribuida, que suman un total de 285 MW. A su vez, por carencia de lubricantes, se dejarán de producir por los grupos electrógenos 327 MW. Entre una y otra causa, suman 612 los megavatios que no podrán entregarse al SEN este domingo.
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Tensiones que no se relajan
La gestión eléctrica en Cuba continúa atrapada en una red de problemas y sorpresas tecnológicas de la que no ha podido salir, luego de años de desinversión y malas prácticas de mantenimiento por falta de divisas, una situación crítica que el gobierno explica, fundamentalmente, a partir de la persecución financiera que sufre por las sanciones estadounidenses.
Por otra parte, un corrosivo petróleo nacional con alto contenido de azufre ha erosionado, entre otras causas, las capacidades de las termoeléctricas llevándolas a continuos eventos de disfuncionalidad en sus veinte unidades de generación.
A principios de octubre, una sincronía de fallas técnicas e indisponibilidad de combustible dispararon las limitaciones en la generación y apagaron gran parte de la isla.
Con la falla, en todas las provincias se llegó al máximo apagable, incluso por encima de esas cifras. “Circuitos que se protegen, hubo que desprotegerlos”, relató a la prensa Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas.
El funcionario admitió el estado de fragilidad del SEN y adelantó en esa comparecencia que “el combustible no da para mucho” y confesó que “no tenemos combustible para todo el mes de octubre”, sino tan solo “para unos días”, dejando en evidencia a una economía en bancarrota, que ya ni cuenta con fondos para sostener planificaciones mensuales de su gasto corriente.
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Una crisis sin remisión con efectos colaterales
Diversos cálculos independientes coinciden en estimar que el Gobierno cubano necesitaría entre 8 mil y 10 mil millones de dólares para reflotar el sistema eléctrico, una cantidad de la que La Habana ni remotamente dispone.
Los apagones suponen un fuerte lastre a la economía nacional, que se contrajo un 1,1 % en 2024 y suma en los últimos cinco ejercicios una caída acumulada del 11 %, según datos oficiales. La CEPAL también prevé que su producto interior bruto (PIB) sea negativo este año.
La crisis energética está afectando gravemente la vida cotidiana en Cuba, causando interrupciones en actividades esenciales como la cocción de alimentos, el uso de electrodomésticos y la conservación de alimentos, además de la atención médica y los servicios básicos de agua y transporte de carga y de pasajeros.
Los apagones prolongados, que en algunas localidades han superado las 24 horas diarias, son un flujo constante de malestar y descontento entre la población, sin perspectivas claras de mejora en el corto plazo, y han estado conectados directamente a las principales protestas que se han registrado en el país en los últimos años, como las masivas de julio de 2021 y las menores registradas en los últimos días en La Habana y Gibara, no sin consecuencias penales para cientos de personas.