El actual nivel del béisbol en Cuba ha estado en entredicho durante los últimos años, y buena parte de las críticas se la lleva el arbitraje, pero es poco común que trasciendan públicamente las medidas tomadas por las autoridades de este deporte en la isla.
Este jueves el periodista especializado Pavel Otero publicó en su perfil de Facebook consideraciones del ex árbitro Luis César Valdés, jefe técnico de esa área en la Serie Nacional, así como los nombres de una docena de imparciales que han sido sancionados en la presente campaña.
Los castigos aplicados van desde uno hasta cinco partidos, en dependencia de la gravedad de los hechos evaluados. Otro grupo más reducido recibió hasta 10 choques de suspensión y en el listado se incluyó a un chequeador de árbitros.
La publicación no entra en detalles en los motivos que originaron cada sanción, pero a modo general se señalan el abuso de autoridad y las equivocaciones técnicas en momentos decisivos de partidos.
En el caso de Gustavo Coipel, quien se desempeña como chequeador, se le señala la toma de una medida contra un árbitro sin consultar a la comisión nacional.
Sancionan a tres jugadores y a un comisionado por indisciplinas en la Serie Nacional de Béisbol
El anuncio público de estas medidas llega pocos días después de que estallará en las redes sociales la denuncia pública de la periodista Brita García contra el árbitro Luis Felipe Casañas, por los maltratos verbales recibidos durante un partido celebrado en Santiago de Cuba.
El caso desató un revuelo mediático con opiniones de respaldo a la profesional de los medios de comunicación, quien poco después divulgó la celebración de un encuentro en el que Casañas reconoció su error y le ofreció disculpas por su actitud.
Precisamente el nombre de Casañas, uno de los más experimentados dentro del grupo de árbitros que trabaja en la actual SNB, aparece en el listado con una sanción de hasta cinco partidos fuera de sus funciones.
Buena parte de la afición beisbolera cubana ha señalado las actitudes de jugadores y directores de equipo, que han llegado hasta la agresión verbal y física contra los árbitros y directivos, como una de las muestras más preocupantes de indisciplinas en los terrenos de juego.
En la misma medida también han exigido la ética profesionalidad de los imparciales, cada vez más envueltos en la polémica.












