Estoy hecho leña. Se me han juntado los días, las horas. Después de la primera sacudida del domingo, de la pared danzante, del grito a mi padre, solo he dormido a retazos. Mi mente lucha contra el sueño; pero mi cuerpo se cae. La madrugada ha sido el horario estrella de los temblores.
Hemos tirado un colchón debajo de la enredadera, a la entrada de la casa; pero lo hemos recogido. Mis huesos se lo sienten. Medio Santiago, de todas las edades, ha dormido en plazas, plazuelas, bancos, descampados.
Vivo pegado a la tierra. Detrás de mi casa hay una decena de edificios. Una palabra acude siempre en estos trances. Se grita con fervor o se murmura casi sin despegar los labios: ¡Misericordia!
Misericordia se llama el libro de la doctora Olga Portuondo, historiadora de Santiago de Cuba, que recoge los desastres naturales que han afectado a la ciudad. Esta es una ciudad sísmica. Cada siglo ha tenido lo suyo. Y a estas alturas, 1932 parece la prehistoria.
El sismo más recio de tiempos recientes fue el 20 de marzo de 2010, con 5,5 de intensidad en la primera sacudida y una réplica fuerte. Las dos veces tuve que correr por mi vida. Prefiero no tocar esos recuerdos.
Los santiagueros tenemos un doctorado en terremotos. Cada segundo dentro de un temblor, equivale a un siglo. Es una sensación inexplicable, al límite. Desde que nací escucho que vendrá “uno grande”; pero aquí seguimos, tenazmente, subiendo y bajando las empinadas calles.
En mi casa hay una lámpara de lágrimas de cristal en el centro de la sala. Las he visto bailar, las he visto caer poco a poco. Se ha convertido en un símbolo, en mi sismógrafo particular. Quedaba una sola lágrima que esta vez se ha ido.
Cuando escribo estas líneas no se han reportado víctimas ni daños materiales significativos. Las autoridades están atentas, la gente también. Me han escrito desde medio mundo; pero ando disparado. Hoy pasó una rastra que hizo vibrar el suelo. Salí corriendo, fue algo automático. Mi vecina, por fin, tuvo razones para reír.
No escribo desde la evocación ni desde la distancia. Estoy dentro. He perdido la cuenta de los temblores registrados desde el domingo, han sido latigazos. Esta noche dormiré en mi cama. Y yo que apenas sé rezar, estoy rezando.
La vida sigue.
La vida sigue igual Rey. Los temblores de tierra sacuden el cuerpo, las paredes de las casas, las calles de una ciudad heroica asediada por las calamidades naturales y la desidia. No importa que tan preparados estemos para asimilar el golpe que nos propinará la naturaleza en pleno mentón. Caeremos al piso para levantarnos de nuevo. Excelente crónica, dulcemente dramática. Muy literaria, como debe salir. Saludos desde Tarragona, donde el suelo no baila pero igual se siente añoranza por la conga, la corneta china, las noches en vela en el Parque Céspedes.
Pedimos mucho por el pueblo de santiago de cuba que dios los proteja y lo salve de todo lo malo .
Lo estamos viviendo todos desde donde estemos, aquí lejos, sin dormir también y esperando… Que la leyenda de dormir por 100 años sea el reposo de la tierra del área sísmica.
Querido Reinaldo un abrazo solidario desde Puerto Rico. Gracias por la crónica y con ella ponerle vos a tantos que como tù forman parte de la ciudad insomne. Es casi poesía la descripción del terror y la duermevela en la que se encuentran. Ojalá todos pudiéramos transformar la angustia en una hermosa metáfora de la vida, esa que sigue y que seguirá aún sin nosotros, esa es la magia de la escritura. Me comentabas que los santiagueros son muy fuertes, ante mi que aprendí a tener a Cuba como mi hogar, comparto tu opinión pero creo más, pienso que son heroicos. Siganos rezando cada cual a quien crea como ser consolador y que la misericordia arrope a Santiago, a Cuba.
!Animo! ?Nodecian que Santiago es el lugar donde la tierra tiembla y la gente no?
Inagotable… Aunque das ánimo, siento cierto tinte irónico en lo que dices . Los santiagueros están viviendo en su ciudad, trabajando en su ciudad, sufriendo y soñando en su ciudad incluso ahora mismo . No por ello son mejores ni son peores, pero son gente hermosa.. Acaso los conoces? Has sentido el abrazo, el desinterés, la hospitalidad de un santiaguero alguna vez ? ¿Sabes la historia de sus calles ? ¿O piensas que en medio de lo que están pasando… tiene que estar riéndose? Ademas no dudo que haya risas, yo los conozco.
Reynaldo, a pesar de la nostalgia y sosobra en que estamos desde la distancia no he dejado de sonreír con tu bella manera de narrar el episodio q están viviendo, en especial tú. Recuerdo el temblor del 20 de marzo en pleno Festival de la Trova, terrible!. Me sumo en oración y con mucha fe en que no pasará nada y que la madre natura quite la vista de nuestro lindo y vistoso Santiago de Cuba. Saludos.
Cedeno, Dios quiera ya se queden atras los temblores, hemos , compartido estas horas , desde lejos pero estando ahi, tratando de llevar palabras de aliento y tranquilidad,cuando no estamos nada tranquilos, repitiendo a los amigos, esto pasara, al mismo tiempo que sufrimos el no estar ahi , porque conocemos esa energia telurica que nos estremece de pies a cabeza. y que a la vez nos atemporiza, Magnifica cronica , Un abrazo.
Si.. Pienso que la vida sigue….. Pero espero y siga por muchos pero muchos años con tranquildad para todo la parte oriental de la Isla y para el pueblo Santiaguero.. Que solo esa tranquildad se inrumpa con el repicar de los tambores y el estremecer de los movimientos en las calles con las congas carnavalezcas…..
CREO Y DECRETO. TODO PASA Y LA VIDA SIGUE…Y SANTIAGO DE CUBA, SALDRA DE ESTOS EVENTOS, FORTALECIDA Y MAS MISIONERA…Ya no rezo al Dios que me enseñaron a creer, creo en la esencia divina del Humano y que el pensamiento es energía, que se convierte en palabras y la palabra en acción y cada palabra atrae lo que decretamos: Así que decreto: Santiago de Cuba sigue bella y fuerte…. Los temblores, eventos naturales que hay que verlos así, sereno, tranquilo y en paz…Gracias Cedeño por tan bella crónica y gracias Chinito Loo por las buenas fotos…. Y al final, después de los momentos difíciles, aflora el pensamiento de paz y serenidad…La vida sigue y lo que tiene que pasar, pasarà, pero seguimos decretando…Santiago de Cuba emerge màs hermosa y llena de Paz, trabajando por la PAZ, llena de AMOR… y en ese grito de MISERICORDIAS… LLEVA LA FUERZA DEL SANTIAGUERO….CON TODA SU IDENTIDAD A FLOR DE PIEL Y ALMA…GRACIAS…
Vívida narración, nada temblorosa de lo que hoy “mueve” a Santiago… Que mi abrazo también te estremezca, y que ése, también haga reir… pero de calor humano intenso y solidaridad sentida…
Leer tu artículo Cedeño ha sido recordar mis años vividos en Stgo de Cuba (más de 33). Como santiaguera al fin, me identifico con cada una de tus palabras. Como bien dices, cada segundo de temblor equivale a un siglo, nos parece eterno. Siempre recuerdo el “ruido” que se siente cuando tiembla, es como un trueno que viene de la tierra y no del cielo. Saludos
Cedeño: Temblores aparte, que nos tienen a todos preocupados y atentos, qué maestría con la palabra.
DIOS MIO….CUANTA BELLEZA SURGE DE ESTOS MOMENTOS DE APURO…. Y YO AQUI, TRATANDO DE ACOSTUMBRARME A ESTAR LEJOS…BENDIGO A ESTA TIERRA PERO MI AMOR ESTA ALLI CON TODO LO QUE PASA…
Que dios proteja a todos mis hermanos santiagueros. ojala no sea nada mas que un susto.Bien por las autoridades y por Exposito.
Toda Cuba está atenta a lo que sucede en Santiago, somos un pueblo muy solidario, por eso nos preocupamos los unos por los otros. Ojalá esto solo sea una cosquilla de las fallas tectónicas y nada más.
@Rolex
Mi hermano, se ve que no estás en Santiago. Por eso hablas así. Así que “caeremos al piso para levantarnos de nuevo” ¿Vas a venir a Santiago para esperar el terremoto y poder “levantarte de nuevo”?
¡De que los hay, los hay!
Los cubanos que estamos allá, pese a la distancia, agradecemos infinitamente este tipo de trabajo, que documente, informa y opina sobre la realidad que a todos nos preocupa.
dios bendice mi tierra linda, perdona nuestros pecados y por favor protegenos ante todo mal, tu palbra dice, por que temeis??w si yo estoy aqui???
Dios quiera sea solo algo transitorio que no traiga mayores consecuencias. Como siempre, te luces, amigo. Un abrazo.
Dios ha de permitir q solo sea eso me inmagino la desesperacion del pueblo solo hay q pedir a diosito misericirdia yo vivo ahi y m encuentro en haiti cumpliendo una mision y tampoco puedo dormir desde q empezo esta pesadilla solo le pido a dios q proteja a mi pueblo donde existen las personas mas buenas q he conocido
Misericordia. Si ahora no hay comida en media Cuba, si una libra de bistec de cerdo lleno de colesterol malo cuesta 40 pesos, si una libra de tomates vale 22 pesos, si en Artemisa se ahogaron los frijoles, si un mazo de acelgas cuesta 6 pesos… Con el mayor respeto, ¿ustedes se imaginan el 2016 que nos espera a los cubanos si pasara algo en Santiago. Misericordia, Señor, no nos lo merecemos.
Una vez mas excelente. Tiene un excelente poder de transformar una difícil situación en poesía. Mis respetos.
Siempre logras revestir el lugar más triste del mundo con una capa de dulzura. Bella la crónica… terrible la experiencia…
Reynaldo los que estamos fuera de la isla también llevamos días de angustia. En mi caso particular no tengo sosiego en Santiago está mi vida, esta mi madre y el resto de mi familia y muchas personas a las que conocidas o no uno no quiere que les pase nada malo. También rezamos y pedimos Misericordia Señor! !!!!!!
¡Que lirismo!,bella crónica.Saludos Cedeño