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A pocos metros de la bahía, en una de las zonas más vistosas y transitadas de la Habana Vieja, las calles Luz y Oficios forman con la Avenida del Puerto un singular triángulo citadino.
Allí se ubica hoy el Parque Aracelio Iglesias, que rinde homenaje al líder portuario asesinado en los muelles habaneros en 1948. Sin embargo, por su historia y presente este sitio es mucho más que un simple lugar para el reposo de caminantes o el tránsito de vecinos y turistas.


En el espacio donde se cruzaban Luz, Oficios y Acosta —la otra calle que bordea uno de los vértices del triángulo— se levantó hace ya más de dos siglos el teatro Coliseo, la primera edificación construida en la isla para acoger representaciones teatrales y operísticas.
Escenario de las más importantes puestas de la época, aunque frágil y con su interior de madera, abrió sus puertas en 1775 y estuvo en pie unos 13 años, cuando debió cerrar debido a su ruinoso estado. Volvería abrir en 1803, ya reparado y bajo el nombre de El Principal, con el que se mantendría funcionado hasta que en 1846 el azote de un ciclón decretó el final de su historia.


En la intersección de Luz y Oficios estuvo también el hotel Mascotte, en la que antes fue la lujosa residencia de la familia Luz, de origen portugués y de la que la calle tomaría su nombre. Fue a mediados del siglo XIX que sus nuevos propietarios decidieron convertir la edificación en hotel, aprovechando su privilegiada posición en las cercanías del puerto y la bahía habanera.
La instalación pasaría luego a llamarse hotel Luz, como la propia arteria, y se mantendría en actividad hasta poco después de 1959. Luego, la construcción sufrió el deterioro y el abandono, que la convertirían primero en un solar yermo y luego en el parque que es hoy.


El parque Aracelio Iglesias es el centro del triángulo. Allí, además de bancos, farolas, árboles y plantas ornamentales, hay también un busto del líder portuario, una estatua del arzobispo Makarios III, primer presidente de Chipre; y otros elementos conmemorativos.
Su entorno es igualmente muy conocido. Muy cerca se encuentra la Alameda de Paula, el primer paseo marítimo de la capital cubana; y del otro lado se levanta el llamado Emboque de Luz, punto de llegada y salida de las célebres lanchitas de Regla y Casablanca. Cerca también están el hotel Armadores de Santander, la aduana del puerto y otros edificios históricos.
Hasta allí llegó el fotorreportero Otmaro Rodríguez, quien este domingo nos descubre a través de sus imágenes el presente de este original triángulo de la capital cubana.




















