El Gobierno cubano rechazó este jueves cualquier tipo de vínculo con el narcotráfico y aseguró que mantiene la comunicación con las autoridades estadounidenses sobre este tema.
No obstante, apuntó contra Estados Unidos al denunciar que la mayoría de las drogas incautadas en Cuba proceden del país norteamericano y lamentó que el acuerdo bilateral para enfrentar el tráfico de estupefacientes está prácticamente congelado por Washington.
Así lo aseguraron a la prensa este jueves altos cargos del Ministerio del Interior (Minint) y de Justicia, en un contexto regional de intensificación de la presión militar de la Administración Trump contra Venezuela, sustentada en argumentos de lucha contra el narcotráfico.
La conferencia de prensa, en la que las autoridades reafirmaron la política de “tolerancia cero” con ese flagelo, tuvo lugar luego de que trascendieran acusaciones de un exjefe de la inteligencia venezolana contra La Habana por una presunta implicación en el tráfico de drogas hacia EE.UU.
En una carta dirigida a Donald Trump y divulgada en medios de prensa, el general venezolano Hugo Carvajal, conocido como “El Pollo” y quien se encuentra detenido en territorio estadounidense, afirmó que a mediados de los años 2000 las autoridades cubanas habrían concebido una estrategia para enviar droga a Estados Unidos como arma política. La misma se habría llevado adelante por parte del Gobierno chavista con colaboradores internacionales.
Sin hacer mención a estas acusaciones, las autoridades de la isla negaron cualquier relación institucional con el narcotráfico y aseguraron que Cuba “no es un país productor ni de tránsito de drogas”.
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Cooperación congelada
El coronel Juan Carlos Poey, jefe del Órgano Especializado de Enfrentamiento Antidrogas del Minint, afirmó que pese a los intentos de cooperación, Washington no ha instrumentado los mecanismos operacionales previstos. Ello, dijo, deja a Cuba en una posición vulnerable frente al creciente flujo de narcóticos, de acuerdo con reportes de agencias internacionales de prensa.
Poey recordó que el acuerdo de colaboración en materia de drogas fue rubricado en julio de 2016 durante el acercamiento entre los expresidentes Raúl Castro y Barack Obama, pero quedó paralizado bajo la Administración de Donald Trump, en su primer mandato (2017-2021).
Desde entonces, los contactos bilaterales se redujeron a intercambios esporádicos y la cooperación formal nunca se reactivó, según el alto oficial.
“Tenemos desde el año 2016 un convenio de cooperación en materia de drogas con Estados Unidos y no logramos instrumentar sus procedimientos operacionales para el intercambio”, lamentó Poey. “Aunque Cuba mantiene su disposición de colaboración y no ha dejado de informar las incidencias”, agregó.
De acuerdo con cifras oficiales, entre 1990 y noviembre de 2025 Cuba envió más de 1500 mensajes de alerta sobre movimientos de narcotraficantes a la Guardia Costera estadounidense, mientras que recibió apenas 468 en respuesta.
“La relación es de tres a uno”, hizo notar el coronel Ybey Carballo, jefe del Estado Mayor de Tropas Guardafronteras.

El “químico”: la cara más visible de las drogas sintéticas
Las autoridades cubanas advierten que el mayor impacto actual proviene de las drogas sintéticas, especialmente los cannabinoides conocidos popularmente como “químico”.
Poey explicó que se han detectado más de 40 formulaciones distintas de estas sustancias, muchas de ellas procedentes de Estados Unidos y mezcladas con compuestos peligrosos como anestésicos para animales, formol, fentanilo y fenobarbital.
El consumo de estas drogas entre jóvenes ha disparado las alarmas en la isla, que tradicionalmente no contaba con un mercado interno significativo de narcóticos.
En respuesta, el Gobierno lanzó una campaña nacional de prevención y creó el Observatorio Nacional de Drogas para monitorear el fenómeno en plena expansión.
“El país mayor emisor de droga al territorio nacional es Estados Unidos de América”, recalcó Poey, quien insistió en que Cuba no es un productor, almacén ni punto de tránsito hacia terceros países, sino víctima de intentos externos de introducción.
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Incautaciones y operaciones frustradas
Entre 2024 y lo que va de 2025, las fuerzas del orden frustraron 72 operaciones de narcotráfico provenientes de 11 orígenes distintos, de acuerdo con las autoridades cubanas.
En esos intentos se detectaron marihuana, cocaína, metanfetaminas y drogas sintéticas. Solo en el presente año se incautaron más de dos toneladas de estupefacientes.
El coronel Carballo destacó que en 2025 se interceptaron 14 lanchas rápidas y se detuvo a 39 narcotraficantes, todos entregados a las autoridades judiciales sin que se produjeran muertes. “Se presta gran importancia al respeto al debido proceso”, subrayó.
En los últimos 14 años, Cuba asegura haber confiscado unas 40 toneladas de drogas procedentes de recalos marinos, especialmente cocaína y marihuana. Esos recalos ocurren cuando traficantes arrojan cargamentos al mar durante persecuciones, y posteriormente llegan a las costas cubanas.
La ubicación geográfica de Cuba, en medio de la ruta Sur-Norte entre los principales productores de Sudamérica y el mercado estadounidense, convierte a la isla en un punto vulnerable. Aunque no es un país productor, su espacio marítimo es utilizado por embarcaciones que buscan llegar a Estados Unidos.
Carballo enfatizó que la cooperación cubana contribuye tanto a la seguridad regional como a la estadounidense. “Nuestro enfoque proactivo beneficia fundamentalmente a la seguridad de Estados Unidos, porque muchas veces las lanchas se dirigen hacia allí”, afirmó.
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Tolerancia cero dentro de un duro marco legal
Por su parte, el ministro de Justicia, Oscar Silvera, ratificó la política de “tolerancia cero” contra las drogas y explicó que la Comisión Nacional de Drogas articula esfuerzos de instituciones gubernamentales, organizaciones sociales y familias para crear conciencia y rechazo hacia las sustancias ilícitas.
La legislación cubana contempla penas de hasta 30 años de cárcel o cadena perpetua para delitos graves de venta, distribución o tráfico, además de la confiscación de propiedades. “Contra las drogas se gana”, aseguró Silvera, quien insistió en que el enfoque preventivo es clave para evitar la expansión del consumo.
Sin embargo, pese a los resultados gubernamentales en este campo en las redes sociales se reporta un creciente número de experiencias de consumo, sobre todo de drogas de diseño, como el químico o papelito, en barrios periféricos de La Habana y otras ciudades del interior que tienen a adolescentes y jóvenes como los clientes más activos de ese mercado ilegal.
Aunque la prensa oficial ha venido abordando el fenómeno en los últimos tiempos, han sido las denuncias ciudadanas las que con mayor fuerza han visibilizado el consumo de estupefacientes sintéticos, un fenómeno que representa un desafío para un país que ha blasonado históricamente de su política de prevención y control.
Ministro de Justicia y Presidente de la Comisión Nacional de Drogas @OscarCubaMinjus y otras autoridades cubanas presentaron, en conferencia de prensa, resultados integrales en el enfrentamiento al narcotráfico. Se reafirmó la política de tolerancia cero y el enfoque preventivo. pic.twitter.com/LrCjgoqNUb
— Cancillería de Cuba (@CubaMINREX) December 4, 2025
Tensiones regionales
El despliegue militar estadounidense en el Caribe, bajo la justificación de combatir el narcotráfico, es visto por La Habana como un serio peligro para la región y, en particular, para la isla.
Al respecto, el coronel Poey alertó este jueves que la presencia militar estadounidense cerca a Venezuela resulta “una seria amenaza a la seguridad y soberanía” de Cuba y su aliado sudamericano.
Funcionarios cubanos sostienen que, más allá de la retórica, Washington no ha cumplido con los compromisos de cooperación y que su presencia militar responde a objetivos políticos.
En paralelo, Washington acusa a aliados de Cuba, como el presidente venezolano Nicolás Maduro, de lucrar con el tráfico de drogas y liderar una organización trasnacional conocida como el Cartel de los Soles.
Sin embargo, las autoridades cubanas insisten en que la isla no ha registrado un cambio drástico en la actividad de narcotráfico en sus alrededores, pese al aumento de operaciones militares en la zona.









