En la conocida Avenida A del Casco Antiguo de la capital panameña, una calle lleva desde este viernes el nombre del historiador Eusebio Leal Spengler (1942-2020), considerado el hombre que “salvó” La Habana Vieja.
La placa conmemorativa incluye una frase pronunciada por Leal en una de sus visitas al sitio: “Panamá tiene el Casco Antiguo más rico de América, por su influencia española, francesa y caribeña”, refirió un despacho de la agencia Prensa Latina.
El acto de inauguración contó con la presencia del embajador de Cuba en Panamá, Víctor Cairo, y del vicepresidente de la fundación para la preservación del patrimonio histórico de Panamá, Alberto “Beto” Tuñón, amigo cercano del intelectual cubano y vicepresidente de la Fundación para la Preservación del Patrimonio Histórico de Panamá, institución que trabaja en la conservación del Casco Antiguo de la capital y otros sitios históricos.

Recuerdos de amistad y legado
Tuñón recordó anécdotas de su relación con Leal, a quien describió como un investigador acucioso y un ser humano profundo. En la ceremonia leyó un poema titulado “La Habana, el Son y Eusebio Leal”, escrito horas antes como homenaje personal.
El ejecutivo panameño evocó también la preocupación de Leal por el patrimonio histórico más allá de Cuba. Narró cómo, en una de sus visitas, el historiador se interesó por el hallazgo de un machete en una casa donde había vivido el general independentista cubano Antonio Maceo durante su participación en la construcción del ferrocarril del Canal de Panamá, a fines del siglo XIX.
La iniciativa de bautizar la calle con el nombre de Leal fue un esfuerzo conjunto entre las autoridades del corregimiento San Felipe y la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá. Para los organizadores, el gesto simboliza la vigencia del legado del historiador y su compromiso con la preservación cultural, resaltó PL.
El embajador Cairo, quien concluye su misión en Panamá para asumir responsabilidades en Brasil, destacó el honor de llevarse consigo la amistad y el cariño de los panameños. “Qué mejor día y ocasión que esta, cuando gracias al compromiso de muchos con las relaciones culturales e históricas de hermandad y solidaridad entre ambos pueblos, una calle lleva el nombre del cubano universal”, afirmó.
El acto contó con la participación de personalidades como Mario Kennedy, representante del corregimiento de San Felipe. El grupo de Instrumentos de Viento interpretó un danzón y una habanera, en un ambiente festivo que combinó tradición cubana y panameña.
La ceremonia buscó resaltar la dimensión cultural de Leal, quien siempre defendió la música, la poesía y las artes como parte esencial del patrimonio de los pueblos.
Leal, inconmensurable
Nacido en La Habana el 11 de septiembre de 1942 en medio de una familia de clase trabajadora, Eusebio Leal Spengler, autodidacta y en su juventud temprana expedidor de gasolina, fue director del Museo de la Ciudad y de la Oficina del Historiador de La Habana, desde donde impulsó la renovación y reconstrucción de importantes edificaciones, como el Palacio de los Capitanes Generales, actual sede del museo.
En 1981, el gobierno de Fidel Castro le confió la responsabilidad de conducir las obras del Casco Histórico de La Habana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982 gracias en buena medida a sus gestiones académicas y políticas.
Su labor apasionada le valió el reconocimiento como el hombre que “salvó” La Habana Vieja, al rescatar su arquitectura colonial y revitalizar la vida comunitaria y cultural de la ciudad mediante un esquema innovador que esquivó la burocracia y reinvirtió parte de las ganancias obtenidas del turismo en una obra de beneficio social que hoy todos reconocen.
Ya enfermo, sus últimos esfuerzos los concentró en la rehabilitación del imponente Capitolio Nacional, construido en 1929, y una de las joyas de la arquitectura cubana y latinoamericana, con su cúpula enchapada en oro ruso de 24 quilates que se divisa refulgente desde buena parte de la ciudad.
Católico militante, Doctor en Ciencias Históricas y Maestro en Ciencias Arqueológicas, Leal fue también embajador itinerante de Naciones Unidas y recibió múltiples distinciones internacionales por su trabajo en defensa del patrimonio cultural. Sus restos descansan en el Jardín Madre Teresa de Calcuta, al fondo de la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja.












