Con tono grandilocuente y rodeado de símbolos patrios, el presidente Donald Trump prometió el miércoles un “boom económico como el mundo nunca ha visto” para el próximo año, en coincidencia con el 250 aniversario de la independencia de Estados Unidos.
Los datos más recientes, sin embargo, muestran una economía debilitada: el desempleo subió al 4,6% en noviembre, la inflación repuntó al 3% anual y las contrataciones mensuales apenas promedian 17 000 puestos, cifras que contrastan con el discurso presidencial en la Casa Blanca y transmitido en vivo por televisión nacional.
En su intervención, el presidente habló desde un salón decorado con árboles de Navidad y con un retrato de George Washington a sus espaldas, buscando subrayar el simbolismo histórico mientras prometía un relanzamiento económico y anunciaba el bono especial para las Fuerzas Armadas.
Una economía en tensión
Los indicadores revelan un panorama menos optimista que el descrito por Trump.
La inflación, que había descendido tras el pico de casi 9% durante la administración Biden, volvió a acelerarse tras la imposición de nuevos aranceles en abril, en tanto el desempleo aumentó ligeramente en noviembre, reflejando un mercado laboral más débil.
Por su parte, las contrataciones de empleo se han desacelerado, con un promedio mensual muy por debajo de los niveles previos.
La presión sobre la “asequibilidad”, léase el poder adquisitivo de los hogares, se ha convertido en el eje del discurso demócrata, que acusa al presidente republicano de no haber cumplido sus promesas de una “Edad de Oro” económica.
En su alocución, Trump evitó mencionar el déficit presupuestario, uno de los nudos estratégicos del sistema, dado que implicaba reconocer desequilibrios fiscales y endeudamiento, asuntos que suelen ser criticados tanto por demócratas como por republicanos.
“Dividendo del guerrero”: un cheque simbólico
Con su acostumbrada euforia chovinista, Trump anunció que más de 1,4 millones de miembros de las Fuerzas Armadas recibirán un bono especial de 1776 dólares antes de Navidad, cifra que remite al año de la independencia estadounidense.
“Nadie lo merece más que nuestras fuerzas armadas”, dijo el mandatario de 79 años, quien destacó que el país registra ahora un número récord de alistamientos.
El gesto busca reforzar el vínculo con los militares y proyectar confianza en medio de encuestas que muestran un nivel de aprobación estable en torno al 40%, pero con dudas crecientes sobre su manejo económico.
Ante tales estados de opinión, el mandatario insistió en que “heredó un desastre” de su predecesor Joe Biden y acusó a los demócratas de haber hecho la vida “inasequible” para millones de estadounidenses. El presidente calificó de “fraude” las propuestas opositoras y prometió que su plan económico devolverá el poder adquisitivo a las familias.
Los demócratas, por su parte, han capitalizado triunfos recientes en estados como Virginia y Nueva Jersey, y en las alcaldías de Nueva York y Miami, urbes icónicas del trumpismo, reforzando la idea de que la economía será el campo de batalla central en las elecciones de mitad de período, fechadas para noviembre de 2026.
Aranceles erráticos con presión inflacionaria
La política comercial de Trump ha introducido una serie de aranceles que, según analistas, han tenido un impacto directo en la inflación y han sacudido el comercio global. El índice de precios al consumidor aumentó a una tasa anual del 3%, frente al 2,3% registrado en abril, lo que refleja el efecto de las medidas.
Aunque el mercado bursátil está en alza y los precios de la gasolina han bajado, la percepción pública sigue siendo de incertidumbre. Los hogares enfrentan costos elevados en vivienda y salud, mientras el presidente promete reformas que aún carecen de detalles concretos.
En su discurso, Trump reiteró su intención de poner fin al “Obamacare”, al que calificó de “inasequible” y de haber enriquecido a las aseguradoras. Prometió un nuevo sistema que “dará dinero directamente a la gente para que puedan comprar su propio cuidado de salud”, aunque no ofreció detalles sobre cómo funcionaría.
También anunció que a principios de año presentará un ambicioso plan de vivienda asequible, vinculando el alza de precios a lo que llamó “colosal invasión fronteriza”. Sus declaraciones mezclaron consignas económicas con un discurso antimigrante que ha sido constante en su retórica.
Polarización y apoyo desigual
La sociedad estadounidense sigue marcada por la polarización. Según un estudio del Pew Research Center, siete de cada diez latinos desaprueban la gestión de Trump, aunque entre quienes lo votaron, el 67% considera que está haciendo un buen trabajo.
El presidente, el más longevo en la historia del país, no podrá presentarse a la reelección dentro de tres años, pero busca consolidar su legado con promesas de prosperidad y un discurso nacionalista que apela a la simbología del aniversario de 1776, año en que las llamadas Trece colonias o “British America” lograron la independencia del imperio británico.
Escalada internacional. Venezuela en la mira
El discurso de Trump se produjo un día después de que elevara la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, anunciando un bloqueo a todos los petroleros sancionados que transporten crudo venezolano. El mandatario acusó a Caracas de haber “robado yacimientos de crudo y activos estadounidenses”, en referencia a las nacionalizaciones ejecutadas durante el gobierno de Hugo Chávez.
La medida forma parte de un despliegue militar en el Caribe y el Pacífico, justificado por la Casa Blanca como un esfuerzo contra el narcotráfico, aunque críticos señalan que busca asfixiar aún más la economía venezolana con el fin de forzar la salida del presidente Nicolás Maduro.
Trump cerró su alocución con la promesa de que Estados Unidos demostrará al mundo que sigue siendo la primera potencia global 250 años después de su independencia. “No podría haber un homenaje más apropiado que culminar el regreso de Estados Unidos”, declaró.













