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El Comando Sur de Estados Unidos anunció este lunes la destrucción de una embarcación rápida en aguas del Pacífico oriental, en lo que calificó como un “ataque cinético letal” contra un buque supuestamente vinculado al narcotráfico.
El operativo dejó dos muertos, según la entidad militar, que aseguró que la lancha transitaba por rutas conocidas de contrabando de drogas, revelaron despachos de prensa internacionales, entre ellos Europa Press y Russia Today.
El comunicado, difundido en la red social X por el Pentágono, destacó que ningún miembro de las fuerzas estadounidenses resultó herido. Como es ya una práctica usual, la entidad no ofreció pruebas públicas de que la embarcación transportara sustancias ilícitas ni de que perteneciera a organizaciones criminales.
La acción se enmarca en una campaña que Washington sostiene desde agosto en el Caribe y el Pacífico oriental, con más de una veintena de operaciones similares que han dejado al menos 107 víctimas mortales.
Campaña militar bajo creciente escrutinio
El gobierno estadounidense ha defendido la ofensiva como parte de su lucha contra el narcotráfico, aunque Caracas y varios países aliados —entre ellos Rusia, China, México y Cuba— la han denunciado como una agresión destinada a presionar al gobernante venezolano, Nicolás Maduro, a que haga las maletas y se marche del poder.
En los últimos meses, la narrativa oficial de Washington ha pasado de centrarse en el combate a las drogas a insistir en la necesidad de “proteger recursos energéticos estratégicos” en la región.
Venezuela acusa a Estados Unidos de buscar apropiarse ilegalmente de su petróleo —las mayores reservas mundiales probadas de crudo— y de utilizar la campaña militar como herramienta de coerción política.
Por su parte, el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha condenado los ataques de Estados Unidos en el Pacífico, calificándolos como “asesinatos” y una violación de los tratados internacionales. Además, advirtió que no se debe “despertar al jaguar” y llamó a la unidad latinoamericana frente a la presión de Washington.
The New York Times revela pruebas físicas de los ataques
El anuncio del Comando Sur coincidió con la publicación este lunes de un reportaje de The New York Times que documenta, por primera vez, restos verificables de una embarcación atacada en noviembre frente a la península de La Guajira, en la frontera colombo-venezolana.
El diario relató cómo pescadores locales hallaron una lancha calcinada de 30 metros de largo, junto a dos cadáveres y decenas de paquetes parcialmente quemados. Algunos contenían restos de marihuana, aunque la mayoría estaban vacíos. El análisis del medio determinó que los restos correspondían a la embarcación mostrada en un video oficial del secretario de Defensa Pete Hegseth, quien había descrito el ataque como dirigido contra una “organización terrorista designada”.
La investigación periodística subrayó que, pese a la magnitud de la campaña —29 embarcaciones destruidas y más de 100 muertos—, el ejército estadounidense no ha presentado pruebas concluyentes de que las lanchas hundidas transportaran drogas o pertenecieran a cárteles.
Impacto en comunidades locales
El reportaje también recogió testimonios de habitantes wayú de La Guajira, quienes describieron el hallazgo de los cuerpos y la improvisada sepultura realizada con rituales tradicionales.
La falta de presencia estatal en la zona obligó a los pescadores a actuar por su cuenta, mientras el temor a nuevos ataques ha reducido la actividad pesquera y desplomado los precios del marisco en los mercados locales.
“Dejamos las mallas por semanas porque tenemos miedo de recuperarlas”, dijo Vicente Fernández, pescador de la región. Otros lugareños afirmaron haber visto drones sobrevolando sus embarcaciones en las semanas posteriores al ataque.
Expertos citados en el reportaje señalaron que el tráfico de drogas en La Guajira suele estar gestionado por pequeñas redes comunitarias y grupos armados, más que por grandes cárteles. La combinación de marihuana y cocaína en los cargamentos, añadieron, es típica de operaciones de menor escala.
El nuevo ataque en la cuenca del Pacífico coincidió con el anuncio este lunes del presidente Donald Trump en torno a un reciente ataque estadounidense contra un muelle en Venezuela desde donde supuestamente zarpaban barcos cargados de droga.
El ataque, ocurrido en Nochebuena según la Casa Blanca, marcaría el primer operativo terrestre contra infraestructura venezolana. No obstante, el gobierno de Maduro no ha emitido respuesta oficial ni confirmado daños en su territorio.
Juristas consultados por medios internacionales sostienen que los ataques estadounidenses podrían ser ilegales bajo el derecho internacional, al implicar la muerte de civiles sin pruebas de amenaza inmediata.
Venezuela, que desempeña un papel menor en el tráfico mundial de drogas comparado con otros países de la región, acusa a Washington de utilizar el narcotráfico como pretexto para un cambio de régimen.
La Corte Penal Internacional no ha iniciado investigaciones sobre las operaciones, lo que llevó al parlamento venezolano a aprobar una ley para abandonar el Estatuto de Roma en protesta por la “inacción” del tribunal.










