En la Declaración de La Sarraz se puede leer la siguiente frase: “El destino de la arquitectura es expresar el espíritu de una época”[1]. Aunque estas palabras surgen en un momento histórico preciso, cuando se sentaban las bases del Movimiento Moderno, encierran de manera bastante concreta una de las muchas razones por las cuales el desarrollo de esta manifestación es tan importante. Además, invitan a reflexionar acerca de por qué la arquitectura cubana contemporánea necesita cobrar mayor fuerza. En estas fechas se podrá contar con la presencia de algunos de los protagonistas de este campo en la producción más actual de Cuba, gracias a los espacios expositivos de la Primera Bienal de Diseño de La Habana.
Sin duda, un lugar elemental en este momento es el Laboratorio 26, inaugurado por Proyecto Espacios, grupo interdisciplinario fundado por la arquitecta Vilma Bartolomé, que ha venido desarrollando una labor constante y meritoria durante casi dos décadas. El LaB 26 tiene para mostrar, primeramente, su arquitectura y diseño interior, pues qué mejor objeto de exposición para los arquitectos y diseñadores que la obra misma. En estos días de Bienal, en la planta baja, se encuentran los gigantes poliedros que conforman la exposición AJAP 2014, muestra internacional de la obra jóvenes de arquitectos y paisajistas. En el piso superior, en la amplia sala de exposiciones, están las pancartas que conforman Espacios: Open Doors, un recorrido de vida del grupo, sus trabajos de arquitectura, diseño de interior, gráfico y mobiliario. Constante en la labor del equipo, ha sido la imbricación profunda entre arte, arquitectura y diseño, que reniega la colocación del objeto artístico como elemento decorativo añadido, pues todos los campos creativos confluyen en el concepto general de las propuestas, de modo que ninguno prevalece sobre otro.
Desde el diseño jocoso y vistoso, a lo más sobrio y sofisticado, los proyectos de Espacios siempre tienen algo que decir. El grupo ha presentado pautas orientadas no exclusivamente a ese vínculo con las artes, sino a lograr la real intervención en la ciudad y la vida de sus habitantes. Algunas de las exposiciones más notorias, donde se percibía ese espíritu, fueron Mover las cosas, que se desarrolló durante la VIII Bienal de La Habana y un proyecto es un PROYECTO, ocurrida en la Segunda Bienal de Arquitectura de La Habana.
Hace ya un tiempo de aquellas muestras y Espacios sigue activo, como evidencia el Laboratorio 26. No obstante, vale mencionar que en los últimos años los arquitectos más jóvenes han desarrollado sus propias experiencias. Estas estarán presentes en esta Bienal de Diseño, donde se pueden apreciar proyectos de los grupos más experimentados, portadores de una reconocida trayectoria, como el ya mencionado Espacios o el Estudio Choy-León, pero también se contará con la presencia de algunos de los más jóvenes, entre los que se incluyen DAG Arquitectos, Martínez-Becerra y Plá Estudio. Sus diseños se exhibirán en puntos expositivos de La Habana Vieja, dígase Centro de Desarrollo de las Artes Visuales y Galería Taller Gorría. Además, vale destacar la muestra de la Empresa de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo RESTAURA, que se efectuará en la sede de esa empresa creativa.
El trabajo de Proyecto Espacios, así como de los más recientes creadores en el campo arquitectónico del país demuestra que hay opciones dentro del diseño y la arquitectura en la Cuba actual, al menos voluntad y capacidades no faltan. Resulta oportuna la presencia de sus obras en un evento tan esperado, pues es un paso más en su reconocimiento y promoción, pero también un impulso en este contexto, donde los jóvenes arquitectos y diseñadores comienzan a ocupar una labor primordial, la de llevar el diseño a la ciudad.
[1] Tomado de Leonardo Benévolo. Historia de la arquitectura moderna, Edición Revolucionaria, 1987, Volumen Segundo, p.37.
Tomado de ArtOnCuba.